Luego de mandarle el texto a Elijah pidiéndole que me esperará me contesto a los segundos con un por supuesto como ya me lo imaginaba.
Todavía tengo el celular en las manos, lo desbloqueó y miro la hora, todavía tengo tiempo no hay ninguna prisa y por lo cual estoy mirando ya no falta mucho para llegar a mi destino.
Los nervios que estaba sintiendo en este momento eran horribles.
Por mi mente pasaron todos los recuerdos de cuando estuve en el instituto de los miles de chicos interesados que me brindaban su " amistad".
"Debes hacer amigos te lo prometiste" me repito en mi interior una y otra vez.
- Señorita. - dice Alois y me percato de que el auto ya se había detenido. - El señor me pidió que le entregara esto. - vuelve a decir alargándome una carpeta.
- Gracias por traerme. - digo de una forma cordial
- Es un gusto Señorita. Vendré a recogerla las 2:30, estaré en el estacionamiento. - dice con amabilidad. - Que tenga un grandioso día. - dice despidiéndose y entrando en el auto.
Ajustó bien mi bolso y por curiosidad abro la carpeta y en ella encuentro unos documentos sobre mis clases y una carta de mis padres donde se especifica que durante mi estadía me encontraré bajo el cargo de Alexander Baermann.
- Auch. - me quejo tendida en el suelo por estar distraída mirando la carpeta y no mirando al frente.
Un chico se detiene enfrente mio y me tiende la mano.
- Lo siento. No fue mi intención hacerte caer y botar tus papeles. - dice el chico dándome la carpeta y recién en ese momento me doy cuenta de que las hojas se habían caído y el en cuestión de segundos las había tomado y me las había entregado.
Y luego de decir eso salió corriendo como alma que lleva el diablo y no me dio ni tiempo de decirle algo.
Camino hacia el lugar que me había dicho Elijah hace unos minutos según las instrucciones de este y al llegar al banco lo encuentro tan sumido en el celular que ni se da cuenta de mi presencia.
Me planto detrás de el y espero el momento indicado.
- Tonto de mi vida. - le grito en el oído, causando que por un poco hubiera dejado caer el teléfono.
- Tan dulce como siempre, Emma. - dice para dedicarme una mirada fulminante y le dedico una sonrisa de burla
- Sabes que el tonto es de cariño. - le digo con una carcajada reprimida
- ¿ A donde debes ir ? No te especificaste en el mensaje. - me cuestiona mirándome con mucha intriga.
- Debo ir con el director para firmar unos papeles de no se que. - comenté respondiendo a su intriga
Me dedico una sonrisa y me toma de la mano para comenzar a caminar hacia donde me imagino quedará la rectoría.
Muchas personas nos miran con asombros como si el acto de Eli fuera único, unas chicas me ven con odio como si yo les hubiese hecho algo y otros susurran algo mirándome con lástima y pena.
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Gracias A Ti ©
RomanceUna joven que sin duda ha sido un gran dolor de cabeza. La hija menor y por lo tanto la futura heredera del Imperio Miller. Sueña con poder estudiar arquitectura en Alemania y sus padres lo aceptaron con una solo condición vivir con un socio de ello...