¡Vamos, vamos!
Una semana y media había pasado para aquella clase a la que Luhan entró un poco desanimado, con su material de clase a aquel salón donde algo anormal pasaba. Las chicas de la clase se habían juntado todas en un rincón del lugar en un gran círculo en el que el profesor quiso mirar pero al no lograr ver lo que había más allá de sus alumnas se limitó a colocar sus cosas en su escritorio y aclarar su garganta para intentar que todos fueran a su lugar, mas aquello sirvió de poco obligándolo a hacerlo una vez más hasta que una chica del círculo lo escuchó pasando la voz logrando que cada señorita fuera de una en una a su lugar para dejar solo al mismísimo Oh Sehun sentado en su lugar habitual con una expresión de altanería y ego mal disimulada que hizo molestar al chico rubio, quien sentía dentro de él un extraño sentimiento de enojo y alegría mezclados. Hacía días que no veía al joven en su clase, verlo lo ponía extrañamente feliz, pero viendo como las chicas lo seguían y su expresión de diversión ante esto, era lo que lo molestaba de verdad.
–Joven Oh, ¿puedo comenzar mi clase? –Aquel chico lo miró sonriéndole fijamente a él.
–Sera un placer escucharlo –el mayor podía casi sentir sus mejillas ponerse rojas, no entendía por qué caía en los juegos de ese niño, solo jugaba con él y con su clase. ¿Por qué no podía correrlo de una buena vez por todas?
–Terminando la clase quiero verlo en mi cubículo, Joven Oh –el nombrado se limitó a asentir, la verdad era que ya sea que lo hubiera pedido o no el profesor, aquel chico iría a la oficina de su profesor. Tenía michas cosas que hablar con él y debía hacerlo pronto pues en poco tiempo acabaría el curso y Oh Sehun se quedaba sin tiempo con su profesor.
¿Dónde había estado metido el Joven Oh? Eso no podemos saberlo certeramente, aquel era un chico muy veloz y sin darte cuenta iba de un lado a otro, si él quería ser encontrado dejaba las cosas fáciles, pero si no, nadie sabría del hasta que volviera a aparecer como por arte de magia, a veces incluso las narraciones son más lentas que los actos y ese pillo se escapaba de la vista de los narradores.
Pero volviendo con nuestro profesor, este dio su clase de mejor forma posible o por lo menos así lo intento hacer bajo la insistente mirada de aquel joven quien a pesar de ser descubierto mirándolo no dejaba de hacerlo, era extraño para Luhan pues este, en lugar de hacer que el otro chico retirara su mirada de su persona solo lograba apenarse y regresar la vista a su clase en un intento por no sacar sus nervios a relucir. Luhan no entena el por qué, y de muchas cuestiones como la insistente mirada, aquel cuaderno olvidado, los dibujos, la sola presencia del Joven Oh en su clase era un enigma para él y sus clases se iban siempre del mismo modo cuando él estaba presente, entre dudas internas, exposiciones a sus alumnos y miradas furtivas entre ellos dos.
Luhan se debatía que actuaba como todo un demente, sentía su corazón acelerarse ante aquella presencia pero eso era ilógico y era malo pues él una era casi todo un adulto y aquel era solo un niño ante su perspectiva, comenzaba a cuestionarse muy en el fondo de su atareada vida qué pasaba con él ante Sehun; un adulto como él no debía perder el tiempo en raros sentimientos como aquellos que no parecían más que los inicios tan criticados de actitudes de las chicas de sus salón de clases con el Joven, era algo idiota pensar que talvez aquel chico a tan solo días de estar ahí había llamado su atención, un niño, un malcriado, un hombre.
El rubio terminó su clase después de hora y media y sin más se despidió de su grupo no sin antes dejarles algunas tareas para el fin de semana, una razón más para sentirse vacío, un aburrido viernes que sin duda lo tendría en casa esperando la hora de dormir para despertar al día siguiente sin tener a alguien con quien salir, ningún amigo en particular ni conocer los alrededores para vagar tranquilamente de noche. La vida de Luhan estaba jodida y él mismo lo sabía había ocasiones en que él deseaba volver a China.
ESTÁS LEYENDO
El chico que creía en Peter Pan (HunHan)
Fanfic-Ven conmigo, te enseñaré a volar sobre el lomo del viento, nos elevaremos los dos y en vez de dormir tontamente en tu camita podrías venirte conmigo a decirle cosas graciosas a las estrellas -aquel chico murmuró en su oído logrando que el cuerpo de...