El cuento de Wendy

42 9 0
                                    

El cuento de Wendy

Que bella es la lluvia, que bello son los fines de semana en compañía de los amigos y los lunes donde lleno se energía te levantas para recibir aquel nuevo día con grandes ganas para sentirte renovado, ¿cierto? Pues es en este momento en que se dividen opiniones pues a pesar de tener fines de semana hermosos muchas personas odian los lunes o simplemente sus días comienzan de forma en que no puedes disfrutar se aquellos bellos momentos, Luhan formaba parte aquella mañana del lado de las personas quienes maldecían de una y mil formas aquella mañana nublada, húmeda pero agradable de lunes testigo de uno de los domingos más tormentosos de los que aquel chico había vivido.

Aquel profesor ya a punto de entrar a su última clase, ya casi entrado el medio día, analizaba toda su mala suerte y el cambio tan radical así como pesar para entrar aquella última clase con su alumno más representativo: Sehun.

Después de un viernes intoxicado, un sábado en descontrol total de sentimientos y un domingo que había iniciado con lágrimas en la madrugada para transformarse en una tarde en cama por los indicios de ligera gripa Luhan podía decir que su fin de semana había sido el más pesado y triste de su vida en Londres por no decir lamentable.

¿Cómo descansar en casa si todo el día se piensa en lo vivido? Aquel chico rubio simplemente no había podido siquiera pegar el ojo durante toda aquella mañana de domingo entre vuelta y vuelta en su cama pensando y arrepintiéndose de cada acto, cada palabra dicha al punto de considerarse todo un idiota por haber decidido ir con aquel alumno por un trago o café; él no debió de aceptar aquello, él pensaba que todo aquello hubiera hecho la diferencia. ¿Creen que hubiera sido así? La respuesta era clara, Sehun hubiera encontrado cualquier otro medio para acercarse a él.

Aquel profesor con lo único que defendía aquella salida era con la cantidad de personas y lugares que había conocido ese fin de semana, aquel bar, aquel barrio, Baek, Dodo, Chen, Kris, incluso a Miranda, Luhan no podía quejarse realmente de ello por completo.

Pero bueno, si seguimos describiendo aquella mañana de aquel profesor podemos mencionar por lo menos que la gripa, por la tormenta del día anterior, no se había desarrollado completamente gracias a aquel baño caliente y medicamentos que había tomado. Sí, todo bien por lo menos no iba moqueando a sus clases ni estaría estornudando a cada oportunidad, con lo que le molestaban las interrupciones. Luhan sentía por lo menos un rayito de esperanza ese día, rayito que fue nublado por el vicedirector del instituto quien con total desagrado y de manera autoritaria le había dicho a aquel profesor que durante aquella semana debía de planear alguna actividad para su grupo de Literatura Clásica, su grupo asignado para la semana de cultura donde debían preparar actividades y exposiciones para presentar a la sociedad de directores y representantes de las más grandes comunidades estudiantiles quienes estaban ansioso de ver el trabajo de un profesor joven en aquella escuela.

¿Para cuándo seria aquella actividad? Todo tenía que ser planeado para el viernes, recibiendo una disculpa de parte de aquel tipo arrogante quien mencionó haber olvidado por accidente mencionarle desde antes aquellas actividades culturales. A esas alturas lo mismo le daba a Luhan recibir aquella disculpa que recibir una patada con bota vaquera en el trasero, eran iguales aquellas dos opciones.

Como verán parecía que aquello no podía empeorar para el profesor hasta que este encontrándose con un libro en la biblioteca con la leyenda Wonderland únicamente había logrado hacerle pensar en Sehun y en qué diablos le diría al verlo. ¿Lo saludaría? ¿Y si Sehun lo ignoraba? ¿Podía evitar derrumbarse ahí mismo?

Las dudas lo asaltaban poco a poco y causaban una ansiedad que intentó quitar calificando algunos borradores de ensayos que le habían dado en sus otros grupos hasta que fue imposible seguir evitando aquella responsabilidad y a los cinco minutos para su clase salió casi arrastrando los pies en dirección a aquel salón, donde con miedo y dando una muy profunda respiración entró cayendo su mirada tan inconsciente y rápidamente en aquel chico quien al fondo del salón miraba distraídamente para afuera de aquella ventana con tristeza que se podía notar a leguas incluso oír los presentes en el salón quienes rara vez veían temprano y triste en aquel salón a aquel chico alto y guapo.

El chico que creía en Peter Pan (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora