Capítulo 12

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—    Se puede saber ¿por qué sales de una tienda erótica con varias bolsas llenas? – gritaba desde su celular.

—    Novio mío, son solo unos juguetes para nuestra noche de bodas, que podemos celebrar antes – decía con voz seductora, un tanto ronca y gruesa - ¿Qué dices? Te animas.

—    Basta, hablaste con…

—    No, y no te encolerices antes de tiempo, ahora me persiguen, no los vigilantes de tu mamá, pero con todo esto, tal parece que soy importante para los paparazzi, tendremos que buscar otra forma.

—    Maldición.

—    No maldigas, todo tiene solución. Además ya tengo una idea, búscame en la tarde en el orfanato.

—    Ok.

—    Y Chace – dijo antes de colgar – te amo.

—    Muérete Elisa.

“Ahora Amy Alvez debe lidiar con los monstruos de su pasado – hablaba la voz en su cabeza – con un novio que nadie sabe que tiene y con una suegra que la detesta, con unos padres escondidos como ratas en algún lejano lugar y con el peligro de que su parte oscura aparezca de nuevo ¿Qué pasará en la vida de Amy Alvez? Aun no podremos saberlo”

“Te va mal en las clases, te va mal en el trabajo, te va mal en la vida, lo único que Chace y su clan de niños ricos han traído a tu vida son desgracias, debería dejarlo ir, darme por rendida, está claro que no estamos hechos el uno para el otro – pensaba – pero entonces aquella maldita prejuiciosa que se cree más que todo el mundo habrá ganado, podrás ser pobre Amy Alvez pero ya basta de ser una perdedora, Chace es y será tuyo, cueste lo que cueste” 

            Un grupo de niños llegó corriendo a su encuentro, Amy reviró a ver si seguían a alguien a su espalda, pero estaba sola en aquella calle, unas niñas se le abrazaron en las piernas y la cara de Amy era un poema.

—    Eres muy linda ¿ven con nosotros? – dijo la más grandecita.

—    He, no puedo, estoy ocupada, me esperan – decía tratando de quitarse a aquellos niños de encima – adiós.

—    Pero te tenemos un regalo, por favor acompáñanos – rogaban.

—    No puedo, lo siento – trataba de ser amable “no puede ser que ahora la bruja use niños para sus malévolos planes”.

Era obvio que aquella chica alta y rubia no los acompañaría, así que con una mirada confidente entre todos, comenzaron a jalonearla hasta que la lanzaron al suelo, Amy ya estaba brava así que trataba de defenderse, no le importaba que fueran niños, a su parecer eran unos niños diabólicos. Todos se le montaron encima, y tapaban su boca para que no gritara.

—    Shuu – le dijo la pequeña Caroline – nos envía Elisa – le decía al oído – disfrázate de payaso y ve a esté lugar – le dio un pequeño papel – nos vemos allá.

Inmediatamente todos se pararon, para seguir con su papel de niños traviesos comenzaron a gritarle.

—    Adiós Bruja, te irá mal, trataste mal a niños huérfanos.

—    Bruja, Bruja – gritaban sin parar mientras se alejaban.

Elisa observaba todo desde un edificio lejano, el edificio que perteneciera a sus padres, no podía parar de reír, no le había pedido a aquellos niños que hicieran eso, pero sin duda alguna eran unos genios, ahora no tenía miedo de que sus huérfanos fueran a preferir a Amy.

Envenenado de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora