Jinyoung abrió los ojos como platos, separó sus labios formando una "O". Su cara de sorpresa era realmente una expresión digna de una foto.
— ¿Im Jaebum? ¿el tiene los ojos más pequeños que hayas visto en un asiático? —su confusión y comentario hizo que soltara una carcajada—
— En realidad apenas puede ver el pobre —bromeé sarcástica pero Jinyoung ni siquiera curvó sus labios —
— Preciosa, ¿tienes alguna fotografía de él? —_________ arrugué la frente inevitablemente. Jinyoung se había tomado demasiado en serio mis palabras y a mí me daba cada vez más gracia. Él no podía conocer a Jaebum, era descabellado incluso pensarlo.—
— No, no tengo. Ya deja eso —le dije cediéndole el paso hacia su cabaña. Jinyoung suspiró y entró. Yo lo seguí aguantando la risa—
— ¿De verdad no tienes? Dijiste que era tu amigo —comentó mientras esperábamos recostados que el café se hiciera—
— Mi mejor amigo. El mejor de todos, es en realidad. —Jinyoung alejó su rostro del mío para poder mirarme, pero no sacó sus manos de mi vientre.-
— ¿Puedes contarme más sobre él?
— ¿Por qué tanto interés?
Jinyoung besó mi cuello suavemente.
— Porque creo saber quien es, y... Soy una persona muy curiosa —habló mientras sus labios seguían recorriendo mi cuello y clavículas—
— Oh, ¿en serio? Eso es imposible. Jaebum hizo mayor parte de la secundaria en mi escuela.
— Bien, el Jaebum que conozco se mudó a Latinoamérica al empezar la secundaria. ¿No te parece extraño?
— En realidad no. Muchas personas aquí se llaman Jaebum, y muchas hacen intercambio estudiantil
Jinyoung se ubicó sobre mí, con sus piernas a cada lado de mi cintura. Tomó mis muñecas y las posicionó hacia arriba. Las apretó, impidiendo que pudiera moverme.
— ¿Y cómo es el? El Jaebum que conozco es un imbécil.
— ¿Qué haces? —no podía concentrarme en responder incoherentes preguntas cuando el hombre más atractivo que jamás haya visto estaba sobre mi repartiendo besos cada tanto sobre cada parte descubierta de mi cuerpo.—
— Cuándo calme mi curiosidad, si es que tú ayudas... Haremos el amor. —arqueé mis cejas. No quiero exagerar, pero estoy segura de que mi pulso se descontroló. Jinyoung sonaba como el viejo Junior, el mismo que disfrutaba llevar el control y volverme completamente loca—
— Él... El es una gran persona. —respondí tartamuda. No por lo que acababs de decir, si no porque quería evitar su comentario a toda costa— Era... El mejor amigo de Tom, mi ex... Novio, lo conocí por él
Él sonrió y lamió sus labios. Tragué saliva.
— ¿Tom? ¿cómo Jaebum podía ser su amigo viendo cómo te dejaba el rostro? —quitó sus manos de mí, dejándome un vacío. Golpeó la cama con un puño cerrado— Imbécil. Creeme que yo haré algo al respecto.
— ¿Qué? ¿de qué hablas? —su actitud me desconcertó.—
Jinyoung acarició mi rostro, mis marcas y moretones casi invisibles, con sus dedos mientras me miraba fijamente los labios.
— ¿El te hizo esto por mi culpa? —besó la comisura de mis labios. Me estremecí—
— Olvidemos eso, por favor. Jaebum me ayudó y él ya no volverá a acercarse a mí
— No ha acabado para mí. Y ahora sé que Jaebum es la misma persona que yo conozco.
— ¿Por qué lo dices? —el hablaba tan firme y convencido. Comenzaba a ponerme nerviosa tan solo la idea de considerar que ellos sí se conocían—
— Porque... Él te ayudó por más que el imbécil sea su amigo también. Jaebum siempre fue mejor con las chicas que yo.
— Jaebum tiene veinticinco y no ha tenido u a novia en mucho tiempo...
— Pues seguro está enamorado y la chica no le hace caso, es la única mane...—Jinyoung se detuvo y fijó sus ojos en los míos— dime, por favor que... Que Jaebum no está enamorado de tí. —soltó en voz baja, pero podía notar su pesado tono. Mordí mi labio inferior recordando a Jaebum y su confesión sobre mí. —
— Es que yo... Bueno, pero si no te en...
— ¡Lo sabía! ¡maldición! ¿es en serio? —exclamó en un grito interrumpiéndome. Se levantó de la cama y yo me senté en ella, aliviada de alguna forma. Jinyoung provocaba demasiadas sensaciones en mí, pero lo más fuerte, siempre, eran los nervios que estrujaban mi estómago cada vez que él se permanecía cerca por mucho tiempo.
— ¿Quieres explicarme que demonios sucede contigo y Jaebum? —Jinyoung despeinó su cabello una vez y se volvió a acercar a mí —
— Es una larga historia, pero... El punto es que, Jaebum y yo solíamos ser amigos y... estuvimos enamorados de la misma chica, ¿de acuerdo?
— De acuerdo, eso suponiendo que es el mismo Jaebum. Continúa.
— Lo demás no es importante. Pero ella era mi novia, y Jaebum de encargó de robármela
— ¿Robártela? ¿acaso era un objeto? Jaebum sería incapaz de hacer algo así.
— ¡_______! ¡el lo hizo! ¿qué tal si decide que quiere pelear por tí? ¿qué tal si te enamoras de él y prefieres dejar esperar por mi memoria?
Apenas terminó de abrazar se arrodilló sobre la cama y se quitó la camisa para acabar nuevamente sobre mi.
— No lo permitiré. No tengo la culpa de haber perdido mi memoria, yo.... Quiero estar contigo —soltó desanimado—
— Bien, pero estás asustándome, Jaebum y yo solo somos amigos y el café ya está listo. ¿Podemos seguir con este interrogatorio más tarde?
Jinyoung negó con la cabeza y una pequeña sonrisa en su rostro. Comenzó a acariciar mis muslos mientras besaba mis labios con absoluta delicadeza. Sus movimientos eran embriagadores, sus labios eran perfectos para los míos.
Jinyoung se deshizo rápidamente de mi blusa y de los pantalones de ambos. Nuestras caricias y besos de convertían en algo sumamente pasional y no queríamos detenernos. Los dos nos girábamos,ambos teníamos el control esta vez. Como una pareja,una verdadera.Me senté y mientras él lamía mi cuelo intenté desabrochar mi sostén. Pero me detuvo.
— No, no lo hagas. —Dijo agitado y llevó sus manos a mis senos.— Te ves muy sexy en ropa interior, déjame hacelo —pidió titubeante. Yo en realidad,solo deseaba que al fin, nos entreguemos.—
Hizo que me pusiera de pie. Caminamos hacia la puerta de la habitación y me tomó de los muslos para alzarme. Nuevamente rodeaba su cintura con mis piernas.
Ni siquiera tuve tiempo para procesar lo que estaba pasando y cual era su idea esta vez, Jinyoung entró en mí tan rápido y brusco que incluso sentí dolor, pero un dolor extremadamente placentero.Se oyó una voz masculina gritar afuera que abriéramos la puerta. Pero, ¡santo cielo! Ambos gemíamos sedientos del otro. Golpeé mi espalda contra una pared y sentí un ardor en ella, seguramente me había raspado pero que rápidamente desapareció opacado por el éxtasis que Jinyoung estaba provocándome.
— ¿Estás lista? ¡vamos! Hazlo,hazlo bebé — gimió agitado y con voz ronca. Jamás me había sentido así en toda mi vida sexual. Jinyoung iba a provocar que yo...—
— ¡Oh por Dios! Juni...Junior —exclamé apretando la nuca de Jinyoung cuando el clímax llegó a mi. —