64. Jackson

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En menos de  tres  semanas  empieza la temporada de  Rally  y  Rally  Cross y, en  menos de tres  horas sale  nuestro  avión  a  Italia, dos  semanas  completas  con  Alexis  sin que  nadie nos moleste,  ¡La  vida es  hermosa!
-¿Tienes  todo?-le pregunto,
-Creo,  ¿Los  pasajes?-,
-En mi bolsillo-,
-¿Pasaportes?-,
-También  en  mi bolsillo-,
-Bueno, lo  demás  no  importa-dice  haciéndome  reír,  
-Vamos-, la animo,  -El  taxi  ya debe  estar abajo-ella asiente  y  me  ayuda con  el  equipaje. Si, sé  que  le  hubiese  gustado  ir  en Febrero, para  el festival de  Venecia  pero, no  logró acomodarse  con  los  tiempo  y, yo  tampoco  lo  hice, asi que,  aquí estamos, por  viajar en Abril, igual dicen que  en  cualquier época del año  Italia  es increíble por lo que  ni  me  molesta.
Cuando  bajamos  el taxi  ya  está ahí,  cargamos  el  equipaje  y  nos  vamos hacia  el aeropuerto.
-Nos vamos-me  dice  cuando  terminamos de  hacer  el Check  in,  me  río  y  la  abrazo,  
-Nos vamos  Morena-coincido  con  ella. Se  ve  radiantemente  hermosa, si,  la  verdad  es que,  ella  en un  vestido  primaveral,  me  vuelve  loco.
Cuando  subimos al  avión, por suerte, nos  tocan  asientos junto  a  la  ventana, la  dejo  que se  siente  ahí  y,  mientras despegamos toma  todas  las fotos que  puede  antes  de  decidir cuál  es la que  va  a  poner  en  su cuenta  de  Instagram.

-Tengo  hambre-anuncio,
-Jax...-la miro,  -Siempre  tienes  hambre-,
-Bueno  pero  ahora  tengo  hambre  de  verdad-,
-Siempre  tienes  hambre  de  verdad-me  regaña,  
-Llevamos  cuatro  horas  en  el avión, creo  que  tengo  derecho  a tener  hambre-me quejo,  
-Pídele  algo  a  la aeromoza-,
-Voy  ir  al baño  y  les  voy  a  pedir algo,  ¿Quieres  algo?-,  niega,  -Ok,  ya  vengo-.
Cuando  vuelvo  con  una bolsa de papas fritas  me  doy  cuenta porque  siempre  tengo hambre,  la  mitad de  mi  comida se  la come  ella.
-Estoy  cansada-susurra  con  los  ojitos  vidriosos,  
-Duerme,  ¿Quieres  una  manta?-,
-Por  favor-, saco  una de los  bolsillos de  los asientos  y  la tapo  con  ella,  media  hora  más tarde  está  dormida.
-¿Qué  carajo?-susurro, abro  los  ojos  y  me  doy  cuenta  que  su celular  vibra cerca  mío, lo tomo  antes  que  se  despierte,  una alarma,  ¿Para  qué?  No  tengo  idea,  asi que  la  apago  y  meto  el celular en  mi bolsillo  antes  de  volver  a acomodarme  en  el asiento  para  dormir.

-¿Jax?-escucho,  -¿Jax?, despierta amor, vamos a  aterrizar-, abro  los  ojos como  puedo  y la miro,  -Ponte  el cinturón,  vamos  a  aterrizar-, sonrío,  la beso  y  hago  lo  que  pide. 
El aterrizaje dura unos quince  minutos  y, nos demoramos unos  veinte  más hasta conseguir nuestro equipaje.
-¡Te  amo!-chilla con  una sonrisa  enorme  cuando  salimos del  aeropuerto,  me  río,  
-Y  yo  a  ti pero  vamos  al hotel, quiero  dormir un  poco  más-ella  asiente.  
Por  alguna razón  desconocida sé  algunas palabras  en Italiano  asi que  nos  manejamos mejor  y, entiendo  lo  que  el  taxista  nos  dice hasta  llegar al hotel. Dios  santo, los italianos  y  su  arquitectura  no  dejan  nada que  desear, por  dónde  mire  la ciudad  es hermosa, Venecia es hermosa  y,  cuando  entramos a  nuestra habitación  de  hotel, quiero  quedarme  a vivir ahí,  
-Si  me  sacas de  aquí es  pura suerte-le  aviso  antes  de  desplomarme  en la cama,  -Ok, ahora sí que  no  vas  a  sacarme  de  aquí-aseguro,
-¿Por qué?-pregunta  antes  de  tirarse  en  la  cama,  -¡Ay  por Dios!-exclama,  -¡Este colchón  hay  que  tenerlo  en  casa!-suelto  una  risotada  divertidísimo,
-Te  lo  dije,  ahora no  me  sacas de aquí-repito.  

Hay Lugar Para el Amor (Libro 3 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora