7 II

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Pasó una hora cuando me decidí a ir a enfrentarlo. Había pensado las mil y una forma de persuadir su heterosexualidad, pues tenía un gran dolor de huevos y quería sacarme las ganas con algo más que pajas.

Así que ahí iba yo, con cero probabilidades de terminar follando pero vamos, hay que ser positivos. ¿No?

Al entrar en su cuarto, me encontré con un chico dormido. La misión imposible se transformó en un segundo en misión suicida. Bien podría despertarlo con una mamada. Pero ese no era el problema. ¿Qué sería de mí una vez el saliera de el shock sexual?

Pensé en las siguientes posibilidades:

La primera era que Yoongi me moliera a palos después de terminar todo lo que tenía en mente, ¿Y valía la pena las heridas por una follada fugaz? Yo creo que no.

La segunda era que ni siquiera llegara a tocarlo. También caía la idea de que él se despertara mientras yo caminaba a la cama y me asesinara antes por despertarlo. Ésta opción era la menos beneficiosa para mí.

Y la tercera y última, era que no tomará medidas contra mí y si pudiera hacerle mis cochinadas. 

¿Pero cuál sería la futura realidad? ¿Iba a correr el riesgo? Antes me había armado de valor pensando en que mi pálido amigo estaba despierto. Ahora es un problema.
Entre tanto pensar se me había olvidado el otro gran problema llamado erección.
Dejé todas las mierdas de posibles circunstancias y me atreví a ir a todo. Gatear por la cama fue la mejor idea que pude tener para llegar a él, ya que si iba por el piso podría rechinar y despertarse así sin más.

Me senté sobre sus caderas y me incliné a besar su barbilla. Bajé por ahí mismo hasta su cuello levemente accesible y terminé por su pecho aún cubierto con la camiseta que traía de pijama.

Un suave sonido de dudosa procedencia se escuchó salir. No sabía si era una queja o un gemido. Subí despacio y lento la camiseta hasta que pude ver a la vista sus pezones. Se levantaron a mi tacto. Eso me encantaba. Mordí mi labio guardando las guarradas que quería soltar. Aunque de todos modos no iba  a oírme, quería hacer de todo para no despertarlo de golpe.

De ser posible​, ojalá despertara cuando ya tuviese su pene en mi boca.

Llevé mis besos anteriores a su pecho al fin descubierto. Me pasé por esos hermosos pezones para lamer y  chupar, todo eso con mucho cuidado. No era broma cuando mencioné que era una misión suicida.

—E-eso se siente bien —gimoteó Yoon aún de ojos cerrados. Ahora me daba cuenta de el tímido sonrojo que empezó a aparecer en su rostro.

Dejó salir un sonoro suspiro y de removió en la cama. Seguí adelante con el plan, crucé por su pecho hasta el otro pezón y le di la atención que recibió el otro. Mi amigo seguía retorciéndose. A juzgar por su sexualidad se podía pensar que nunca le hicieron esto y por eso su sensibilidad a un toque tan simple.

—Oh cariño, esto no es nada en comparación con lo que podría hacerte.

Río. Pero no fue nada burlesco o molesto. Incluso puedo pensar que fue una risa bastante tímida o avergonzada.

Seguí en mi juego de chupar y lamer, de vez en cuando también me permitía morder y tirar. Pero al igual que una hora atrás, no quería tentar a lo inaceptable de Yoongi. No quería rodear el terreno prohibido de nuevo y perder esto, al menos aún no me asesina.

—Baja más, Jim—ordenó.

Y al menos quiere que siga y me aventure más abajo. Eso es un avance. Un gran avance.

Así que fui a por todo. Toqué el borde de sus pantalones de pijama, menos mal eran de estos con elástico y fue de fácil bajar. Me sorprendió ver que no había nada parecido a un bóxer. Yoongi dormía sin uno. De pronto me encontré fantaseando con la idea. 

—Chúpame —gruñó enfadado desde más arriba. Lo notaba ansioso.

Fue extraño porque él ya sabía lo que era una mamada. Dormía con una chica casi todos los fines de semana, ¿es que acaso nunca le habían chupado la polla que está tan ansioso?

—¿Qué cosa? —mordí mi labio mientras le preguntaba con sorna. Dios, por su mirada sé que me va a matar.

—Una estupidez más y me bajas la erección —rodeó los ojos.

No dejé que pasara un segundo cuando tomé su dura longitud y pasé mis dedos lentamente. Él murmuró algo que no logré entender, al parecer hablaba lenguas muertas cuando estaba excitado.

—M-más —pidió en un precioso gemido que explotó directo en mi parte baja. Estaba duro a reventar y necesitaba algo también.

—Tócame —le rogué.

Creí que me diría algo. "Tú tienes que tocarme y no yo a ti", pero no. Sin titubear bajó su mano y buscó hasta que encontró al mi pene. Quise reír al verlo. Sus mejillas habían vuelto a colorear los tonos rojos. Me encantaba admirarlo así.

Sonrojado y jadeante.

Con timidez movió sus dedos, así que yo seguí con lo mío. Fui más rápido y ahora subía y bajaba mi mano con gran ligereza. Incluso la habitación se llenó de sonidos. Uno era Yoongi dejando salir jadeos y leves suspiros y el otro era el de nuestras manos sobre nuestros penes.

No sé en qué momento Yoongi me tomó del cuello y me besó. Sus ojos estaban cerrados fuertemente. Su boca se movía con ansiedad sobre la mía. Mentiría si no admitiera lo bien, lo fantástico que me sentía. Lo excitante que se sentía el que mi amigo heterosexual me besara con esa avidez.

—Chúpame Jimin, lo necesito —suplicó con voz realmente ronca.

Mordí su labio antes de volver a aventurarme a bajar. Lo miré antes de finalmente meterlo a mi boca. La reacción de él fue inesperada. Tomó mi cabello con cuidado, y podría pensar que también con ternura y me guío en el proceso.

Moví mi lengua por su base, jugué a hacer círculos por el lugar y volví a meterlo todo en mi boca. Yoongi se deshacía en gemidos.
Se contrajo violentamente sobre su almohada. Entonces supe que ya era momento de su orgasmo.

—J-jimin —gimió con los ojos cerrados y cada vez enterrando más su cráneo en la suave almohada.

Tiró enérgicamente de mi cabello, tanto que dolió y gimió alto una última vez. Su semen me llenó, no era de aquellos que se trataban esa mierda pero para ser la primera vez de mi pálido amigo, quise hacerlo por él.

—Oh mierda. Jim, ¿estás loco? —y ésta era la parte donde me asesinaba.

Luego de limpiar mi barbilla subí a un a besarlo. Quiso separarse pero afirmé sus manos con las mías. Empezó a mover sus piernas también así que repetí lo mismo que hice con sus manos.

—Cálmate y cállate —le dije después del corto beso. —Aún tengo la erección, haz algo.

Elevó una ceja con burla.

—¿Y por qué yo? —escupió riendo.

—Haz algo y ya, estúpido —amenacé, o al menos lo intenté.

Desde aquí mi vida empezaba a correr peligro. Esperaba que no fuera tan mala persona de dejarme así. Me tragué todo su puto semen —estaba realmente bueno, no es como que lo odié del todo— para darle una buena impresión, así que mínimo debería dejarse follar. Bueno quizás dejarse follar es mucho y literalmente terminaría ganando la apuesta.

—Ya, está bien —dijo después de un rato.

Sus manos bajaron sin vergüenza alguna hasta tocarme. Fue lento y al cabo de segundos su mano aprendió a ser hábil. Se movía con elegancia sobre mí, me encantaba mirar. Y también no podía dejar de mirar su rostro. Los colores no se iban. Y cada vez que yo gemía y murmuraba alguna grosería éstos se intensificaban.

—Joder Min Yoongi, eres bueno con las manos. —dije sobre su cuello.

Aproveché el lugar y las circunstancias para hacer un gran y marcado chupón. Gimió al igual que yo cuando empezó a mover su mano más violentamente.

Me corrí en su mano. Mantuve mis ojos cerrados porque ahora se venía mi muerte, no quería mirarlo. Pero cuando me atreví a abrir la vista, él estaba tiernamente puesto sobre mi pecho y dormido.

DAMN STRAIGHT ✿ JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora