4

13.7K 2.2K 118
                                    

Cerré los ojos ante las duras palabras. Ya no podía más, ¿es que no entiende? ¿No sabe que sus palabras son más hirientes que todas las armas del mundo? Lo peor es que toda la familia y amigos están aquí.

—Cariño, ya basta. —le susurró mi madre. Que hasta ahora estaba callada al igual que todos siendo testigo del acto de violencia más grande jamás registrado.

Le conté a mamá que me gustaban los chicos, ella se alegró por mí. Era distinta a todos ahí, me entendía y amaba como era. No necesitaba un trabajo importante para amarme, no necesitaba una familia perfecta para quererme.

Pero papá era otra historia.

—No eres bienvenido en esta casa. Tú y tu maricón amigo, pueden largarse. —me gritó, apuntando con un dedo mi persona. Alguna vez símbolo de admiración, ahora una abominación para la familia y para mi padre especialmente.

Pero algo cambió.

Una silla se corrió violentamente de la mesa. La persona estaba gruñendo, me tomó de la mano y obligó a mi vergüenza a levantarse. Un cálido beso calló las lágrimas que amenazaban con salir. Era Yoongi demostrando a todos lo que yo era. Y quizás lo que él podía llegar a ser sí seguía a mi lado. Me sentí cálido. creí que fuera capaz de esto. Sacó fuerzas y fue capaz de levantarse. En mi mente, me permití pensar en nosotros como pareja. Vaya que sería agradable.

—Vámonos —habló suave después de cortar el beso.

Aún de la mano me arrastró a la salida.
Como todo un galán abrió la puerta de mi coche, cruzó al otro lado y se sentó en silencio. Sabía que él quería decir algo. Dar alguna excusa de porque me sacó así y sobre todo lo demás, el porqué me besó.

Encendió el coche y aún con ese silencio mortal condujo a algún lugar. Estaba demasiado herido para ver al frente. Sólo quería que me sacara de esa casa, de esa calle y lo más lejos de esa familia.

Cuando logré dejar de pensar en la situación en la casa y pude fijar mi vista al frente, me encontré con un hermoso paisaje nocturno.
Una pequeña laguna natural. Las luces excesivas de la alejada cuidad nos dejaban una iluminación perfecta.

—¿Y esto? —busqué una respuesta a tal gesto.

Era como si hubiera escuchado mi grito interior pidiendo escapar.

—Creí que necesitabas espacio —evitó mirarme. —Venía aquí cuando peleaba con mi ma... con ella, tú sabes.

Asentí levemente. Seguí los pasos que el daba y cuando se detuvo me senté a su lado en la hierba húmeda.

—Está tan alejado que podía gritar y llorar en calma —agregó él.

La imagen de un Yoongi mucho menor y vulnerable me oprimió el pecho.

—Así que puedes llorar tranquilo.

Me sobresalté al sentir sus brazos rodeando mi cintura y acercándome tímidamente a él. No dudé en hacer caso a su intención. Con mi cabeza en su cuello empecé a derramar el odio y la tristeza que traía encima desde que Yoongi me había levantado. Sus manos calmaban mi llanto con suaves toques sobre mi espalda y de vez en cuando se iban sobre mi cabello. También me susurraba que todo iba a estar bien.

—Gracias —susurré inesperadamente rompiendo con la escena de película dramática.

Limpié mis lágrimas con los bordes de mi camiseta. Aún sin alejarnos preguntó al paisaje nocturno.

—¿Por qué?

—Por no permitirme llorar frente a ellos
—rió tímidamente​.

Esa noche lloré sobre sus brazos mientras él calmaba mis sollozos. Aunque en el futuro tuviera la oportunidad de acostarme con él, nada iba a cambiar esto. Una noche de placer no superaba esta sensación. Quizás, con el cuerpo que se trae Yoon encima, el sexo con él sería alucinante.

DAMN STRAIGHT ✿ JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora