— Bueno y ¿qué te ocurre inútil? – no dejaría que la trataran de esa forma, no viendo la cara de satisfacción de Amy.
— Por tu culpa casi muero – el odio en su mirada era algo de otro mundo.
— Disculpa, no entiendo nada ¿cómo pude yo hacerte algo?
— Lo único que decían aquellos tipos era “aléjate de Elisa” “pusiste tu mirada en quien no debías” – en serio le dolía hablar pero continuaba – “has tenido todo, no la tendrás a ella” todo era Elisa, Elisa y más Elisa.
— Eso es absurdo – no era natural en ella pero del desconcierto o de los nervios reía, todo era ilógico - ¿quién haría algo así por mí?
— Y James – dijo Alex.
— James no es así, además tampoco es que le gustaba tanto, no sean ridículos. De seguro y fue alguna loca obsesionada contigo, es obvio que nadie quiere que estés conmigo, dicen que no te merezco y bla, bla, bla. Y así lo hubiera hecho algún psicópata obsesionado conmigo – sonreía como que era lo más ilógico del mundo - ¿por qué tendría yo la culpa?
— Lo cierto es que casi muero por ti – su tono fue tan despectivo que Elisa sintió un punzón en el corazón – ahora mismo no quiero verte, vete – gritó más fuerte.
— Eres un idiota – soltó las bolsas y se dio la vuelta – si te dieron esa paliza por mí, te digo que buscaré a quien lo hizo y le daré un premio, quizás y una de mis herencias, en más le reclamaré por no haberte roto todos los huesos maldito imbécil.
Salió con su frente en alto aunque sentía que la cara le iba a explotar. Vanessa iba a acercarse pero una sola mirada bastó para que se mantuviera alejada “extraño, Vanessa nunca se da cuenta del desprecio” pensó y continuo. Quería destruir algo, tuvo que detenerse un momento a pensar, iba a mucha velocidad, necesitaba canalizar su frustración. Un número desconocido llamaba a su celular.
— Señorita Lubensky soy Mattew Olivares su abogado, el…
— Ah ya sé – lo interrumpió.
— Le llamo para informarle que la propiedad de Colin Fart ya está a su nombre, enviaré el título de propiedad a su residencia.
— Entonces ¿ya puedo disponer de ella?
— Por supuesto.
— ¿Usted tiene las llaves?
— Si, se las enviaré ahora mismo.
— No, búsqueme en Home Depot, el de la calle Ringe, lo veo en 15 minutos.
— Allá nos veremos entonces señorita.
Era perfecto necesitaba algo en que distraerse, ahora podría descargar toda su energía negativa en aquel palacio destruido que pensaba remodelar para llevar a sus huérfanos de vacaciones, quería hacer un lugar mágico, algo así como el castillo de Disney. El abogado Mattew olivares tenía mil y un pendientes que hacer, pero si Elisa Lubensky demandaba algo, había que hacerlo sin protestar.
— Señorita Lubensky – saludó el joven abogado.
— ¿Usted es? – preguntó mirándolo con extrañeza, como si de algún ser extraño de otro mundo se tratara.
— Mattew Olivares, su abogado – dijo sonriente, vestía de traje.
— ¿Usted es mi abogado? – reía burlonamente – disculpe, es que siempre creí que era viejo, en más usted era viejo, yo recuerdo.
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Envenenado de ti
Teen Fiction¿Qué tanto puede cambiar tu vida en un día? Elisa Lubensky una chica rebelde, que disfruta su vida al máximo sin importar lo que digan los demás de su apariencia y modales, se ve envuelta en una situación que cambiará su vida, sus sentimientos y acc...