La laguna de las sirenas

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La laguna de las sirenas

Música, luces y alcohol por no mencionar algunos aspectos más desagradables eran las palabras que llevaban en ese momento a Luhan a definir aquello que veía o escuchaba en aquel bar ya tan familiar para él por las personas quienes trabajaban ahí. ¿Qué nos hemos perdido de Luhan y Sehun? Nada especialmente importante más que Luhan subiendo desde el sótano a aquel almacén del bar con el pensamiento de que las escaleras volvían a ser eternas y por más que subía y subía no acababan. ¿Luhan habló con Baek? No, extrañamente en el momento en que aquellos, nuestros dos chicos principales salieron de habitación del castaño,  se habían encontrado a un Chen que con expresión abatida bebía lo que parecía ser un té caliente mientras masajeaba su sien para seguido de ello escuchar sobre la difícil discusión con el chico de lindo delineado de ojos, quien había decidido subir a su lugar de trabajo y comenzar a ayudar con los preparativos para que el bar no abriera con retrasos, imposibilitando aquella charla que Luhan quería tener con él y que se había pospuesto una vez más.

Nuestro profesor sin más miró a su alrededor en aquel bar donde las chicas pasaban con provocativos vestidos, tacones altos y miradas coquetas, aquellas chicos no era por ofender pero Luhan las etiquetó como chicas de la vida galante; hermosas jovencitas que vendían sus encantos por algo de mal dinero o pagos es especia para lo que parecía ser bueno conseguir un buen postor que ofreciera lo suficiente por ellas.

Aquellas chicas a pesar de sus actividades nocturnas pasaban a su lado por el bar con total naturalidad con extraña molestia al rubio quien acompañado del más alto era el receptor de bellos guiños, coqueteos descarados y saludos muy informales así como vulgares que Sehun parecía corresponder siempre educado a pesar de todo.

Aquel profesor se sentía mal, no entendía la causa de las personas al tener tan buena relación con el menor pero al verlo a él  a su lado parecían repelerlo y odiarle como si fuera trasmisor de la peor enfermedad de la historia o el mayor ladrón. ¿Por qué todas las chicas presentes lo miraban asi? Y algunas incluso parecían pasar a su lado con la intención de chocar sus cuerpos contra el de Luhan quien no quería que ante aquellos golpes las chicas fueran a hacerse daño a ellas mismas, Luhan no entendía nada.

–Hola de nuevo Sehun –para molestia del mayor la chica de la noche anterior, la linda chica de nombre Miranda, apareció saludando casualmente con un beso en la mejilla a Sehun que este recibió sin siquiera negar aquel contacto.

–Hola Miranda, ¿otra vez aquí? –Aquella chica asintió.

–Ya ves mi niño, una vez más me encuentro aquí al igual que tu linda acompañante de ayer, dime pequeño, ¿dónde la encontraste que luce tan aburrida vestida asi?

El coraje en aquel profesor se hizo presente al ser llamado chica por aquella mujer. ¿Por qué diablos pensaban que era una chica?

–Te equivocas Miranda, él es Luhan, un amigo y mi profesor de la escuela –aquella chica rio fuertemente.

–Sehun, no puedo creer lo que dices, él... –las risas no se detenían–. Todas pensábamos que era una chica vestida de chico y por ello... Que tontas fuimos todas, Sehun.

Aquel chico a pesar de todas aquellas risas no se inmutó siquiera en sonreír mirando serio a aquella bella chica, pues aquel comentario se notaba había hecho sentir mal al profesor y este se encontraba con la mirada gacha en su sitio.

–No le veo la gracia, Miranda –el chico mayor miró con ojos abiertos a aquel su alumno quien hablaba reprobatorio sin perder aquella finura de caballero–. No se juzga a las personas por como lucen y eso lo saben bien.

Sehun parecía realmente decepcionado ante lo dicho y aquello realmente hizo molestar ligeramente a la hermosa chica frente a él quien había sentido aquellas palabras más que personales.

El chico que creía en Peter Pan (HunHan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora