DAMN STRAIGHT ✿ JIMSU

18

Hoseok me llamó dos días después. Jimin le había contado y yo no quería hablar mucho. Pero llegó sin invitación a mi casa, así que fingí una sonrisa y lo dejé pasar.

-Te dije que te atrevieras y no puedo estar más feliz por ustedes. Pero tenemos que hablar de algo, Yoongi -su voz me dijo que iba en serio.

-¿Qué es?

-Sé que lo quieres. Pero, ¿estás seguro que puedes con él? -fruncí el ceño.

-¿Qué quieres decir con eso, H? Explícate.

-Jimin es un rayo de sol, Yoon. Te he visto, literalmente, odiar todo lo que tocas. ¿Vas a aguantar su ritmo de vida? ¿Y si te aburres?

Suspiré.

-Nunca me había sentido tan bien. Hablo en serio. Él... -carraspeé. Mi hermana tenía razón. Hablaba como un maldito loco enamorado- me hace feliz, realmente.

Hoseok pareció relajarse. Luego apuntó su dedo a mí.

-Te juro que si le haces daño te mato. Te adoro, pero Jimin es especial.

Pues claro. Hoseok y Jimin habían crecido juntos. Eran como amigos relámpagos o algo así. Obviamente, Hoseok sería Ted porque es un jodido pervertido. Asentí y le sonreí, me burlé un poco porque parecía una mamá osa protegiendo a su manada.

-También vine a contarte algo -asentí-La chica del café y yo estamos saliendo -abrí mis ojos y reí.

-Eso es genial, amigo. ¿Tú lo pediste?

Rió y negó.

-Ella me atrapó contra la cafetera y me amenazó con una bolsa de café. Dijo: "¿me vas a pedir salir o qué?". Así que lo hice.

Me alegré sinceramente por él. La chica parecía única y perfecta para él. Espontánea y bromista como él. Me dijo que me la presentaría oficialmente​, mañana en el café. Dijo que llevara a Jimin. Así que cenaríamos todos juntos. Después Nam y Jin se unieron.

Mientras estábamos hablando todos juntos en una mesa de café, Jimin deslizó su mano por debajo de la mesa y buscó mi muslo. Salté inmediatamente. Al parecer nadie se dió cuenta. Le lancé una mirada de advertencia, pero él siguió. Hasta que llegó a mi centro.

Mientras todos hablaban yo mordí mi o iba a derrerirme sobre la mesa. Yo mismo le pedí que no fuéramos más allá, pero ahora, con su mano ahí y moviéndose jodidamente bien, no sería capaz de recordarlo. No me tocaba desde ese día donde discutimos y se arrastró a mi cama. Recuerdo haber visto como entraba. Me hice el dormido. Fue todo una victoria parecer dormido cuando tenía a Jimin tocando ahí.

Hizo círculos alrededor de mi palpitante miembro. No pude evitarlo y solté un gemido. Jimin se detuvo, yo me detuve y la conversación de todos alrededor se centró en mí y la mano escondida bajo la mesa.

-¡Malditos sucios! -nos gritó Jin.

-¡Vayan al baño! ¡Ya! -gritó su novio hacia nosotros.

Jimin rió y tiró de mí hacia el baño. Yo crucé mis brazos una vez el cerró la puerta y creía que iba a seguir. Mi ceño fruncido le divirtió.

-Tienes una tienda de campaña, Yoon -me pilló con la guardia baja y logró acercarse.

Después de un rato de besos calientes, volvió a bajar su mano traviesa. Yo estaba jadeando y sin querer gemí que quería más. Obviamente él no perdió tiempo. Sacó mi pene sin vergüenza alguna y me masturbó. Su cara era una obra de arte. Miraba como su mano hacía el trabajo y como se miraba mi eje desapareciendo entre sus dedos. Mantenía su labio inferior apretado con sus dientes. Ver eso me motivó a besarlo salvajemente. Con mi lengua busqué lugares nuevos que quería descubrir en él.

Gruñó una maldición en mi boca.

De repente sentí un calor subiendo desde mis pies hasta mi ombligo y desde ahí hasta mis oídos. Me sentía completamente erótico. Me sentía lujurioso. Así mismo, me moví contra la mano de Jimin con más gusto. A él no le pareció muy bien porque frunció el ceño y de la nada estuvo desnudo de abajo tanto como yo.

Y ahí me volví loco. Juntó su centro conmigo y siguió moviendo. Su mano y su pene.
Despertando sensaciones que no sabía podían ser tan maravillosamente exquisitas.
Tuve que afirmar mi cuerpo a la pared y también de su cuello, o me caería de culo. Mis piernas eran completamente​ de goma.

-Jimin. Oh, oh, dios -apretó ligeramente el glande. -Jodido Jiminnie.

Rió divertido pero con una voz más grave, mucho más, de lo normal.

Cuerdas y cuerdas de semen cayeron en mí y en él. Yo sólo pude mover mi mano y limpiar su barriga con ella. Se estremeció. Sin embargo, fue más atrevido. Se agachó a la altura perfecta y lamió el semen en mi abdomen. Eso me sacó un tímido jadeo.

-Eres precioso, Yoon -dicho eso me besó.

Después de limpiarnos, salimos a pedir disculpas. Yo no fui muy discreto que digamos. Pero nos encontramos con que por ser unos pervertidos, tendríamos que lavar los platos.