- ¿Ya estas lista Emma? - niego. - Si me amas muevete cariño. - me dice cansado
- No me siento bien, me molesta la ropa. - le digo mirándome en el espejo
Los pantalones los sentía como si fueran tres tallas más chicas que yo y las camisetas sólo me incomodaban en el busto.
- Te has cambiado de ropa cinco veces. - me reclama acostado en la cama
- ¿Me prestarías una de tus camisetas? - le preguntó y el se levanta abruptamente de la cama
- ¿Una de mis camisetas? - pregunta perplejo y asiento. - Te lucirán gigantes. - me advierte
- Ya lo sé, pero ¿lo harás o no? - le preguntó y asiente
- Escoge la que quieras. - me dice resignado
Revisó todas sus camisetas y tomó una que se ve más chica que la otras, al ponérmela me queda muy larga pero me siento cómoda en ella.
- Por fin. - dramatiza él. - Pensé que nunca podría ir a dormir. - continua y yo solo ruedo los ojos
Me lanzo sobre el y el se queja.
- Estas más pesada que antes. - comenta
- ¿Me estas diciendo que estoy gorda? - le preguntó un poco molesta y el niega
- Quise decir que estabas más liviana que antes, debes alimentarse mejor cariño. - me dice
- Mentiras.
- Bueno si, pero no te enojes conmigo. No quise ofenderte, lo siento. - dice avergonzado
- Tranquilo, pensándolo bien tu también estás un poco gordo. - le digo y el se mira el abdomen
- ¿Es enserio? - me pregunta aún mirando su cuerpo y asiento reteniendo una risa. - Tendré que ir al gimnasio. - dice para si mismo
Comienzo a reír al escuchar sus palabras y el me fulmina con la mirada.
- Mentirosa. Pagará por esto señora Baermann. - dice para luego empezar a hacerme cosquillas
El también ríe y trato de alejarme pero el me sujeta y continúa con las cosquillas.
- Me ahogo, dejarme respirar tonto. - le digo finjiendo un ataque de asma y el me suelta inmediatamente
Recupero mi respiración normal y comienzo a reír al verlo buscando un inhalador.
Luego de molestarnos por un rato, nos vamos a dormir.
♣♦♣
- Emma ya vamos. - me llama y salgo con una sonrisa
- Ahora ¿a donde iremos? - pregunto
- Sorpresa. - me dice
Tomo un libro y me pongo los auriculares, Alexander repite mis acciones y luego de leer un poco Anton nos avisa que aterrizaremos en breve.
Al ver por la ventana reconozco el aeropuerto de Venecia.
- Ya sabes que lugar es ¿cierto? - me pregunta Alexander al ver mi sonrisa
Nos subimos a un auto y me arrecuesto sobre Alexander.
Al llegar al hotel nos recibe un señor con una gran sonrisa y nos entrega un par de folletos.
- Tengo sueño. - le digo a Alexander y el solo ríe
- Cuando no. - dice y terminó riendo contagiada de su risa
Descansamos un poco y luego decidimos salir a recorrer Venecia, algo tan hermoso no había venido desde que tenía 16 años y mis padres me trajeron por mi cumpleaños.
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Gracias A Ti ©
RomanceUna joven que sin duda ha sido un gran dolor de cabeza. La hija menor y por lo tanto la futura heredera del Imperio Miller. Sueña con poder estudiar arquitectura en Alemania y sus padres lo aceptaron con una solo condición vivir con un socio de ello...