El vuelo
Luhan no sabía con exactitud que rayos estaba haciendo ahí, después de tomar y colocarse su saco largo salió de la escuela y lo único con lo que pudo justificarse a sí mismo fue la curiosidad pero para darle una respuesta o razón al chico que lo esperaba en una de las columnas fuera de la entrada principal, el profesor sí que se quedaba sin excusas, pues el chico lo esperaba a él, a nadie más y eso ciertamente ya lo hacía sentirse extrañamente alagado y nervioso sin saber que haría. ¿Podría ir a tomar un café con el chico? Era obvio que siendo un menor no tenía permiso para entrar a lugares donde Luhan hubiera deseado tomar una copa para calmar los nervios, pero eso sí, no podía dejarlo ir tan tarde a casa y menos a sabiendas de que ese lugar era peligroso tan tarde, el chico rubio alegremente pensó aquello encontrando una buena excusa para haber llegado en su encuentro y también de camino, saber en dónde vivía aquel chico Sehun.
-Me alegra que hayas decidido venir, pensé que me dejarías aquí -el profesor sintió ganas de girar si rostro para mirar si aquel chico le hablaba a alguien más pues había ocupado demasiada confianza para dirigirse a él.
-¿Me habla a mí, Joven Oh? -Sehun sonrió de lado, una tan bella sonrisa que el mayor sintió su corazón arder maldiciéndose millones se veces.
-Si, a usted -hizo una ligera inclinación que hizo a Luhan sentirse molesto, de un momento a otro ese chico era un total maleducado y al siguiente un pequeño caballero.
-Pues soy su profesor así que le suplico su respeto -el castaño negó.
-No necesita suplicar nada, yo soy quien insistió en que fuera a tomarse un café o lo que usted guste conmigo en muestra de mi agradecimiento ya que al parecer los dedales no son de su completo gusto -la voz educada y profunda de aquel mocoso más alto que el profesor verdaderamente lo estaba alterando, no podía aquel mayor dejar que algo así lo descontrolara tanto, debía mantener a raya completamente sus límites.
-Soy un profesor, soy tu superior y como tal exijo tu respeto Oh Sehun, entienda que yo ni siquiera tendría que estar aquí -el chico castaño miró alrededor notando la solitaria escuela donde parecía ya no haber ni un alma presente.
-Dentro de la escuela es un profesor, pero fuera usted y yo somos persona comunes y corrientes, además no es como si alguien fuera a decir algo, yo no lo hare -Sehun guio su dedo índice a su boca en una señal de secreto haciendo que la garganta del de menor estatura se sintiera seca sin saber exactamente por qué y dejándolo sin palabras a lo que aquel arrogante chiquillo hizo una ligera inclinación-. Usted primero, por favor.
El chico dio paso a Luhan quien aún un poco molesto accedió a regañadientes a caminar en dirección a la salida donde pasando a un costado de aquel chico castaño este se dedicó a caminar a su lado con una sonrisa en el rostro, como si aquello le causara diversión y la verdad es que así era.
-Si llego a tener problemas por esto le hare completamente responsable, Joven Oh -aquel chico rio fuertemente.
-Vamos profesor, yo invito, juntos pagaremos las consecuencias -un escalofrío pasó por espalda del chico de ojos negros quien soltó un suspiro.
-¿Dónde vive Joven Oh? Solo lo acompañare a su casa y de ahí yo me dirigiré a la mía -el chico alto frunció el ceño con total desaprobación.
-Claro que no, es viernes profesor, podemos vagar un rato, ir a toma algo y luego seré yo quien lo acompañe hasta su hogar, estas calles pueden ser muy peligrosas de noche -la sonrisa de lado que le dedicó aquel chico y con aquella poca iluminación solo puso más temeroso al profesor quien en ese preciso momento lo analizo todo. ¿Y si ese chiquillo era un demente? ¿Y si se había enojado porque vio sus dibujos? ¿Sería peligroso ir con él? Aquello era algo de lo que antes no se había preocupado, pero ahora parecía ciertamente un tema de interés para su propio bienestar.
ESTÁS LEYENDO
El chico que creía en Peter Pan (HunHan)
Fiksi Penggemar-Ven conmigo, te enseñaré a volar sobre el lomo del viento, nos elevaremos los dos y en vez de dormir tontamente en tu camita podrías venirte conmigo a decirle cosas graciosas a las estrellas -aquel chico murmuró en su oído logrando que el cuerpo de...