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La pantalla del computador se apagó entonces tomé mis cosas y salí de mi puesto en el trabajo. Arreglé mi corbata y mi camisa. Entonces llegó corriendo un compañero justo cuando estaba por terminar mi ritual de belleza.

—Tu amigo el pálido está abajo, dice que te apures —me habló y después agitó su mano en mi dirección cuando hubo pasado de mí. —¡Nos vemos mañana, Jimin hyung!

Me mordí el labio ansioso. Incluso se me olvidó despedirme de Jungkook. Lo cierto es que, no quería verlo. Había pasado una semana desde que apostamos esa estupidez y no quiero que se concrete. Sin embargo no me retrasé, ya que sé cómo es mi amigo y odia esperar.

Al verlo el corazón me dio fuerte contra el pecho. Joder, se veía precioso. Lástima que sea heterosexual, digo, sé que nunca podría hacerlo cambiar. Y a pesar de ser suficientemente​ imbécil para intentarlo, eso iba en contra de mis ideales.

—Hola Jim. Estaba por ir a traerte de la oreja.

Me sonrió cálidamente y se acercó para dejar un beso en mi mejilla. Un beso inocente para él, un beso común que siempre se daba al saludarnos. Pero a mí no me fue indiferente.

—Sí, perdón.

Empecé a caminar sin rumbo con él siguiendo mis pies. Hasta que lo miré para preguntar:

—¿Vienes a buscarme para ir a algún lado?

El negó. Rió un poco, le hacía gracia o algo por el estilo. A mí no mucho. Estaba exhausto después de esa noche de tanto alcohol, baile y apuesta.

—La verdad no. Sólo quise venir a buscarte —rodeó los ojos molesto—. ¿No puedo venir a buscar a mi amigo?

Reí divertido.

—Nunca lo has hecho, Yoongi.

Me gané otra mirada de odio.

—También quería hablar de la apuesta.

Silencio.

Ay no, no. Mis mejillas no, demonios.

—No, estábamos borrachos. Hablamos estupideces y realmente no lo creí enserio. Así q...

—Pero yo quiero hacer la apuesta, Jimin.

¿Pero qué mierda este tipo? ¿Quiere ser gay o qué? Tiene una vagina pegada y clavada en la retina. ¿De dónde salió este tipo?

—¿Estás drogado? —cuestioné riendo. Negó—. Estoy muy consciente —se detuvo a mirarme. —Y créeme que voy en serio, Jim. Mi condición es que si yo gano, dejarás el departamento y así podré traer a Yegun. No es nada personal, amigo. Sólo quiero traerla aquí.

Bueno, se me olvidaba ese detalle. Yoon y yo pagamos por igual los gastos. Cuando llegué, él no tenía el dinero suficiente para mantener a una niña. Ahora, con mi pago por el alquiler, él podía darle una vida normal a la niña. Pero ahora estaba yo, donde se supone tendría que ser la habitación de Yegun.

Así que después de todo, esa es la razón.

—Debes estar loco, Yoon. ¿El vodka al fin te quemó la razón? —me burlé.

Volvió a darme una mirada de odio.

—Sería más fácil. No me sentiría más culpable. No puedo pedirte que llegues y te marches así no más. Pero con la apuesta sería sencillo —dijo tranquilamente.

Ahora yo miraba enojado su cara de idiota inocente. Nada de eso. Quizás hace cuánto tiempo pensaba correrme del departamento. Fue listo y encontró la solución en una fase de ebrio.

—No puedo creerlo, Yoon. Sé que amas a tu hermanita. Pero sólo debías decirme y yo podría haberme ido y ya. No necesitas hacer nada.

Mordió su labio nervioso.

—Estoy hablando en serio, Jim.

—Estás loco. —lo apunté en la cara.

Lo odio.

—Y para demostrarte que voy enserio...

Ni tuve tiempo de golpear su nariz perfecta. Me atrapó entre sus brazos y de un segundo a otro me besó suave. Definitivamente así no va a lograr nada. Debería apartarme y decir que los hombres no se besan. Pero en cambio está ahí, apretándose contra mí pecho y lamiendo mi labio.

Sería un camino tan largo y difícil. 

Más en la noche, en nuestro departamento, me di una ducha antes de querer dormir. Tras salir del baño, me pillé con Yoongi hablando por teléfono. En vez de pasar a mi habitación, me quedé en la puerta.

—No, no. ¡No vas a hacer una mierda, Kim! ¡Ella es mi hermana y soy mayor de edad! ¡Puedo tenerla! —gritó furioso—. No jodas, mi hermana me ama. La próxima vez, inventa excusas que no te haya dicho la bruja, porque son exactamente iguales.

Cortó la llamada y tiró el celular al suelo.

—¿Y-yoongi? —dije saliendo de mi escondite y dando pasos hacia él—. ¿Qué pasó?

Él suspiró cansado.

—La vida es jodida, Jim.

—Lo sé. —reí secamente.

Me senté a un lado del sofá y callé. Quería decirle algo para que dejara de estar así, su ceño se aprieta hasta parecer cuerda de guitarra.

—¿Tú... —empecé. Yoongi giró su mirada a mí. Pretendí fingir que no miraba mi pecho—. quieres un abrazo?

Mordió su labio y tras pensarlo un poco, asintió levemente y sin mirarme. Abrí los brazos para él, pero al parecer no fue suficiente. Se subió encima con las piernas a cada lado de mí. Parecía más un bebé que un chico grande.

—Lo siento —murmuró contra mi pecho.

—¿Por qué? —respondí.

—Por todo. Sé que no quieres hacer esto, pero y-yo, no lo sé —su voz fue apagándose hasta quedar en un susurro.

—Insisto, Yoon. No hay que hacer nada. Es tu chica y yo lo entiendo. No necesitamos forzar nada. —hablé sincero. Lo oí suspirar. Sentí cosquillas en el pezón.

—Pero sí quiero hacer esto, Jimin. Solo hazlo y ya. Puedes tener una follada gratis si es que eres realmente bueno.

—Jesús, Yoongi. No, no, está mal —me alejé un poco, logrando que él sacara su cabeza de mi pecho.

—¿Eres cobarde? ¿Estás diciendo que no puedes hacerme gay? —se burló.

—Nadie se hace gay, Yoon. Naces o no naces —dije irritado.

—Lo que sea —murmuró otra vez contra mi pecho—. No seas tan idiota.

Pensé en sus palabras y algo no calzaba.

—¿Tú quieres ser gay o qué? ¿Te gusto o algo así? —reí.

Salió nuevamente de su escondite para mirarme con una mueca molesta.
Después de un rato callados, él se movió lejos de mí y el sofá.

—Iré a dormir. Gracias por el abrazo.

Se acercó fugazmente a besar mis labios. No lengua no nada. Un simple y casto beso y ya. Igual de fugaz, despareció en el pasillo y su habitación. Me quedé, otra vez, congelado pensando en él.

Me esperaba mucha mierda.

DAMN STRAIGHT ✿ JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora