Y Wendy, ¿creció?

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Y Wendy, ¿creció?

Sábado por la mañana, un chico de chamarra de grabados cual piel de cocodrilo caminaba tranquilamente y con esperanzas a la torre del Big Ben, más no iba solo, claro que no, iba acompañado de un chico bajito de sinigual belleza que con fastidio había sido sacado de su cama en dirección a lo alto de aquel sitio, al interior del reloj de aquella torre tan representativa en Londres.

Chen y Baekhyun se encontraban ahí, en el mismo sitio donde horas atrás nuestros protagonistas se habían encontrado y compartido el momento más feliz de sus vidas, en el lugar preciso de aquella despedida.

–Luhan no estaba en casa, lo puedo asegurar –aquel menor habló alto para que JongDae lo escuchara.

–Lo sé –la indignación llenó al pequeño.

–¿Entonces porque me hiciste ir a revisar? –Una travesura jamás estaba de más de parte de aquel chico mayor quien gustaba de hacer cabrear al hada–. ¿Crees que se haya suicidado después de su partida?

–Claro que no –Chen rio ante los deseos más macabros del menor–. Estoy seguro de que ellos se han ido juntos. Sé cómo es Sehun, lo conozco bien.

–Pues yo lo conozco más que tú –aquella voz estaba llena de coraje–. Niño insolente, te crees hijo de Peter Pan quien te trajo aquí sin saber que yo fui quien te encontró en la playa y le dijo a ese niño que un nuevo niño perdido había llegado.

Chen rio ante aquello.

–¿Eso te convierte en mi madre? –Baek se había puesto rojo del coraje.

–Eres un idiota, tienes razón, pareciera que de tal palo tal astilla, realmente pareces hijo de aquel niño tonto –entre risas de parte del de sonrisa felina este dirigió su vista a un pequeño balcón que había ahí arriba desde donde se podía ver la ciudad.

–Mira Baek, creo que hay algo ahí –acercándose rápidamente a aquello que había visto, aquel castaño pudo encontrar lo que parecía una mochila, una que antes estaba seguro de haber visto, de alguien especial–. Es la mochila de Luhan, estuvo aquí...

Aquella confirmación hizo a Chen reír, él sabía que Luhan no fallaría, que iría al encuentro con Sehun, que aquella historia se volvería a escribir.

–¿Qué hay dentro? –Un curioso Baekhyun intento quitarle a la mayor aquella mochila.

–Deja, a ti ni siquiera te agrada Luhan, yo mirare –aquel castaño sentándose en el piso de aquel gran reloj abrió aquella ligera mochila encontrándola con desilusión casi completamente vacía a excepción de un ensayo y un libro de Peter Pan que con curiosidad hojeo encontrándose con un tesoro sin igual. Encontrándose con aquella última página que lo hizo sonreirá se oreja a oreja y de tanta felicidad no había podido evitar reír.

–¿Pasa algo Chen? –El pequeño de delineado perfecto intento ver aquello que el nombrado leía siendo apartado por el mayor quien guardó ambas cosas de regreso en la mochila y se la colgó de un hombro mirando aquel cielo ahora de mañana imaginando que talvez en esos momentos tanto Sehun y Luhan debían se estar llegando a aquel país de nunca jamás.

–Peter Pan no volverá más, al fin está viviendo su mayor aventura –Chen soltó aquello con felicidad, deseando haber podido ver aquella felicidad de nuevo brillar en ojos de Sehun, deseando que asi fuera por el resto de toda su existencia.

–JongDae –el acompañante de aquel chico llamó su atención moviendo ligeramente su brazo–. Chen, dime la verdad, ¿enserio Margaret era la Tátara tátara tátara abuela de Luhan?

El castaño sonrió.

–No recuerdo cuantos Tátaras son Baek, pero así es –aquellas palabras no eran solo al viento, aquel destino ya estaba escrito desde que con letras de oro Wendy había tenido una hija llamada Jane y está a su vez había dado a luz a Margaret, toda una familia con un secreto en común, la visita de aquel niño por las noches para la limpieza de primavera, porque una a una las niñas de aquella línea sanguínea habían nacido para cumplir aquello que Wendy no había logrado, darle una madre al niño que no crece, pero que extrañamente la madre de Luhan sorprendida había dado a luz a un solo varón. ¿Cómo cumplir la misión de la familia? ¿Cómo lograr aquel cometido? Pues lo había logrado, dándole no una madre más a aquel chico, sino su mejor amigo, aquel dulce sueño había llegado a su final, aquello que Wendy había iniciado fue acabado por Luhan, el chico ciervo–. Nunca nos olvides Peter Pan, amigo Sehun, porque aquí... Nadie te olvidara.

–Eso mismo dijo Luhan y no cumplió –Baekhyun volvió a hablar molesto ganándose un suspiro de fastidio y una risita de parte del más alto–. No me mires así, en este mundo todos parecen olvidar lo que es soñar.

–Pero no todos lo hacen Baek, solo tú decides creer o no... Olvidarlo o recordarlo siempre, lo de Luhan, fue un caso especial, todos sabíamos que este día llegaría.

Talvez todo estaba en saber que Peter Pan no había tenido un final feliz con Wendy por una razón, el destino tenía planeada la mayor felicidad para el niño que velaba por las aventuras en sueños de la humanidad, un final feliz a lado de aquel que sería su mejor amigo, por siempre y justamente de línea directa de la misma familia que inicio todo; Luhan ahora era la respuesta a todo.
Y que niño tan mas egoísta había terminado por ser, pues se llevó al niño de ojos bellos, aquella alma sabia pero inocente que ayudaría a Peter en su misión, se lo había llevado para ser alegres e inocentes por siempre juntos y reír y soñar en la nube más alta de todas, correr y volar en Nunca Jamás donde ahora por siempre brillara el arcoíris, donde el invierno y la tristeza no tocara esa isla, nunca jamás:

“Adiós Peter, Adiós Wendy”

“Adiós Sehun, Adiós Luhan”

Todos nos despedimos de ellos y de este cuento con hermosos final con alegría, sabiendo que incluso en las situaciones más dolorosas como tristeza con el tiempo la vida nos dará de aquella felicidad que merecemos, porque todo el bien en esta vida se regresa, porque el mal se paga y te enseña, porque la carta más sencilla puede decir tantas verdades, y la inocencia a pesar de ser adultos se conserva.

¿Quién sabrá lo que decía la carta de Peter Pan? Solo quienes crean podrán saberlo, porque no es necesario saber lo que decía en ella para poder saber que era algo importante y bello, aquella promesa, aquella declaración, mientras tengamos fe todo es posible por ver.

Al seguir creyendo, estemos dispuestos a escuchar cuentos y viviendo en sueños, podremos sonreír a la vida, con pequeños detalles que nos harán felices, con valentía como Peter Pan ahora llamado Sehun por los niños, que buscando hacer el bien encontró la felicidad, que comprendiendo sus errores aprendió que en la tierra así como en cualquier lugar donde la vida existe solo quien quiere ser infeliz lo será, pues la vida en si es el mejor regalo del que podemos disfrutar, porque sufre el que quiere sufrir y ríe quien quiere reír de la belleza de vida.

Porque, si nosotros podemos creer en esta historia, en que Peter Pan pudo ser feliz, si nosotros creemos que nuestras vidas tienen un significado más allá del que nosotros hemos soñado, podemos entender que somos capaces de lograr nuestros sueños y metas.

¿Qué esperas tú para ser feliz?

Para soñar con sirenas y cabalgar unicornios bajo la noche más bella que tus sueños puedan mostrar. ¿Qué esperas para hacer lo que tú hayas decidido ser?
La vida inicia y renace, y es hermosa mientras así lo creas.

Sigue soñando Senyazel.

FIN?

El chico que creía en Peter Pan (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora