15 (EDITADO)

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Semanas después...

Una madrugada, Germán se levanto de golpe, sintió algo en su pecho. Como un presentimiento.
Por un momento de preocupo por qué jamás había sentido algo así. Al percibir eso, fue como si le hubieran clavado algo en el pecho, como si lo estuvieran apuñalando.

Lenay...

Se paro de la cama con pasos torpes, y asustado y busco su teléfono, hasta que lo encuentro en una pila de ropa. Lo tomo y con las manos temblorosas marcó el número de Lenay.

Cuando tomó su teléfono tenía diez llamadas perdidas de Mellisa y una llamada de Diego.

Mierda....

Marco nuevamente el número de Mellisa y está contesto al instante.

- ¡¡¡GERMÁN GRACIAS A DIOS!!!.- gritó y en el fondo se pudo oír gritos.- necesito que vengas... ¡YA!...

- Que... qué pasó...- Germán se estaba preocupando, y las voces que se oían de fondo no ayudaban a tranquilizarlo.

- Es Lenay, ¿Si?.- se oía agitada.

- ¿Que paso con ella? ¿Está bien?.- Germán contaba con dos teléfonos, el suyo y el de su trabajo. Pidió permiso a su jefe por mensaje y él le respondió con un amable si. Sus compañeros podían seguir sin él. El caso ya casi estaba hecho, solo faltaba localizar al sospechoso y encarcelarlo.

- Lenay empezó su celo...- fue lo único que Mellisa se oyó un gemido algo fuerte al otro lado de la línea.- al perecer se adelantó. Y las pastillas que le dimos no funcionan.

- Dios... bien, ya estoy saliendo...

- ¡¡APÚRATE!!.- con eso colgó el teléfono.

Y Germán como si fuera un rayo, salió disparado al ascensor.

Dejó las llaves de la habitación, y salió. Tomo un taxi en menos de cinco minutos ya estaba en el aeropuerto. Comprando el boleto regreso a Londres.

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- Okey... Lenay calma.- tranquilizo Diego a Lenay quien se encontraba en la cama, desnuda. Solo la cubría una sabana que Max había traído. Compraron las pastillas pero no funcionaron. Todos estaban desesperados.

Lenay tenía bastante calor. Con más de diez botellas de agua helado que había tomado no le ayudaba en nada. El aire acondicionado estaba prendido, pero tampoco ayudaba.

En la parte de su entrada, empezó a salir lubricante. Y le dolía. No la podían ni tocar por qué se quejaba.

- Germán ya viene...- asintieron todos.

- ¡AHH GER!.- gimió Lenay mientas se hacía bolita dentro de las sabanas.

Mellisa, Diego y Max observaban cada movimiento de aquella chica. Se estaban preocupados, y Germán tardaría unas cuantas horas más.

Cuando Lenay se pudo "calmar" ahora solo estaba jadeando. Estaba sudando bastante.

- ¿Estás bien Lenay?.- preguntó Mellisa acercándose a ella. Se sentó en la cama, quizo destaparla pero ella gruño asustando a Mellisa.- Calma, ¿si? Sé que duele. Pero debes esperar un poco más. Germán ya viene.- con mucho cuidado llevo una de sus manos al cabello de Lenay y esta se dejó acariciar.

- Duele....- jadeo y empezó a sollozar.

My little girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora