26 (EDITADO)

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- Ya casi llegamos...- susurra Diego a Germán quien estaba perdido en sus pensamientos.

- Bien...- contestó Germán secamente

Diego suspiro y fue hacia su hermano para abrazarlo y dejar que este llorara en su hombro.

- Soy un idiota Diego...- hablo Germán.- idiota... un idiota... un comple...

- ¡Basta!...- interrumpió Diego mirándolo a los ojos...- no eres un idiota Germán, ese día estabas borracho esa noche. No te amortigües más por favor hermanito.- volvió a abrazar a Germán mientras volvía a llorar un poco más fuerte.

Después de unos minutos de estar así abrazados, el piloto del yet privado de los hermanos les digo que ya habían llegado.

Diego suspiro y separó de Germán mirándolo a los ojos, dejó un beso en su frente y ambos de acomodaron para que el yet aterrice

Diego le dijo a Germán donde de encontraba Lenay; se encontraba en una casa abandonada.

Germán solo quería tenerla en sus brazos.

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Después de unas horas más, patrullas y policías de a montos de encontraban rodeando las casa, apuntando con sus armas y listas para disparar a cualquier movimiento.

Germán y Diego derribaron la puerta y esta cayó al suelo y levantó un poco de polvo haciéndolos toser, detrás de ellos venían otros tres policías con sus chalecos antibalas.

Germán puso sus sentidos alerta cuando unos gritos femeninos sonaron en el lugar. Sin esperar más, los hermanos y policías corriendo hacia dónde los gritos provenían.

Cuando Diego y Germán estaban frente a la puerta, ambos se miraron y asintieron. De una patada derrumbaron la puerta.

Los dos se encontraron con una horrible escena; una mujer de cabellos negros estaba metiéndole un dildo a una mujer de cabello rubios.

- ¡ALTO AHÍ!.- gritaron al unísono los hermanos, y la mujer de cabellos negros solo a Lenay y esta se fue a esconder a un rincón tapándose con unas pequeñas sabanas.

La rabia corría por todo el cuerpo de Germán, empezando a sudar y sus músculos tensarse. Quería matar e iba a matar.

- Llévensela...- hablo Germán con la voz ronca...- Yo me encargo de ella después...- susurro para si mismo.

La pequeña Lenay seguía llorando. Hasta que unos brazos fuertes la rodearon en un abrazo protector.
Al instante se calmo y con sus manitos limpio sus mejillas y ojos para subir su mirada... ¡¡Y,oh, por dios!! Se sentía a salvo de nuevo. Y feliz

- ¡¡¡GERMÁN!!!.- chilló y abrazo fuertemente al hombre a tal punto que ambos cayeron al suelo, ambos llorando y Germán besando su rostro y diciéndole cosas bonitas para tranquilizarla.- lo siento... ¡¡lo siento!!.- sollozo Lenay.- ¡Lamento no haberte escuchado! ¡Perdón!.- se acurrucó en su pecho abrazándolo más fuerte.

- No, shh, bebé... tú no tienes la culpa de absolutamente de nada, fui yo quien la be...- sus palabras fueron interrumpidas por unos labios posarse en los suyos, este al instante correspondió el beso colocando sus manos en la cintura de Lenay. Ambos se separaron por falta de aire y juntaron sus frentes sonriendo.

Por otro lado, Diego veía con una enorme sonrisa enorme al ver a la pareja ya feliz.

Carraspeo la garganta llamando la atención de los tórtolos.- Lamento interrumpir este hermoso encuentro pero... nos tenemos que ir ya.- digo eso Diego salió de aquella horrible habitación con una sonrisa.

Lenay y Germán se miraron a los ojos. Al fin ya no había tristeza, culpa ni mucho menos dolor. Ambos estaban felices, juntos de nuevo y completos.

- hora de ir a casa.- hablo Germán, besando por última vez sus labios. Se separaron lentamente, Germán se levanto del suelo primero y extendió su mano a Lenay para que la tomara y la ayudo a levantarse, pero la pequeña sabana que cubría a Lenay cayó al suelo. Lenay se sonrojó.

Pero lo que más le sorprendió a Germán, fue aquel pequeño y lindo bultito en el vientre de la menor.

- Lenay....

- ¿¡sorpresa...!?

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