Cristina se arregló el vestido premama que le había comprado Federico, habían pasado 5 meses de la muerte de Ignacio, hoy iría al cementerio y el le había rogado que no se vistiera de negro. El mismo había elegido el vestido, blanco que caiga en su cuerpo con cadencia, su abdomen ya abultado, mostraba la nueva vida de la que estaba tan ansiosa de conocer. Los tramites de divorcio habían sido acelerados gracias a la sentencia que Diana Elisa tenia que pagar, 30 años que a Cristina se le hacían pocos cuando recordaba a su padre, sus ojos se le llenaron de lágrimas pero respiró hondo. Se dejó el cabello suelto, sostenido solo con un broche de oro que había pertenecido a su madre, se maquilló y salió. Todos fueron al cementerio y aunque lloró por haber perdido a su padre, el consuelo de estar al lado de Federico la hacia salir adelante.Federico se despidió de ella y le dio un sobre en sus manos, le besó la mejilla y se fue después de dejarla en la casa. Ella frunció el ceño y miró el pequeño sobre, lo abrió y sacó su contenido, era una tarjetita que decía "Te espero... No tardes" ella miró la tarjeta sin comprender. Sonrió y balanceó la tarjeta en sus manos. Una idea cruzó por su mente y salió de la casa después de avisar que estaría fuera. Tomó una camioneta pequeña, ya que le aterraba cabalgar en su estado. Avanzó en dirección al único lugar donde el podría estar esperándole, el sol ya se ponía y oscurecía , ella estacionó la camioneta y caminó el resto donde el auto no podría avanzar, se detuvo al ver la cueva, y volvió a sonreír, maldijo haber olvidado una linterna, pero avanzó lentamente para no caerse. Se adentró en la oscuridad de la cueva, y el claro de la luna iluminaba el centro del manantial donde tantas veces se había bañado. No habían vuelto allí, pero era un lugar que atesoraba. Miró a los lados y pensó que quizás se había equivocado. No era allí donde él la esperaría, se mordió el labio inferior y suspiró, se dio la vuelta para regresar pero de repente todo se iluminó. Ella se sobresaltó y se volvió de nuevo, abrió los ojos y miró sin poder creerlo. La cueva estaba totalmente iluminada con luces pequeñas, aquí y allá, que daban la sensación de un lugar paradisíaco. Ella miró mas detalladamente y había una mesa cuidadosamente puesta sobre una roca enorme, dispuesta para una cena romántica, y sonrió de nuevo, su corazón latió aceleradamente y avanzó lentamente, buscando a los lados al culpable de esa sorpresa. No aparecía, pero pudo ver una alfombra llena de flores sobre una roca grande, una roca que le traía los mejores recuerdos de su vida. Estaba concentrada en sus recuerdos cuando sintió su presencia, su cuerpo cerca, irradiando calor sin siquiera tocarla, tragó con dificultad y se volvió, y allí estaba con una sonrisa en los labios y sus ojos llenos de diversión. El adolescente que conoció hace tanto tiempo estaba frente a ella, y ella estaba respondiendo como la adolescente que había sido en ese momento.
- Hola... - Ella sonrió nerviosamente y le contestó de igual forma
- Hola...
- ¿Te gusta mi cueva?
- ¿Tu cueva? - El asintió
- Hoy es mía también... Nuestra
- Estas loco...
- Eso no está en discusión.. - El tomó la punta de un mechón de su cabello azabache y lo acarició. - Sabías que éste era el lugar..
- No pasó mucho tiempo para que descifrara el mensaje. - El la miró intensamente ahora y pegó su cuerpo al de ella.
- Estás hermosa...
- ¿Qué estamos celebrando?
- Que te amo. - Ella lo miró con amor. - Hoy será un día que no olvidarás. Lo prometo.
El la tomó de la mano y juntos se acercaron a la mesa... El la ayudó a sentarse y se sentó a su lado en vez de estar frente a ella.
- ¿Tienes hambre!? - ella negó con la cabeza, aunque tuviese hambre no habría podido probar bocado, estaba nerviosa y ansiosa. El la miró con amor - Estás hermosa...
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"Pasión Dolorosa"
FanfictionCristina Alvarez Rivas de Maldonado: Una mujer sensual, heredera de unas tierras que su despiadado padre le dejó, la vida la ha endurecido; en un ambiente de hombres machistas se coloca como una hacendada reconocida. Su pasado amargo es su talón de...