Diecinueve

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— Jihoonie ¿No tienes hambre?

Jihoon negó con la cabeza.

— Pero hemos estado viajando un buen rato —se quejó Seungcheol.

— Si quieres comer algo podemos parar en algún lugar —dijo tranquilamente—, no tengo prisa para llegar a Seúl.

— ¿En serio? —Seungcheol sonrió y lo miró por un segundo para luego volver su vista a la carretera— Entonces ¿Podemos parar si veo algún lugar bueno para comer?

— ¿Por qué no podrías? —Jihoon sonrió y bajó un poco la ventanilla que tenía a su lado.

Ya estaban viajando para volver a Seúl, para el menor, sin dudas, fueron las mejores vacaciones que pudo haber tenido hasta aquel día. Le encantó la ciudad y los lugares que visitaron, también se sintió cómodo en el hotel y disfrutó mucho de la comida.

Hicieron una breve parada en un supermercado que estaba al lado de la estación de buses de Okcheon para comprar algunos aperitivos. Jihoon había dicho que no tenía hambre, pero era el que más cargaba cosas para comer en la canasta.

— ¿No era que no tenías hambre?

— Supongo que el viaje me afectó un poco —bromeó.

— ¿No quieres llevar algo para beber? Estás llevando comida que probablemente te dará sed después —sugirió Seungcheol al ver las cosas que Jihoon había cargado.

— ¿Podrías traer cola entonces, o un poco de agua? Con cualquier cosa estoy bien —tomó la canasta en sus manos— yo iré a esperar en la caja.

Luego de comprar todas las cosas, volvieron al auto para seguir viajando. Salieron a las 2:40 p.m. ya había pasado una hora de eso y estaban a mitad de camino, Seungcheol pensó que les tomaría menos tiempo volver a Seúl.

— Tardamos mucho más de lo que creí... —soltó Jihoon al entrar a Seúl.

— Yo creí que íbamos a tardar menos, cuando estábamos en Okcheon sólo había pasado una hora y eso ya era la mitad del camino.

— ¿Qué hora es? —Jihoon tomó el teléfono de Seungcheol y sonrió al ver su fondo de pantalla, que era una foto de él.— ¿Por qué tienes una foto mía como fondo de pantalla?

— Porque cuando no estas cerca, desbloqueo mi teléfono y igual puedo verte —dijo Seungcheol inclinando su cabeza hacia él pero con la mirada en el camino— ¿Sería cursi si te pidiera que tengamos un fondo de pantalla juntos?

— ¿Juntos? —preguntó confundido— ¿A qué te refieres con eso?

— Hablo de... —dudo unos minutos en contárselo, Jihoon no era de hacer cosas cursis— que yo ponga una foto tuya como fondo de pantalla y tú pongas la mía.

— Espera busco un ejemplo... —Jihoon entró a google y buscó imágenes por unos minutos hasta encontrar el ejemplo perfecto— ¿Algo así?

 —Jihoon entró a google y buscó imágenes por unos minutos hasta encontrar el ejemplo perfecto— ¿Algo así?

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— ¡Si, algo como eso! —el auto había parado ya que el semáforo tenía luz roja— ¿Qué te parece?

— Me gusta la idea, pero ¿Hace falta que nos tomemos una foto así?

— No, no. Con que tengas una foto mía es suficiente.

— Está bien.

Terminó por poner fotos al azar de ambos chicos ya que no encontraba una foto de ellos en el teléfono en la que ambos salieran bien porque en la mayoría, según Jihoon, era él el que no salía bien en las fotos. Buscó una buena foto de Seungcheol en su teléfono y encontró una que le había enviado hace un tiempo mientras esperaba por él en el set cuando éste había ido a comprar un café.

— ¿Y bien? —preguntó Jihoon mostrando ambos teléfonos.

— Con eso me conformo —dijo sonriendo a la vez que volvía a acelerar el auto

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— Con eso me conformo —dijo sonriendo a la vez que volvía a acelerar el auto.

— Otro día podemos hacerlo mejor ¿No? —Jihoon bloqueó el teléfono de Seungcheol y lo dejó en su lugar.

— Al menos tu foto si es una que tomamos del viaje, mi foto es una cualquiera.

— Pero es tú foto.

— Es cierto.

Llegaron a la casa cansados y luego de bajar las maletas directamente se fueron a ducharse. Extrañaron tanto estar en su casa, especialmente Jihoon que no estaba acostumbrado a viajar y a pesar de que no era su casa, sentía como si fuera de él.

— Son las 5:30 recién ¿Quieres hacer algo?

— Debería ensayar para la audición —se levantó de la cama en la cual estaba acostado— ¿Me ayudas?

— ¿Quieres que te ayude? —se señaló a si mismo.

— Si ¿Por qué no querría?

— No lo sé, sólo se me hacía raro ¿Quieres ensayar aquí o vamos al edifico?

— Sería mejor ir a ensayar allá, pero estoy demasiado cansado como para ir hasta allá.

— Pero también debes practicar algún baile.

— Eso lo haré mañana.

— Mañana es domingo —recordó Seungcheol.

— ¿Y el edificio no abre domingos? —preguntó mientras tomaba la guitarra.

— Si lo hace.

— ¿Entonces?

— Es que quería estar contigo mañana, pero no importa si quieres ensayar. Además queda muy poco para la audición.

— Dos semanas...

— ¿Estás emocionado?

— No sabes lo fuerte que me late el corazón cada vez que pienso en eso —dijo Jihoon mientras se tocaba el pecho.

— ¿Más que cuando estás conmigo? —Seungcheol se acercó a Jihoon quedándose sólo a centímetros de su cara.

— No tanto —sonrió y tomó su cara entre sus manos—, cuando estás cerca se vuelve loco.

— ¿Y ahora?

— Está a punto de explotar.

Seungcheol besó sus labios suavemente, a él también le latía el corazón como un loco. Cuando Jihoon estaba cerca de él era imposible controlar su ritmo, era imposible que cada día se enamore más de él, con esa bonita sonrisa y esos bonitos ojos ¿Quién no lo haría?

— No te irás de mi lado ¿Verdad? —le preguntó Seungcheol luego de separase.

— Ni si quiera lo pensaría.

Seungcheol sonrió y se abalanzó sobre él, haciendo que Jihoon caiga de espaldas en la cama mientras era abrazado por el mayor. Lo quería tanto y no sabía si podía querer tanto a otra persona como a él.

El Nuevo Asistente →Jicheol←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora