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Una cálida mano envolvió la mía brindándole un ligero apretón en cuanto Ian desapareció por la puerta de abordaje… miré hacia abajo para ver la unión que Zayn y yo compartíamos; sonreí mientras una molesta lágrima se deslizaba por mi mejilla. Zayn limpió aquella gota con el dorso de su mano, aún entrelazada con la mía…

Agradecí mentalmente ese gesto y admiré la dulce sonrisa que me brindaba aquel chico de piel morena.

Louis pasó un brazo por encima de mis hombros, atrayéndome hacia él en un cálido y reconfortante abrazo de hermanos.

Suspiré tristemente… una de mis mejores amigas acababa de traspasar la puerta que la llevaría lejos de mí… tal cual habían hecho mi hermano y Liam hace tres años.

Me apegué un poco más a Louis, como si a través de éste gesto pudiese borrar el recuerdo de las emociones que me embargaron cuando se fue a LA; evitando así, que aquellas se mezclaran con las que habían comenzado a hacer acto de presencia desde que supe que el destino se empeñaba en alejar a todos mis seres queridos, por ende: Aye.

Liam, quien había permanecido al margen en todo momento, se acercó palmeando ligeramente la espalda de mi hermano, Lou curvó sus labios en una leve sonrisa, demostrando gratitud ante el gesto de Liam. Después de unos segundos en los cuales, Liam había mantenido cierta comunicación visual con mi hermano, desvió la mirada, haciendo que nuestros ojos se encontraran.

Sus ojos reflejaban comprensión, e incluso pude notar cierta empatía…

-Lo siento –murmuró con cierto pesar, haciendo que la expresión de sus ojos fuera completamente sincera.

-Gracias- murmuré con la voz entrecortada. Aunque las lágrimas hubiesen cesado, la tristeza se hacía presente en el tono de mi voz, obteniendo como resultado un inmenso nudo en la garganta.

Liam esbozó una pequeña sonrisa; haciendo que una parte de mí se tranquilizara, tal cual había hecho ésta mañana en cuanto irrumpí histérica en su propia casa… ¿Qué tenía ésa sonrisa y esa mirada que hacía que hasta en la situación de mayor estrés, pudiese tranquilizarme con tan solo fijarme en su rostro?

No lo sé… tal vez jamás sabré a qué se debe el cambio de Liam con el paso de los años… o tal vez siempre ha sido de ese modo. Lo único que sé es que me agrada y mucho.

-Deberíamos irnos, zanahoria –murmuró Louis para después depositar un beso en mi frente.

Su voz me sacó del trance en que me encontraba inmersa al sostener la mirada de Liam, asentí sin emitir sonido alguno, en tanto deshacía el abrazo de mi hermano.

...

El trayecto a casa fue silencioso, al menos de parte de mi hermano y mía.

Lou conducía completamente concentrado en el camino; cosa que me sorprendió, ya que al tratarse de mi hermano, jamás hubiese podido presumir de un silencio por parte de él… o mío.

De ahí el dicho: “Nunca digas nunca”.

Liam venía en el asiento del copiloto, encargándose de llenar el ambiente con un poco de música de fondo.

Harry desde el momento en que nos habíamos despedido de Niall y Zayn comenzó con la tarea de sacarnos un poco de conversación a Mika y a mí, obteniendo buenos resultados con mi sarcástica amiga… traté de seguir su conversación, pero de un momento a otro me encontraba nuevamente en silencio; admirando a través de la ventana la manera en que Londres comenzaba a oscurecer.

Liam.

Una vez que llegamos a nuestras respectivas casas; Lou, Hazza, _____ y yo bajamos del auto de mi mejor –y distraído- amigo, despidiéndonos; puesto que la obscura y fría noche no había demorado en hacer acto de presencia.

El ¿odioso? amigo de mi hermano. UNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora