Frente a frente

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Frente a frente

¿Qué pasaba en aquel cubículo? ¿Por qué aquel rubio lloraba a la vez que reía? Luhan era todo un poema de emociones, ¿por qué? Aquello era simple de decir pero no de escribir, pues segundos antes dentro de aquel lugar, el rubio había encontrado algo muy especial, ojeando aquella copia del libro de Peter Pan había llegado al final, a aquella última página donde con texto subrayado sonrió pero al mismo tiempo notó algo extraño en esa última hoja, tenía líneas que sobresalían,  como si alguien hubiera escrito algo detrás de la hoja, idea  que no fue errónea, pues girando aquella hoja Luhan encontró algo que nunca imagino. En la base de la hoja lo que parecía ser el dibujo se un par de manos haciendo una promesa había aparecido acompañada de un mensaje, uno talvez sencillo, talvez complejo que había hecho a aquel chico llorar, podría yo describir aquello que decía el mensaje pero la correspondencia es algo privada que no podríamos revelar nosotros sin el consentimiento de los involucrados.
Luhan lloraba de felicidad, de alegría a la par que de ansiedad por que aquellas horas que lo separaban de Sehun terminaran pues cual evidencia de aquel viaje aquella última página tenia escrita la despedida tan especial del castaño, una despedida que Luhan quería responder, una revelación tan grande como la felicidad mezclada con miedo que en esos momentos inundaban al mayor.

No podría yo describir tal mensaje a pesar de saberlo pues aquellas palabras a puño y letra del menor solo en aquel libro se podrán encontrar, ¿cómo encontrarlo? Creyendo en la fuerza de la voluntad y en lo imposible, inmortalizando lo dicho, materializando lo irreal, solo creyendo nosotros podríamos saber lo que Luhan y posteriormente cinco afortunadas personas serian testigos de aquella última promesa.

–¡Profesor Luhan! Exijo inmediatamente la razón de su inasistencia del día de ayer, espero haya sido algo verdaderamente importante para haber cometido tal falta de respeto. Tal ineficiencia a nada de nuestro día cultural, es usted una persona irresponsable, esta institución no tolerara más faltas de interés en su materia y en nuestra política –sin siquiera tocar la puerta de aquella oficina el vicedirector de aquel instituto entró en el cubículo del rubio con un aire de superioridad ante su puesto–. ¿Me está escuchando, Profesor Luhan? El director y yo no estamos dispuestos a seguir tolerando sus...

–¿Ha terminado de hablar? –Aquel rubio miró con molestia a aquel profesor–. Lo  escuché la primera vez que usted lo dijo, no necesita repetir dos veces sus amenazas, más bien permítame preguntarle, ¿qué significa esto? ¿El director me ha corrido por una inasistencia o puedo seguir con mi trabajo?

Escandalizado aquel superior casi se ponía rojo de coraje.

–Pero que insolencia, se nota que usted no tiene el nivel profesional ni la madurez suficiente para este trabajo, si yo fuera el director no dudaría ni medio segundo en ponerlo de patitas en la calle ahora mismo, usted es un...

–Pero usted no es el director aquí, ¿cierto profesor? –Aquella voz había llegado desde la puerta de la oficina de Luhan llevándolo a levantarse educadamente. El propio director, aquel ser tan gentil, había llegado a su cubículo, el director White Liddell Minseok había defendido al menor–. Yo soy quien decide la gravedad de su falta, vicedirector, déjenos solos un momento por favor, yo me encargaré de resolver este asunto, le informaré más adelante de esta platica, gracias.

Aquel director entró al cubículo de aquel profesor señalando cortésmente la salida para aquel ser tan grosero que era el segundo al mando de aquella institución.

–Con  su permiso –Aun molesto, y diciendo mil y un maldiciones, aquel viejo profesor dejo a solas a Minseok y a Luhan, ambos serios, el menor de ambos con nervios pensando en si aquel director había escuchado tan mala forma de expresarse, esperaba realmente no ser despedido.

El chico que creía en Peter Pan (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora