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Salí de la ducha con la toalla puesta en mis caderas. Iba directo a la cocina a preparar algo decente para comer y no una sopa instantánea. Iba más o menos bien todo, las tostadas estaban bien y el café estaba bien.

¿Qué pasó entonces?

– A-ah, joder -se escuchó a lo lejos, desde los aposentos de su habitación. –Santa mierda.

Mi pulso se aceleró a mil. Estoy seguro que un posible paro cardíaco era lo último que sentiría. Es que, demonios, ¿Qué intenta hacer? ¿Quiere jugar sucio?

Vamos a jugar sucio, hetero de mierda.

A paso decidido fui a la habitación del imbécil. Derrochaba seguridad justo ahora, incluso mucho más que cuando di la prueba para entrar a la universidad.

Sin embargo la seguridad y valentía no alcanzó un punto máximo para patear la puerta. Golpeé dos veces.

–¿S-sí? -dijo desde adentro con esa maldita voz agitada, que ciertamente me está matando.

Necesito callar esa boca sucia rápido. O voy a explotar.

Abrí la puerta agresivamente y pasé con la seguridad volviendo a gobernar mis acciones. Mis ojos no podían estar más abiertos. Mi cara no podía tener más colores. Mi dignidad no podía estar más abajo.

-Mi cama pesa mucho, ¿me ayudas?-dijo.

Tenía puestas las manos sobre el respaldo de ésta. Un poco de sudor cubría su frente y su cara estaba un tono más rojo de lo normal. Supongo que debido al esfuerzo, porque la situación no se parecía a nada que yo haya imaginado. Estaba moviendo la puta cama hacia el otro lado de la habitación.

¡ESTABA MOVIENDO LA PUTA CAMA!

-¡Vete a la mierda! -le grité y después de eso puso una cara de no entender ni un carajo. Él pareció no entender nada, su cara de confusión absoluta me confirmaba el hecho.

Me senté en la esquina de mi cama a quitar el dolor de huevos más grande que he tenido. Decidí después volver a la ducha. El agua fría y más una buena masturbación sería mi medicación. Y probablemente, si Yoongi seguía jugando así, sería una costumbre en mi vida.

¿No dije yo que era una mala idea?

En la tarde, estaba escribiendo algo del trabajo en el celular. Estaba relajado. Yoongi estaba en su habitación, al parecer durmió gran parte de la tarde. Después de salir de su habitación y gritarle, no lo había visto. Así que, sentía algo de vergüenza. Fue cuando terminé de trabajar, que apareció en la cocina. Tomó algo de agua, se fue a parar a mi lado y se quedó mirando.

–¿Qué haces? –preguntó.

Suspiré de frustración.

El tema de Yoongi y el trabajo me pasaban lentamente la cuenta.

–Cosas del trabajo.– respondí lo más tranquilo que pude.

–Ánimo, Jiminnie. –murmuró.

Volvió a contornear sus caderas al pasillo. Seguí eso como un perro a un hueso. Ese culo estaba muy bueno y de sólo pensar como se veía en esos vaqueros apretados y oscuros, sentía que la erección crecía de nuevo.

–Gracias, Yoon. –dije vagamente sin dejar de verlo.

Volví mi vista al móvil pero él volvió a hablar.

–Ah –se giró y yo volví a verlo, ésta vez a su cara– ¿Disfrutaste la masturbación? –agregó con una pequeña sonrisa culpable.

Dios bendito.

DAMN STRAIGHT ✿ JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora