-¡Brodie!-la llamo cuando entro a casa. De lunes a jueves está viviendo conmigo por lo que no nos vemos los fines de semana y, me encanta tenerla en casa,
-¡Hola!-chilla bañada en sudor, -Estaba en la caminadora-explica, sonrío, se ve preciosa, la tomo de la cintura y la pego a mi cuerpo, -Errr...te vas a ensuciar el traje-dice,
-Se lava y tengo muchos otros-admito, ella sonríe, -¿Qué dices si tú y yo salimos a cenar está noche?-, se muerde el labio,
-Digo que me gusta tu idea-,
-Genial-, beso sus labios, -Ve a darte una ducha-le ordeno, asiente contenta,
-¿A dónde vamos?-pregunta, -Así pienso que ponerme mientras me baño-,
-¿Quieres ir al puerto?-,
-Sabes que me encanta ese lugar-,
-Bien, entonces ahí vamos-aseguro, ella sonríe y corre al baño.
Me saco el traje y lo cambio por algo más cómodo para salir. Cuando termino, me siento en el sofá de la sala y prendo el televisor.
Estoy algo nervioso pero, estoy seguro de lo que quiero hacer. Brodie ha cambiado mi vida, mi forma de pensar más que nada y, quiero que lo siga haciendo.
-Listo-susurra detrás de mi, apago el televisor y me levanto a mirarla, lleva el mismo vestido que la primera vez que salimos, sonrío,
-Ese, mi amor, es un vestido hermoso-, ella sonríe, -Y esta es la segunda vez que lo usas para mi y, es el único vestido que me vuelve loco-admito,
-Pensé que podría darle otra oportunidad-, asiento antes de tomarla en mis brazos y besar su cuello,
-Vamos-susurro, asiente antes de tomar mi mano.
La llevo al puerto de Nueva York. Por las noches es un lugar muy bonito, hay restaurantes familiares y, mucha gente siempre. Caminamos por allí tratando de decidir dónde comer,
-Vamos a Il Duomo-pide,
-De acuerdo-.
Tomo su mano y la guio hasta ahí. Pedimos una mesa y, enseguida nos dan una en la planta alta, en la terraza con vista al mar, Perfecto.
Me fascina verla comer, me fascina ella. Uno pensaría que por ser piloto tiene una personalidad un tanto masculina pero, todo lo contrario, es una mujer hecha y derecha que, sabe defenderse sin usar insultos y, sabe cómo hacer que un hombre, en este caso, yo, pierda la cabeza por sus simples gestos y movimientos.
Chupa sus dedos cuando termina de comer,
-Me gustaría que avisaran que vas a terminar comiendo con las manos-admite, me río,
-¿Para arruinarle la diversión al hombre que te acompaña?-pregunto divertido, -Es mejor que no avisen-, ella se ríe,
-Te amo tarado pero, tienes salsa en los labios-me río antes de limpiarme con la servilleta, -No era cierto-se burla, me retuerzo de la risa, muevo mi silla para quedar junto a ella y poder abrazar sus hombros,
-¿Te hace frío?-le pregunto,
-No, me dio escalofríos por eso-dice mirando al mar, -Nosotros tan pequeños y él es enorme por donde lo mires-razona, la pego a mi cuerpo,
-Pero en belleza le ganas-susurro, ella se ríe antes de mirarme, -Te amo Brodie-,
-Y yo a ti-asegura.
La observo mirar el mar varios minutos, tratando de encontrar mi coraje que, parece haberse perdido por los rincones de mi cuerpo,
-¿Brodie?-,
-¿Si?-pregunta sin mirarme, hay algunas mesas alrededor nuestro que, son las que me hacen sentir incómodo,
-Mírame-pido, ella lo hace, empujo mi silla e hinco una rodilla en el suelo, sus ojos se abren grandes mientras sus manos cubren su boca, -Brodie-susurro, -Te amo mi amor, nunca he amado a alguien como te amo a ti y, me has cambiado, me has hecho un mejor hombre y quiero que lo sigas haciendo porque me encantas, me encanta como eres, me encanta que seas caprichosa porque me parece lo más hermoso del universo-, ella se ríe aún con las manos sobre su boca, -Me encanta que te preocupes por todos antes de preocuparte por ti-admito, -Brodie, quiero pasar el resto de mi vida contigo, no hay nadie más con quien quiera hacerlo-aseguro, -Y, créeme, no hay vida si no es contigo-aseguro recordando sus días en coma, -Así que...-una lágrima se escapa de sus ojos y, escucho murmullos de la gente, -Mi hermosa Brodie Peyton, ¿Me harías el honor de casarte conmigo?-pregunto sosteniendo un anillo frente a ella, aún cubre su boca pero puedo verla respirar pesadamente, de sus ojos caen unas lágrimas mientras los cierra con fuerza antes de asentir,
-Sí, si Nate-asegura, -Hoy y en todas las vidas que me lo pidas lo voy a hacer-asegura, suelto un suspiro de alivio y, saco el anillo de la caja, ella estira su mano hacía mi y lo coloco en su dedo anular, me deleito con la vista, esos veinticuatro quilates se ven perfectos en su mano. Me levanto y ella se cuelga de mi cuello,
-Te amo Nate, te amo, te amo, te amo-admite, la gente a nuestro alrededor aplaude, me río antes de darle un corto beso,
-Acabas de hacerme el hombre más feliz del universo-admito, ella pega su nariz a la mía,
-Y tu acabas de hacerme tuya oficialmente-me río,
-Y si, también me haces la mujer más feliz del universo-, seco sus lágrimas,
-Disculpen-dice un mozo, lo miramos, -El chef les envía esto-dice señalando la botella de champán que sostiene en su mano,
-Gracias-le digo, él sirve mientras nos sentamos, -Aquí tienen-deja las copas frente a nosotros y se va,
-Por toda una vida juntos-dice Brodie poniendo su copa frente a mi,
-Por toda la eternidad juntos-la corrijo, ella se sonroja y choca su copa para después, darle un trago al mejor champán que hemos tomado.
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Hay Lugar Para el Amor (Libro 3 de 3)
Teen FictionAlexis suele decir que los hombres pertenecen a la raza de los idiotas, pero aun no se ha dado cuenta que las mujeres también tienen sus momentos ¿Será capaz de dejar de lado su orgullo para escuchar lo que su corazón está tratando de decirle? ¿Nat...