Capítulo veintinueve

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— Sigo sin entender porque tenemos que ir a la casa de tu amigo — reprochó Jinyoung. Ya había pasado un día entero pero el seguía igual de confundido—

Subimos al taxi. Jinyoung no me quitaba los ojos de encima, me ponía algo ansiosa. Me sentía sucia y desarreglada. No había dormido y estaba preocupada. El doctor dijo que Jinyoung entendería fácil las cosas y su propio cerebro se acostumbraría a su realidad, pero en verdad, el se veía desesperado.

— ¿Amor? ¿dices que el novio de Kimi me golpeó? —Jinyoung bajó la mirada y apretó sus rodillas. Acaricié las mismas—

— ¿Por qué te esfuerzas en recordar? Solo te frustrarás. ¿Confías en mi? —Jinyoung tomó mi rostro bruscamente y me besó ansioso. Apesar del cansancio adormecedor que tenía, el verdadero Junior despertó cada sentido en mí —

— Confío en ti. Volviste —dijo agitado,sonrió y beso mi mano con suavidad. Sus labios calientes, eran todo lo que extrañaba— Pero sabes... Siento que me perdí algunas cosas importantes y recuerdo tantas otras... Mezcladas

— No tienes que preocuparte, yo me encargaré.

Jinyoung sonrió con la cabeza gacha, pero noté que quería seguir cuestionando.

— Señor, déjenos en la próxima cuadra. —Dictó— Tranquila, por alguna razón creo saber donde iremos

—  No creo que sea buena idea...

— ¿No quieres ser impulsiva? Lo has hecho una vez y nosotros... Estamos juntos —Jinyoung acarició mi pierna y su sonrisa me dijo lo que él no se animaba a decir.—

Jinyoung me guió de la mano hacia la entrada de un hotel de colores pasteles. Me detuve justo en la entrada.

— Debes estar bromeando —dije cortante. Jinyoung me dejó ver las arrugas en sus ojos al sonreír—

— He venido aquí antes, contigo... ¿no es así? — Jinyoung mordió su labio inferior. Mi estómago aleteaba—

— Junior, si no quieres volver al hospital, termina con esta estupidez  —dije apretando los dientes— Solo estuvimos unos días aquí, ¿estas por confesar que me engañaste? ¿en que momento? ¡esto es patético!

— ¿Por qué no me ayudas a recordar entonces? —Jinyoung se acercó despacio. Giré mis ojos instintivamente y luego lo observé. Había dejado de verlo así, su cabello fino y ahora largo sobre sus pequeños ojos, las orejas que sobresalían, sus labios. Nada había cambiado, el seguía pareciéndome el hombre más perfecto del mundo—

Otra vez, como en el bosque, en cabaña y su galería, Jinyoung tenía el control. Me sentía segura, podía dejarme llevar en cualquier momento por él, porque sabía exactamente como hacerlo.
El sol entraba debajo de la puerta, pero el cuarto seguía oscuro.

— ¿Qué vamos  a hacer? —Pregunté en un hilo de voz. Miré hacía todos lados y aquel lugar seguía siendo horrible, pero tampoco fui capaz de irme porque quería escuchar la respuesta que ya conocía  de su boca—

— No te confundas. Lo que yo te haré, no olvides niña... Yo tengo el control —sentí mis labios secos y un cosquilleo en todo el cuerpo. ¿Por qué la única cosa que nos conectaba a pesar del  tiempo y recuerdos era el sexo?—

— ¿Acaso no es lo suficientemente importante todo lo que está pasando para que solo pienses en esto? —bufé fingiendo estar fastidiada, el tomó mi rostro— Jinyoung, estoy... —Él me interrumpió con un beso corto en mis labios— cansada,y sabes yo no....—volvió a callarame de la misma forma—

— ¿En que pienso? —su voz gruesa en mi oído, erizó cada parte mi cuerpo—

— En... Estar juntos. —dije tímida, ¿tímida? Sí—

— Dilo, no es sexo. Quiero... Hacerte el amor

Jinyoung me llevó con delicadeza hacia la punta de mi cama, me recosté, y volvió a besarme intensamente pero despacio, al fin estábamos juntos y en realidad nada nos corría.
Se detuvo. Sentía que el corazón iba salirse de mi boca.

Deslizó sus manos sobre mi cuello y rasgó con fuerza mi pequeña blusa negra. Gemí  cuando sus manos apretaron mis senos y mordió mi cuello como si no midiera sus acciones, pero se sentía bien. No tardó en deshacerse de mis jeans, también, brusco y rápido.

— Jin...young —susurré cuando metió su mano dentro de mi ropa interior y comenzó a masajear mi intimidad—

— Tranquila, mi amor, recién comienzo  —dijo con la respiración alterada.—

Jinyoung mordió mi labio inferior e hizo que volteara, acostada boca abajo. Quise levantarme, pero tomó mis muñecas para inmovilizarme y recurrió a los besos en la espalda, que no podía rechazar.
Sentí un golpe de palma sobre mi trasero, y cuando pensé que había sido un impulso, volvió a golpearme aún más fuerte provocando un ligero y placentero dolor.

— Jinyo...Jinyoung, ¿qué demonios?—alcancé  a decir. Mi pulso estaba más alterado que nunca, y me sentía avergonzada por desear que ese sufrimiento terminara y por fin me haga suya.—

Él cubrió mi boca con una mano. Lo miré, con la mano libre tiró su cabello hacía atrás, demonios, ¿cómo podía ser tan atractivo?.
Jinyoung bajó solo un poco mi ropa interior, yo intenté ayudarlo, pero el volvió a inmovilizarme, mientras mordía mi trasero.

— No te las quites, no tienes idea de cuan sexy te ves así —dijo. El calor volvió a recorrer mi cuerpo—

— Pervertido —musité. Él sonrió—

— No lo soy,  estás provocandome. ¿De verdad...—Jinyoung respiró hondo— quieres saber lo que pienso? Volteate. —dictó y lo hice—

— ¿Qué piensas? —Jinyoung separó mis piernas y sonrió antes de lamer mi sexo sobre la tela, una, dos, la tercera vez fue sin mi ropa interior en el medio, esta última hizo retorcerme — ¡Maldición!

— Mi amor, ¿por qué maldices? Eso no está bien —comentó y yo ni siquiera podía pensar—

— ¡Por favor! ¿buscas... Ser un... —Dije como pude,con altibajos en mi tono de voz—

— ¿Tu daddy? Cariño, no lo había pensado. Lo haremos después, ahora súbete. —me dijo, e indicó que me sentara sobre sus muslos—.

Esto podía significar dos cosas: Jinyoung estaba teniendo una grave crisis,o... Lo que habíamos empezado en la cabaña, desde un principio... Comenzaba a desarrollarse.

Weekend (Junior y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora