Capítulo 30

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—    Nunca más vuelvas a hacerme eso – decía Ian observando fijamente a Liam.

—    Yo solo te sujeté, la idea de dormirte fue de las enfermeras – sonreía, aunque ante la mirada de Ian mejor dejó de hacerlo – pero no estás del todo bien brother.

—    Necesito ir con Vanessa ¡Entiéndelo! Acaso ¿no irías tú casi muerto a buscar a Amy si ella estuviera al borde de la muerte?

—    Yo no tendría por qué ir por Amy, eso es tarea de Chace – Liam hablaba con la cabeza gacha, claro que había sido más que evidente con sus sentimientos.

—    Si no quieres admitirlo está bien, pero yo lo sé y todos menos Chace lo saben. Ahora prepararás todo para que me vaya – aunque no quería admitirlo el dolor en sus costillas lo estaba matando.

—    Estoy esperando que Chace se mejore para irnos los tres juntos.

—    ¿Qué pasó con Chace?

—    ¿No sabes? Ah claro cómo vas a saber. Chace está ahora en terapia intensiva, lo operaron de una bala que por fortuna no entró en ningún órgano vital. Pero Elisa está muy mal y Alex también, los llevaron de vuelta a Chicago.  

—    ¡¿Elisa?!

—    Sí, no sabes Ian tengo miedo de que ésta si no la cuente – era inevitable que las lágrimas no se corrieran por sus mejillas – y Alex, yo no sé ni cómo esté Alex, simplemente no está despierto, los dos están entubados y…

—    ¿Qué demonios ocurrió? – Ian se agarraba la cabeza, lo que vivían era una gran pesadilla.

—    James se obsesionó con Elisa y la secuestró. La verdad no sé muy bien nada, porque la que más pudo hablar fue Elisa, la estaban preparando para quitarle las balas de la pierna.

—    ¿Le dispararon en  la pierna?

—    Si, mientras la atendían me contó más o menos, aunque lo que más hacía era preguntar por Alex y por ti, no sé cómo supo que Erick estaba aquí y quería saber si estabas vivo. Se la llevaron a operarla, dijeron que salió bien, incluso me dejaron entrar a verla, ella estaba despierta, se sonrío conmigo medio somnolienta, incluso me dijo “¿Cómo te volviste a salvar de ésta? ¿volviste a esconderte detrás de una roca?” yo le dije “tenía que haber alguien sano que se ocupara de ustedes destartalados” –  sus ojos se inundaban cada vez más de aquellas lágrimas de tristeza – salí de ahí pensando en que Elisa a estaba bien, con Alex todo era una locura. ¡Sabes! Casi se murió ahí en frente mío – sabía que estaba pasándose de llorón, pero toda aquella situación ya lo superaba -  en frente mío llegaron todos esos doctores y enfermeras y comenzaron a resucitarlo, me sacaron de la habitación sin saber si aún estaba con vida o no, en ese mismo instante llega un doctor a decirme que Elisa empeoró que estaba envenenada y no podían combatir eso, al menos no desde aquí. Todo esto es una maldita porquería – terminó gritando – una maldita porquería, si James no está muerto te digo que lo mato yo mismo.

—    Ojala y James no esté muerto, ojala y Erick no hubiera muerto, porque merecían morir lenta y dolorosamente. Ojala y James esté vivo para que pague en vida toda ésta mierda.  Pero yo tengo que ir a Houston no a Chicago, estaré pendiente de Elisa y Alex, pero debo ir a ver a Vanessa.

Envenenado de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora