9. Tobias

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Conduzco  con  Isa  hecha un  ovillo  en el  asiento  del  acompañante,  está  algo  pálida y  me estoy  poniendo  nervioso. Respiro  un  par de  veces  tratando  de  calmarme,  seguro  sólo  es  una infección  intestinal  o  algo  parecido.  
-¿Isa?-susurro  cuando  estaciono,
-¿Mmm?-,
-Ya  llegamos-,
-Estoy  cómoda  aquí-asegura, me  rio,  
-Vamos, baja-le  pido,  ella resopla  y  hace  lo  que  pido.  
Se sostiene  de  mi brazo  todo  el  tiempo,  caminamos  hasta la recepción  de  un consultorio  moderno  y  enorme,  
-¿En qué  les ayudo?-pregunta  la secretaria, Isa ata  su  cabello  y  mira  a  la chica,  -Isa, por Dios-susurra,  -No  te  reconocí-admite,  ella sonríe débilmente,  
-¿Está  tu  mamá Rach?-pregunta,  ella asiente,
-Siéntate,  voy  a avisarle que  estás aquí-dice,  asiento  y  llevo  a  Isa  hasta las sillas.
-Dale un  minuto  que  está  con  un  paciente-avisa Rach,  
-Ok-susurra  Isa acomodándose  en  mi hombro,  
-¿Te  sientes bien?-pregunto,
-Sólo  quiero  dormir-admite,  
-Descansa  preciosa,  saldremos de  aquí  y  te  llevaré  a  casa-,
-Tu olor es  horrible-dice,  frunzo  el ceño,  
-¿De  qué  hablas?  La  única razón  por la  que  uso  éste  perfume  es  porque  te  gusta-me quejo,  
-Hoy  no-afirma,  me  rio,
-A veces  eres  todo  un  acertijo-admito,  ella se  ríe,
-Qué bueno-exclama  algo  débil,  -Así  voy  a  mantenerte  entretenido-, sonrío  divertido  y beso  su  cabello  acercándola más  a  mi,
-No-dice  alejándose,  -De  verdad, no  lo  aguanto-,  me  retuerzo  de  la risa,  
-¿Isadore?-la llama  alguien, una mujer  de  unos cincuenta  y  muchos,  casi sesenta,  se acerca  a  nosotros,  Isa se  levanta  de  su silla  y  la  abraza,  
-Debi,  él es  Tobias-me  presenta, ella  sonríe  y  estrecha  mi  mano,
-Deborah  Mancer-se  presenta,  -Rose  no  ha dejado  de  hablar  de  ustedes  dos-admite,  -Vamos adentro,  te  ves horrible niña-,
-No  me  he  estado  sintiendo  de  lo  mejor-admite  Isa,  toma  mi  mano  y  me  lleva con  ella hasta  el  consultorio  de  Deborah.
Isadore  pasa  los primeros cinco  minutos  explicándole  como  se  ha  sentido  durante  la mañana y  contándole  la cantidad  de  veces  que  ha  vomitado. Podría  haberme  dicho  que  se sentía así  cuando  nos despertamos  está  mañana en  casa, tal  vez le  habría  sugerido  que  se tome  algo  o  que  llamé  a la  escuela  y  avise  que  no  iría  porque  no  se  sentía  en condiciones. Deborah  pasa  otros  minutos explicándole que  puede  que  sea  un  ataque  al hígado,  los síntomas concuerdan. Le  hace  unos  pedidos  médicos para  que  se  haga unos  estudios hoy  mismo  y  traiga los resultados  en  cuanto  los tenga así  puede  medicarla y  con  eso nos  vamos a  un  laboratorio para que  se  haga  todos los  estudios  que  le ha  pedido. Cómo los  pedidos dicen "Suma urgencia"  nos  atienden  con  prioridad  y  nos  entregan los resultados  a  la hora de  haberle  extraído  sangre.
-Tengo  hambre-susurra  mientras  manejo  de  vuelta  al  consultorio  de  Deborah,  
-En cuanto  lleguemos  te  compro  algo  para  comer-ella  asiente.
Deborah  nos  hace  entrar,  me  sorprende  la cantidad  de  títulos que  hay  colgados  en las paredes,  Masters,  Postgrados,  Doctorados  y  que  sé  yo  que  más,  yo  y mi  título  en Relaciones  Humanas.
-Bueno...-dice,  -Del hígado  y  lo  demás...descartamos,  no  tienes  una bacteria-asegura,  -Pero  dime...-, saca una ficha  con  el nombre  de  Isa  de  un  cajón  y  la pone  sobre  el  escritorio  hasta que  encuentra  una hoja  a  medio  escribir,  -¿Cuando  fue  tu último  período?-, Isa  saca su celular y  busca la  aplicación  del calendario,  ella frunce  el ceño  mientras busca,  
-Tres  de  Septiembre-dice,  
-Bien-lo  anota, -Hoy  es  veintidós de  Octubre-anuncia,  Isa abre  los  ojos como  platos,   -¿Cuándo  cambiamos de  pastillas?-,
-En septiembre-,  Deborah  asiente,  se  levanta y  busca  algo  en  un  mueble, 
-¿Tienes ganas de hacer  pis?-pregunta,  
-No-responde  Isa,  
-¿Puedes  intentarlo?-,
-Supongo-admite,  se  sienta  frente  a  nosotros  con  un  pequeño  botecito  que  deja  en el escritorio,
-¿Cuándo  fue  la última  vez  que  tuvieron  relaciones?-,  soy  yo  quien  abre  los ojos  como platos ahora,  ¿Qué le importa?  Tengo  ganas de  decirle  pero  me  contengo,
-Ayer-susurra  Isa  sonriendo  avergonzada, Deborah  sonríe,  
-Bien-anota  algo  en la ficha,  -Ve al baño  y  haz  pis aquí  dentro-le  pide  mientras  le entrega el botecito,  ella deja  su  cartera en  la silla  y  desaparece  del consultorio,  Deborah  sostiene  en su mano el  envoltorio  de  algo,
-¿Qué  es  eso?-pregunto, ella sonríe  divertida,
-Lo que define tu futuro-anuncia, frunzo el ceño confundido mientras la miro.

Hay Lugar Para el Amor (Libro 3 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora