No podían ser más de las 6 de la mañana cuando Elisa se despertó, el cielo estaba claro pero con unos toques grisáceos, de seguro solo había dormido unas 3 o 4 horas por mucho, aun así no tenía ganas de estar más rato en cama. Bostezando se levantó y se asomó por el balcón que daba a la playa, aspiró la brisa y se sintió en paz, podría vivir con ese paisaje por siempre, era de las pocos afortunadas que de quererlo se podían dar ese lujo “pero no tan sola, siempre creíste estar sola, pero en el pequeño momento que en verdad no hubo nadie a tu alrededor casi te desmoronaste” pensaba refiriéndose a aquellos días encerrada en ese palacio en ruinas, bastó de unos tres días en soledad para caer en la autocompasión “nunca más Elisa, tú eres Elisa Lubensky, eres mala, ruda, nunca lloras y no sufres”.
Pensó que Chace había pasado la noche en la cama de alguna otra y se enfureció, comenzó a buscar su celular dirigiéndose a la sala, ahí se topó con un Chace que dormía con una mano lanzada hacia el suelo, con una pierna sobre el espaldar de aquel mueble y la cabeza de una forma que sabía le daría tortícolis. La imagen le dio risa, pensaba despertarlo de una forma aterradora, sin embargo pisó algo que desvió su atención, era el celular de Chace, lo levantó de inmediato pensando ver si Amy le había escrito algún mensaje, o si tenía alguna muestra de una nueva conquista en la isla, por suerte sabía cómo desbloquearlo había visto a Chace tantas veces poniendo la clave que se la sabía de memoria. Para su sorpresa una imagen salía en la pantalla, aquello le causó ternura “¿por qué te alegra tanto Elisa?” literalmente botaba el celular a un lado, para luego salir corriendo a cambiarse de ropa mientras pensaba que debía hacer algo con las mil cosas que pasaban por su cabeza.
— Ustedes son los mejores ¿eso es lo que hacen todas las vacaciones? ¿Vivir como vampiros saliendo solo en las noches para pasar toda la mañana durmiendo? – Elisa hablaba poniéndose protector solar en los brazos.
— Lo hacemos cuando no venimos contigo – protestaba Liam tapándose los ojos del sol – a toda estas yo soy el único tonto que está aquí contigo ¿por qué no fuiste a fastidiar a los otros? ¿dónde está tu prometido?
— Se llama Chace querido primo y el pobre llegó muy tarde no quise despertarlo, pero le dejé una nota.
— ¡Llegó tarde! Yo si quiera he llegado Elisa – gritaba – iba directo a mi habitación cuando tuve la mala suerte de encontrarte en el camino y me jalaste para acá.
— Por Dios primo algo debiste haber dormido, tampoco eres tan semental para funcionar toda la noche, ya deja de quejarte vinimos a una isla y aun no me he metido a la playa o a una piscina. Por cierto ¿dónde estará Alex?
— No tengo idea – decía amargado – aun no sé si esto de verdad está pasando o solo es una pesadilla – gritaba.
— Ya basta Shrek. Es que Alex no estaba en su habitación y que Ian y tú estén por ahí contrayendo gonorrea es normal, pero en él es muy extraño.
— Lo que menos creí es que quisieras exponerte a todos nosotros en traje de baño – Chace tomando un red bull hacía acto de aparición, con nada más que unos shorts playeros negros largos y unos lentes oscuros.
— Ah ya que más da – decía Elisa al descuido – con ese traje de pocahontas no dejé mucho que esconder.
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Envenenado de ti
Teen Fiction¿Qué tanto puede cambiar tu vida en un día? Elisa Lubensky una chica rebelde, que disfruta su vida al máximo sin importar lo que digan los demás de su apariencia y modales, se ve envuelta en una situación que cambiará su vida, sus sentimientos y acc...