Capítulo veinticinco

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"Todo empezó cuando estábamos viajando". Tuve un sueño, le expliqué. Pero pude ver en sus ojos, en todo su rostro... Que no me creía.
"Cuando dormías... En la cabaña, me obligué a intentar recordarte. Busqué algún objeto o incluso algún sitio en la casa que pudiera ayudarme, pero ni siquiera recordé las cosas que compré antes de verte para decorar." Jaebum se levantó de la silla y dijo que necesitaba tomar una ducha. De verdad necesitaba que se fuera, pero ninguno de los dos confiaba en mí lo suficiente.
"Fui un idiota por no notar mi laptop antes. No la había revisado en mucho tiempo porque luego de la operación la dejé en la cabaña. ¿Sabes? Sin siquiera recordar tu existencia tenía la necesidad de dormir allí, porque allí te encontraba a tí."
"Encontré algunos correos que te escribí, pero que jamás se enviaron. Y... También me pregunté porqué no lo hice"

— ¿Qué decían esos correos, Jinyoung? —me preguntó ________, cansada. Yo me desesperé por explicarle todo—

— Decían que iba a encontrarte, y que queria que estemos juntos.

— ¿Por qué no nos enviaste?

— No... No lo sé. Tal vez tenía miedo. Tal vez no quería meterme en tu vida

— ¿No lo recuerdas? —hizo una pausa. Entrelacé mis manos, nervioso— la única razón por la que sigues aquí es porque dijiste que me recordabas 

— Nunca te recordaré —le dije, firme— mi memoria se fue y todo lo que sentía también. Pero... Siento algo por tí y algo dentro de mi me dice que... Puede ser lo mismo que sentí antes

_______ negó con la cabeza. Se veía frustrada. Algunas finas lágrimas brotaron de sus ojos. Comencé a dudar sobre ser honesto, tal vez si le hubiese mentido, no la habría dañado, pero no, ella no merecía patrañas.

— Jinyoung, tú... Puedes seguir con tu vida —la oía perfectamente, pero no lograba comprender que quería decirme. Sus manos temblaban y yo sentía todo mi cuerpo tenso— Descubre si eres o no el padre de ese niño, y si necesitas que ayude en el caso de... De Kim, lo haré.

— ¿Estás pidiéndome qué me vaya? —el mundo caía a mis pies. ¿Por qué me importa tanto? Ella es... Una desconocida—

— Estoy pidiéndote que me dejes seguir —_______ suspiró y ocultó su rostro para sumergirse en un llanto silencioso—

— Yo sé... Que nada ha sido fácil, pero puedo..

— ¡Solo vete y déjame en paz! ¡Desde que te conocí no he hecho más que llorar! —me gritó interrumpiendo. Busqué en mi cabeza algo que para decirle que pudiera acabar con esa decisión. No quería dejarla ir, ella era la mujer con la que había soñado tanto tiempo sin siquiera saberlo —

— Lo íbamos a lograr juntos, ¿lo recuerdas? Nosotros íbamos a... Seguir juntos apesar de todo —dije nervioso y tartamudo. Estaba desesperado. Ni siquiera había notado la presencia de Jaebum. —

Horas más tarde, me encontré en un parque. Estaba oscureciendo y ya me había fumado un paquete entero de cigarros. Me sentí patético al recordarme saliendo de la casa de Jaebum. Pidiéndole por favor a _______ que no me dejara. No entendía en que momento me había transformado en el hombre que jamás había querido ser, el que ruega que no lo dejen.
Busqué un hotel. Encontré uno cerca, era horrible. Las paredes caían a pedazos, había indigentes durmiendo en la entrada y la mujer de las llaves... Era aterradora.

Después de no conseguir el sueño, y con algunas botellas de cerveza encima, salí al pasillo que llevaba y dividía las habitaciones. Luego de haber dormido abrazado a la cintura de _______, era difícil poder hacerlo solo. Reservaré lo que escuché en ese lugar.
Me senté en unas escaleras de metal y llené mis pulmones de oxigeno vaciado. La extrañaba tanto.
Aún sentía una opresión en el pecho, debí ser más cuidadoso, maldición... Debí hacer cerrado mi maldita boca, debí besarla y hacerle el amor.
Maldición, es tan hermosa.

Weekend (Junior y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora