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Yoongi

Tenía la mano callando mis sollozos. Yegun nos había llamado papás. A ambos. A mí. Los recuerdos de nuestro padre llenaron mi tristeza. Entonces supe que nosotros éramos lo más cercano a uno. Creó un mundo alrededor. Ella corría a nuestra cama para bromear y jugar. Cuando salimos los tres a pasar el día, Yegun se puso en medio y nos tomó de la mano. Se sentía nuestra hija.

Esto era demasiado.

Me arrastré por la puerta hasta que llegué al suelo. Otra vez me abrazaba a mí mismo para calmar todo. Oí a Yegun llorar y la puerta cerrarse. Me levanté a buscarla. Lloramos juntos la partida de Jimin. Aunque fueran días, un tiempo como yo le dije, serían días muy malos.

Dos semanas después...

Alisé las arrugas en el cama de mi hermana. A ella no le gustaba que estuviera así. La cama de una reina tenía que ser perfecta, eso decía ella.

Mientras Jimin no estuvo lo único que tuve para no derrumbarme era ella. Otra vez se volvía mi luz de ayuda. Parte de la vida del departamento se había ido de nuevo. Ese brillo, ese calor, se fueron con él. Mi hermana ayudaba mucho, pero sentía una presión en el pecho cada vez que despertaba solo en medio de la cama.

Salí de la habitación de Ye para ir a la sala. Había hecho todo el orden posible. Eso me mantenía ocupado y no pensaba en Jimin. Lo realmente terrible era encontrar cosas de él. Ayer dormí con su camiseta blanca preferida y me permití llorar. Su olor me cuidó. Lo extrañaba tanto. Yegun también.

La dos semanas más horribles de mi vida. Y tuve semanas y semanas en mi infancia. Supongo que eso sería todo. En mis antecedentes de relaciones, un tiempo era un tiempo. No una eternidad. Y si no pasaba nada seguía la ruptura.

Muchas veces quise llamarlo. Incluso el respondió pero no fui capaz de hablar. Llamé desde otro número así que no supo que fui yo, aunque seguro lo sospecha.

-Yoongi -murmuró ella desde la sala.

Salí a verla y tenía la foto de ella y Jimin entre manos. Sabía lo mucho que lo extrañaba. Ese día, el terrible día, le dijo a Jimin que éramos sus papás. ¿Qué habrá pensado Jimin?

¿Cómo estará?

-¿Quieres salir a comer? -le pregunté.

-Sí, eso me gustaría -dejó la foto donde estaba y buscó su chaqueta.

Yo fui por dinero y las llaves. Ya no teníamos auto, porque Jimin lo tenía y él nos llevaba antes. Así que caminamos para buscar algo de comer. Podría ser mejor. Respirar aire fresco me pareció buena idea. Ye se decidió por comida china. Nos sentamos en una mesa con vista al parque y comimos tranquilos. Paseamos un rato. Ella jugó con un perrito y cuando ya era tarde decidí que era hora de volver a casa.

Al llegar, me lancé al sofá cansado.

El sonido de una notificación en los mensajes me hizo salir de la comodidad. Busqué el móvil entre mi desorden hasta que lo pillé. Era Jimin, mierda.

"Creo que sería mejor terminar"

No era el mensaje que esperaba. Sin esperarlo del todo, mis ojos se independizaron de mí y comencé a llorar sin darme cuenta.

¿Qué decirle? ¿Rogarle? ¿Hacerme el desinteresado?

"Ok" respondí y tiré el celular a donde cayera.

A la mañana siguiente guardé todo lo que era de él. También la foto donde salía mi Yegun. Hice dos bolsas gigantes y las dejé en la entrada. Le hablé a Hoseok para que viniera por ellas y Jimin las buscara con él. Aceptó apenado. Así que cuando llegó me abrazó fuerte.

DAMN STRAIGHT ✿ JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora