Luego de instalarme en el mismo Hotel que reservé la primera vez, tomé un baño y me cambié para salir a la ciudad. Era tarde, aproximadamente las doce pero tenía una lista larga de Hospitales en los que podría encontrarse Junior y descansar no era mi prioridad.
Me dirigí al Hospital Central. No habían más de diez personas dentro, el silencio era tenebroso y la recepcionista jugueteaba mascando goma y estirándola con su dedo índice.
- ¿Hola? -hablé tímida, había tenido suerte con Junior. No muchas personas hablaban inglés en Corea. La mujer de rasgos finos, contrarios a su actitud, levantó la vista y me entregó un cuaderno azul- ¿Disculpe? ¿qué debo hacer con esto? -pregunté con el mismo tono-
- Busca a la persona que vienes a ver -exclamó casi en un grito difícil de comprender.-
Tomé la carpeta rápidamente y eché un vistazo a la primer hoja. Puras letras en coreano. No podía leer absolutamente nada. Me sentí extremadamente frustrada al pensar que lo único que me separa de Junior era mi ignorancia.
- Lo siento, no entiendo -mencioné señalando la carpeta y expresándome con gestos-
- ¿Nombre? -emitió y le entendí de casualidad-
- Jinyoung Park -pronunciar su nombre me provocó escalofríos-
La mujer me quitó la carpeta abruptamente y revisó con la mirada. Negó con la cabeza segundos después.
- No hay, aquí no hay -interpreté que Junior no estaba allí. Primer desilusión.-
- ¿Está segura? ¿puedo hablar con alguien que entienda inglés? -le pregunté cortésmente-
La recepcionista me negó por completo mi encuentro con algún puesto superior. Estaba convencida de que no estaba allí, así que me resigné por el momento. Pensé que revisaría en los otros hospitales, y si no lo encontraba, volvería al primero.
Fue inútil. No encontré a Jinyoung, cinco hospitales y ni un rastro de él. Volví al Hotel a las 4:00hs AM. Lo único que hice fue sentarme en la cama, abrazar mis piernas y llorar. Mi vida había cambiado de un día para el otro, cuando hablaba de emociones, aventuras y experiencias no me refería exactamente a terminar en esta situación. Había conocido al hombre de mi vida y lo había perdido, había enfrentado a mi prometido, me había mostrado quien era realmente, incluso me golpeó y también perdí mi casa. ¿Qué hacía allí? ¿Qué hacía en Corea? Estaba completamente sola, en busca de un hombre que quizás ni siquiera estuvo enfermo, quizás ni siquiera sentía algo por mí.
- ¿Jinyoung? -atendí mi celular aún intentando abrir los ojos. Ni siquiera recordaba cuando me había dormido, pero el sol entraba por el ventanal y me sentía con más esperanzas que en la noche-
- No. Jaebum -dijo mi amigo. Me levanté de la cama. Estaba desesperada-
- Lo siento, estaba durmiendo -me excusé. En realidad cada vez que mi celular sonaba esperaba que se tratara de Jinyoung-
- No lo encontraste, ¿cierto? -preguntó y me concentré más en cepillar mis dientes- ¿____? ¿te estás lavando los dientes mientras te hablo? -giré mis ojos. Jaebum siempre quería una absoluta atención de mi parte-
- Lo siento -pronuncié y escupí la pasta verde-
- ¿Quieres dejar de sentirlo y responderme? ¿encontraste a ese maldito o no?
- ¡No lo llames así! ¿olvidas que tenía una operación?
- ¿Eso qué tiene que ver? Mira, no soy tu padre, ni.... tu novio. Pero promete que si no lo encuentras hoy, volverás