Capítulo diecisiete

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— ¿Crees que debo buscar el anotador? —me preguntó Jinyoung inseguro. No había visto esa mirada antes. Quería que Jinyoung buscara su anotador, pero estaba aterrada. ¿Qué tal si él no escribió nada sobre mi? ¿Que tal si él debido a su enojo por Thomas decidió borrarme de su vida y memoria antes de la operación?—

— Solo si así lo quieres —dije desanimada. No podía forzarlo a reconocerme, mucho menos a que volviera a sentir algo por mí. Todo había comenzado desde el principio una vez más—

— Es ridículo —bufó Junior y se sentó en la puerta del Hotel en el que me alojaba. Sus manos guiaron sus finos cabellos negros hacia atrás y luego las apoyó sobre sus rodillas. Me senté junto a él. Cada actitud de Junior, cada gesto, cada mirada me llevaba a lo mismo: Sentirme sin rumbo, agotada, triste.— Antes de que llegaras no me importaba recordar... —comentó con sus ojos sobre mí. A él no le causaba nada mirarme de esa manera, pero a mí me daba vuelta el mundo entero— Pero ahora quiero saber de donde viene esto, porqué te interesas tanto en mi, ¿qué hice para merecer tanta atención de tu parte? —preguntó en confianza. 

— Tu... me abriste los ojos —respondí y bajé mi cabeza al sentir que las lágrimas se acumularon en mis ojos — Lo siento —añadí, realmente apenada. Lo último que quería era que Junior sintiera pena por mí, o me viera débil y frágil— Han pasado muchas cosas...

— ¿De qué hablas? Yo, no suelo aconsejar... —respondió de inmediato, como si yo hubiese dicho algo totalmente irracional y descabellado—

—  No fueron palabras, no me aconsejaste, veras... yo vine aquí por un motivo, por un enigma sobre mi y logré resolverlo gracias a tí, y de las formas más extrañas —apreté mis labios, nerviosa. No controlaba mis pensamientos, cada palabra me llevaba a a lo mismo. a mis recuerdos con Jinyoung, esa conexión, nuestra inhibición y pasión—

Jinyoung se puso de pie frente a mí y levanté la mirada, él me extendió su mano.

— ¿No vas a aceptarme?—preguntó sonriente. Limpié mis lágrimas y me levanté con su ayuda— 

— No tengo idea de quien eres, ni que quería contigo cuando te conocía, pero ahora quiero que dejes de llorar por mí, llegaremos al fin de todo esto —mencionó y un calor recorrió mi cuerpo. Jinyoung mordió su labio inferior — Además comienzo a entender porqué me acerqué a ti... —Jinyoung arqueó sus cejas y sonrió. Era evidente para mí en ese momento, que su comentario había sido pura amabilidad para que me sintiera bien—

— ¿Cómo sabías que tu fuiste el que te acercaste a mi? —pregunté relajada, unos segundos después.  Su comentario me había generado curiosidad, por más insignificante que haya sido la intención—

Jinyoung frunció su ceño inmediatamente y me miró con ojos altones. Me pregunté si había notado algo diferente, si había recordado algo, lo que sea, pero solo se encogió en hombros. 


La mañana siguiente desperté positiva. Llamé a Jaebum y le expliqué que había decidido quedarme unas semanas más en Corea y que el motivo era "conocer a la familia de Jinyoung", por supuesto, mentí, y mentí porque aún me quedaban esperanzas, aún creía que Jinyoung recordaría al menos un detalle sobre mi y que el tiempo traería al Jinyoung que había conocido. Creía que iba a poder llevarlo a casa, y presentárselo a mi mejor amigo. 

Jaebum se vio escéptico al principio, le parecía extraño el repentino aparecimiento de Jinyoung y su compromiso al presentarme a su familia. Él no era idiota, seguramente descubriría que estaba mintiendo antes de que llegara a casa.

Dejaría en paz a Jinyoung por al menos, un día. No quería agobiarlo, así que me puse un vestido casual y fresco, volví a tapar mis moretones y salí, después de todo estaba en Corea. Encontraría cosas para hacer.

— ¿______? —volteé al oír una voz masculina y gruesa detrás de mí, reconocí de inmediato a Jinyoung incluso antes de verlo— Hola —sonrió apretando el café que llevaba entre sus manos. — Oh, es para ti —me ofreció el café y lo tomé. Estaba atónita. Jinyoung había ido a buscarme, de otra forma no hubiera comprado café— 

— ¿Hace cuanto tiempo estás aquí? —le pregunté sonriendo cuando él arrojó su vaso de café al cesto de basura en la puerta. —

— Hace aproximadamente, dos horas —respondió y giró sus ojos. Quería abrazarlo por el gesto, él me había esperado, tanto que acabó su café. El que debíamos compartir— ¿Estabas realmente cansada, cierto?

— ¡Apenas son las once! Recuerda que estoy en vacaciones —le guiñé un ojo y le di un sorbo a mi café. Comenzamos a caminar. Jinyoung escondió sus manos en los bolsillos delanteros de sus jeans— ¿qué te trajo por aquí? 

— En realidad vine a pedir tu ayuda —dijo y aclaró su garganta tosiendo. Le hice un gesto para que prosiguiera—

— ¿Qué necesitas? 

— ¿Vas a quedarte mucho tiempo más?

— No lo sé. Tal vez, solo unos días más —intenté actuar desinteresada- 

— ¿Tienes dos días para mí? —preguntó sin rodeos.-

— No he podido dormir pensando en porqué sentía que yo me había acercado a tí 

— Solo fue una expresión, estabas bromeando y... —Jinyoung se detuvo y me enfrentó. Me callé instintivamente por la sorpresa—

— No estaba bromeando. Solo quise decirlo, y pensé tantas cosas, mírame, mira esas ojeras —Jinyoung se quitó sus lentes de sol y pude ver apenas dos curvas oscuras bajo sus ojos. Estaba siendo exagerado y hablaba muy rápido— Y luego pensé en, en, en el momento que te tomé para entrar a mi galería y me sentí extraño. ¿Quien eras? —Jinyoung se veía tan confundido y desesperado que olvidé actuar desinteresada y levanté mi mano para acariciar su mejilla. Me detuve justo a centímetros de ella, porque no podía hacerlo— No, hazlo, por favor —me pidió murmurando, pero firme. Mis mano temblorosa, continuó con lo que deseaba. Acaricié la mejilla de Jinyoung suavemente, él cerró los ojos y suspiró. Extrañaba sentir su piel. Mi corazón se había acelerado tan solo con ello.— ¿Lo ves? He vuelto a sentirme extraño. ¿Quieres decirme quien eras? —

— Creo que deberías descubrirlo por tí mismo si deseas saberlo, pero los recuerdos no volverán a menos que tengamos suerte, ¿para que quieres el concepto de algo si no tienes la esencia?

Junior pareció frustrarse con mi respuesta, pero yo no podía engañarlo. Todo era cuestión de tiempo y suerte. La idea de ir a aquel parque, frente al mar, en donde nos conocimos, quizás podría ayudar. Así que le indiqué ir allí mismo. 

— Nada, no recuerdo... ¡nada! —se quejó casi en un grito el pelinegro luego de casi media hora sentados frente al mar. En el mismo banco en donde yo había estado ese día.—

— Si no dejas de quejarte, no vas a concentrarte. Solo relájate, cierra tus ojos y disfruta el sonido del mar —dije. El me miró desconfiado un instante, pero luego me obedeció. Lo imité.—

Respiré profundo, podía escuchar muchas cosas: autos, personas hablando en el idioma que no entendía, niños gritando, aves, entre otras cosas. Pero solo oía realmente, al mar. Entonces recordé ese día, en el que todo era nuevo para mí. Soñadora, ciega, ilusa. Recordé a Jinyoung diciendo "Aún debes responderme, ¿el mar es el causante de tu alivio, o estás enamorada?"  ¡Oh por Dios.! ¿cómo podía auto-destruirme así? Apreté mis ojos y volví a inhalar oxigeno para no llorar. Pero una nueva imagen apareció en mi cabeza, y nuevamente, su voz. "Soy Junior, y por cierto, tienes una sonrisa encantadora"

No pude contenerme. Sin abrir mis ojos, me abalancé sobre él, para abrazarlo tan fuerte como jamás lo había hecho. Sentí nuestros cuerpos sumamente pegados, y esta vez, Jinyoung no hizo ni un movimiento para separarnos. Él hundió su cabeza sobre mi hombro y apretó mi cintura. Liberé mis lágrimas. Te extraño tanto, te necesito tanto. 

— ______, —susurró—, _____—volvió a llamarme, firme pero con voz temblorosa y seca— Tu perfume... recuerdo tu perfume 

Weekend (Junior y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora