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Seis

"Mingyu dijo esto, ¿Puedo salir con Mingyu y Seokmin el fin de semana?. Mingyu hizo esto, Mingyu viene hoy" ¡Ya basta! Seungcheol estaba harto de ese nombre. Cuando Jihoon lo pronunciaba, literalmente, no lo escuchaba ni un poco.

Seungcheol los llamaba "El dúo de los idiotas", pero para Jihoon eran como sus mejores amigos. Seokmin, Mingyu y Jihoon se habían llevado tan bien, que hasta crearon un grupo de chat entre ellos para comunicarse. Salían seguido, siempre cuando todos estén libres.

— ¿Mingyu no viene? — preguntó Seungcheol al subirse al auto con Jihoon.

— Tiene mucho trabajo hoy, tal vez no nos veamos esta semana.

Seungcheol no pronunció ninguna palabra, pero estaba feliz de que el moreno no se presentase en ese día. Ya estaba cansandose de él, lo único que "ese" quería era una noche con Jihoon y Seungcheol lo sabia demasiado bien, es por eso que cada vez que Mingyu iba a la casa de éste, no los dejaba ni un segundo en paz.

— ¿Por qué no te agrada Mingyu?

— No lo sé, sólo...no me cae bien.

— Anda, tiene que haber una razón.

— Si hay, no la sé, Jihoonie.

Jihoon se sonrojó al escuchar ese apodo, sonrió y puso su vista en el teléfono, Mingyu había mandado un mensaje en el chat grupal.

— Está lloviendo — anunció el mayor.

Jihoon no respondió, pero pudo escuchar el sonido de las gotas de lluvia cayendo al lado de su ventana. No odiaba ese clima, pero tampoco le gustaba, tenia sus desventajas y ventajas.

Ya en la casa Jihoon empezó a preparar la cena. Seungcheol estaba en la ducha, o tal vez no, ya que hace una hora que habían llegado, y hace una hora que Seungcheol estaba en el baño.

— ¡Seungcheol, la cena está...!

La electricidad se había cortado.

— ¡Maldita sea! — se escuchó el grito de Seungcheol proveniente de su cuarto — ¿Estas bien, Jihoon?

— Si, gracias.

El azabache salió del baño con una toalla en su cabeza, señal de que se había lavado cabello, le indicó a Jihoon donde se encontraban las velas y el menor fue rápidamente en busca de ellas. Seungcheol se sentó en el sofá, pensando en el porque había ocurrido esto.

— ¿Hay tormenta? — pregunto Jihoon mientras entraba a la sala ya con las velas y una caja de cerillas.

— No tengo ni idea.

Un rayo sonó fuertemente y Seungcheol se sobresaltó tanto, que saltó del sofá y se cubrió con la pequeña toalla que anteriormente estaba encima de su cabeza.

— ¿Le tienes miedo a los rayos?

— ¡P-para nada! — exclamó con un tono orgulloso.

— Bien, entonces me iré a mi cuarto.

Jihoon dio apenas dos pasos y otro rayo había caído, Seungcheol corrió hacia él y lo abrazó como si estuviese a punto de morir. El menor rio por el acto.

— ¿Te encuentras bien?

Seungcheol negó.

— ¿Quieres que me quede contigo? — el mayor afirmó con la cabeza —, esta bien. Vamos a sentarnos.

Se sentaron en el sofá, más bien, Jihoon se sentó en él, Seungcheol estaba casi encima de él, abrazando un brazo y escondiendo su cabeza en su hombro.

— ¿Tanto así?

Seungcheol dio un pequeño grito cuando otro rayo había caído, y ese se había escuchado muy cerca.

— Ya, tranquilo — Jihoon acarició la cabeza de Seungcheol.

Estuvieron así por un rato más, hasta que la lluvia había disminuido. Jihoon pudo notar que Seungcheol se estaba quedando dormido.

— ¿No quieres ir a tu cuarto ya?

— No quiero ir solo.

Jihoon suspiró profundamente.

— ¿Quieres que te acompañe? ¿No quieres que llame a Jeonghan?

— No llames a Jeonghan por nada del mundo.

— ¿Por qué? — preguntó confundido.

— Jeonghan odia que le tema a los rayos, dice que es una tontería.

— Oh...Yo odio esta parte de ti.

Seungcheol se sorprendió, creyó que lo tomaría como un niño pequeño que le tiene miedo a cualquier tontería.

— A lo que yo le tengo miedo es más ridículo.

— ¿A que le tienes miedo?

— ¡No te voy a decir! — soltó Jihoon riendo.

Seungcheol se quedó pensando unos minutos en qué era la cosa que le hacía temer a Jihoon "¿Será también los rayos?". Seungcheol observaba cada movimiento del menor para descubrir si es que en ese mismo momento, tenia miedo de algo. A Jihoon se lo notaba inquieto y casi no se movía del sofá, sus máximos movimientos eran los de sus manos, girar su cabeza repentinamente cuando creía oír algo y parpadear.

— ¿Acaso...?

— ¿Si? — pregunto Jihoon mirándolo.

— ¿No será que le tienes miedo a la oscuridad?

— ¿Miedo a la oscuridad? No, eso no tiene nada que ver — respondió confiado, pero Seungcheol pudo notar que su respuesta era una completa mentira.

En un momento desprevenido, en el cual Jihoon estaba callado y mirando a quien sabe dónde, Seungcheol sopló suavemente en la oreja del menor, se asustó tanto que ahora estaba de bolita en el sofá. Seungcheol se limitó a reír.

— Mentiroso.

— ¿Yo? — pregunto indignado — ¿Por qué?

— Me dijiste que no le tenías miedo a la oscuridad.

— Tal vez, sólo un poco.

Seungcheol se acercó lo suficiente a Jihoon como para sentir su respiración encima de su boca, se relamió los labios pensando desde hace cuanto quería probar el sabor de Jihoo, hace cuanto que quería tenerlo cerca. No sabia cuando había desarrollado estos sentimientos, pero ahora los tenía.

— ¿Y si te hago perder el miedo? —susurró Seungcheol mientras miraba los labios del menor.

— ¿Cómo? —preguntó Jihoon sin alejarse.

— ¿Cómo crees?

Seungcheol se abalanzó sobre los labios de Jihoon, sintió tanta felicidad, hace tanto tiempo que quería hacer eso. Soltó una sonrisa al sentir que el menor le siguió el beso y optó por colocar su mano en la nuca de Seungcheol.

— Espera...—se separó porque necesitaba tragar mucho aire, y aprovechó para preguntar— ¿No está esto mal?

— ¿Por qué debería? —Seungcheol quería sus labios juntos de nuevo.

— Seungcheol, tienes novio.

— Terminamos ¿Sabes? —El azabache daba besos a Jihoon por toda la cara, no se cansaba nunca.

— Yo...no estoy preparado.