Capítulo Cuarto

1.9K 150 5
                                    


Los días en el Platanal pasaron entre silencios incómodos y miradas huidas, Cristina observaba como su hija sufría, lo sentía, y aunque no quisiera le dolía a ella misma. Esa había sido la razón de haberla enviado a la capital a un internado, alejarse lo mas posible del dolor que suponía verla y recordar. Sabia que era una cobarde, y que María del Carmen no era culpable, que era quizás una víctima mas de las situaciones. La había visitado en muchas ocasiones, pero no había hecho lo suficiente para conseguir una relación madre-hija, siempre se había mostrado distante, porque sentía temor de quererla, lo cierto era que si la quería, el temor real era a sufrir por ese sentimiento. Los seres que más había amado, la habían traicionado, y la habían lastimado, su padre y Federico habían acabado con sus deseos de amar. 

- No puedes obligarme a quedarme acá para siempre! - su hija la sacó de sus pensamientos. La observó, así enojada le recordaba a ella misma unos cuantos años atrás - Me estoy asfixiando en este lugar. 

- Insistes en desobedecerme... ¿Que quieres que haga? 

- Quiero que me comprendas... - María del Carmen se arrodillo frente a ella. - Mama.!! No es un capricho... Yo amo a Carlos Manuel... Y tarde o temprano tendrás que aceptarlo. Te quiero! Pero no voy a dejar de amarlo solo porque tu tienes un irracional odio hacia su familia. 

- Irracional odio... - Cristina forzó las palabras y un brillo peligroso asomó en sus ojos - eso es lo que crees que siento... Como se ve que no sabes nada. 

- Entonces dímelo mamá... Dime las razones que tienes para odiarlos... 

- A ti debería bastante con saber que los Rivero no son de fiar... Escucha María del Carmen - Cristina tomó las manos de su hija y la miró con ansiedad - Lo tuyo con Carlos Manuel no puede ser... Vas a sufrir hija, y yo no voy a permitirlo... Antes seria capaz de matarlo. 

Asombrada por las palabras tan vehementes de su madre, y su tono de suplica, María del Carmen miró sus manos unidas y sintió el calor que tanto había anhelado durante todos esos años. 

- ¿Tanto te importa si yo sufro? 

- Como puedes dudarlo? 

- Siempre he pensado que no te importo

- ¿Que dices? - Cristina frunció el ceño y se dio cuenta de la mirada entristecida de su hija, bajó la cabeza avergonzada y respiró hondo, luego la observó fijamente, todo hubiese sido tan diferente si su padre, no fuese el hombre que mas odiaba, tarde se dio cuenta que su rabia lastimaba a su hija. - María del Carmen, claro que me importas, eres mi única hija, y te quiero. Quizás no sea la madre mas amorosa y abnegada, pero todo lo que he hecho ha sido por ti. 

- Me enviaste a un internado..

- Porque era la mejor... 

- ¿Para quien mamá?... Para ti seguro... Porque para mi no lo fue, yo deseaba estar contigo. - Cristina ahogó un gemido de dolor , cuanta razón tenia su hija. 

- Lamento que mis decisiones no fueras las correctas, pero todo lo hice buscando tu bienestar. Conmigo no hubieses sido feliz. 

- Si eso es lo que piensas es que entonces nunca debiste ser mamá... - Cristina recibió la amonestación de su hija con la mayor dignidad posible. María del Carmen se deshizo de las manos de su madre y se levantó - Te quiero mamá! Y quizás me cueste entender las decisiones que has tomado en cuanto a nuestra relación, pero no voy a dejar que tomes decisiones por mi....

- María del Carmen... 

- con tu aprobación o sin ella, Carlos Manuel y yo vamos a realizar nuestro amor. No quiero arrepentirme de haber dejado escapar el amor. 

"Pasión Dolorosa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora