Capítulo 04

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Shu volvió a su habitación, se recostó sobre la cama e intentó dormir, pero no podía, no tenía idea de que le estaba pasando, él jamás se había preocupado por Akira, y ahora lo había hecho inconscientemente.

- Shu-san, ¿dónde está Bitch-chan? - preguntó Laito, a pesar de aparecer de la nada Shu no se sobresaltó. Lo miró con desdén.

- Ha salido.- respondió el rubio, el pelirrojo soltó una risa.

- ¿Salido? ¿Sola?.- preguntó sonriendo - ¿Sabes que si la dejas sola el Mukami podría aprovechar y llevársela? - Shu lo miró extrañado.

- ¿Cómo sabes que está con él? - preguntó el rubio, intentando no parecer muy interesado.

- Nfu~ Digamos que he interrogado a algunos compañeros de salón de Akira como para darme cuenta de que con el único que habla es con ese Mukami.- respondió el pelirrojo - No es difícil pensarlo, ¿sabes? - dijo Laito, quien desapareció antes de que Shu pudiese decir algo.

- Idiota.- se quejó Shu cerrando los ojos.

Por alguna razón le quedó dando vueltas lo que le había dicho Laito, quizá el Mukami quisiese llevársela, y no le sería difícil.

Durante el camino hacia la cafetería, Akira estaba sumida en sus pensamientos, Shu había estado extraño, él jamás se había preocupado por los lugares a los que iba, ni cuando salía, ni siquiera sentía que él notara su existencia, se sentía invisible a sus ojos, pero hoy eso había cambiado y no sabía si sentirse feliz o sorprendida.

Ruki se encontraba sentado en una mesa alejada de los demás, Akira llegó 5 minutos tarde, aunque a Ruki no le importó que se atrasara, con el hecho de que ella estuviese allí con él estaba satisfecho.

- ¿Pasa algo? - preguntó el azabache mirando a la pelirroja que había estado callada y mirando hacia un punto fijo por varios segundos.

- ¿Eh? No, nada.- dijo la chica dedicándole una sonrisa al azabache, quien se sonrojó, aunque seguía pareciéndole raro la manera en que se estaba comportando Akira.

- ¿Cómo van las cosas con... Ese Sakamaki? - preguntó Ruki, haciendo que Akira se se sorprendiera ante la pregunta, no esperaba salir con él para hablar de Shu.

- Como todos los días.- respondió, el hecho de que el le haya hecho varias preguntas no significa que su relación esté cambiando, simplemente pensaba que el estaba protegiendo a su comida.

- Oh.- respondió el azabache, tampoco esperaba que algo cambiara, sabía que el Sakamaki era lo suficientemente idiota, como para no querer arreglar las cosas con Akira. Jamás lo había intentado y no lo intentaría ahora, eso era al menos lo que pensaba.

Después de beber el café, el azabache y la pelirroja salieron de la cafetería en dirección al parque, Akira iba tomada del brazo de Ruki. Cuando llegaron al parque se sentaron sobre el césped y conversaron de varios temas.

Shu en casa no había podido dormir, por lo que había intentado buscar a Akira, había pasado por el café, pero no los encontró. No sabía en donde podrían estar, caminó hacia el parque resignado, aunque no lo hizo consciente, solo dejaba que sus pies se movieran. Escuchó una risa bastante conocida, levantó la mirada y comenzó a buscar a la dueña de aquella risa, cuando la encontró se acercó un poco, lo suficiente para escuchar lo que estaban hablando.

- Me gusta hacerte reír... Me gusta tu risa.- dijo el azabache tomando la mano de la pelirroja, quien lo miraba directamente a los ojos.

- Ruki-kun...- fue lo único que dijo Akira, ya estaba poniéndose nerviosa, además de que sus mejillas estaban sonrojadas.

- Sabes que si... Si algún día te aburres de estar con alguien que no te merece... Yo siempre estaré para ti.- Akira jamás había oído esas palabras de Ruki, porque antes el azabache jamás le había declarado sus sentimientos.

- ¿Eh? - preguntó la pelirroja mirándolo con el ceño fruncido, Ruki estaba bastante nervioso, quizá antes de que conociera a Akira no habría pensado en ponerse nervioso frente a una chica, pero ahora todo era distinto.

- Estoy enamorado de ti, eso es todo lo que debes saber.- declaró el azabache, sin quitar su mirada de ella. Akira se sorprendió al oír eso.

- Que cosas dices.- dijo golpeando el brazo del azabache y riendo, Ruki se extrañó, no esperaba que ella creyese que era una broma.

- Es la verdad, Akira.- tomó la mano de la chica y la puso sobre su pecho - Tu eres la culpable de que mis latidos estén acelerados.- la pelirroja lo miró directamente a los ojos. Se quedaron en silencio por un momento.

- No sé que decir.- dijo la chica, no esperaba una declaración, y menos de Ruki, pero por alguna razón le alegraba que él la quisiese - Pero jamás te dejaré solo.- continuó la frase. Ruki sonrió y se acercó a la chica, quien abrió los ojos como platos al sentir los labios de Ruki sobre los de ella.

- Lo siento.- dijo el azabache separándose de ella - Se que no me amas, pero... Necesitaba hacer eso.- Akira soló asintió, un poco atontada.

Shu había visto y escuchado todo, le causó algo ver como el azabache besaba a Akira, se supone que ella era solo de él, y nadie debía tocarla.

- ¿Qué estoy haciendo?.- se preguntó a si mismo bastante enojado - Espiando a la comida, que estupidez.- la verdad es que eso no era lo que sentía, desde que se había enterado de que Akira era amiga del Mukami había estado teniendo una sensación extraña, había estado más irritado que de costumbre.

El rubio le dio una última mirada a la escena de Akira y Ruki,  quiénes estaban conversando y se fue.

Akira y Ruki se despidieron ya que era bastante tarde y en la noche tenían que ir al instituto, y cada uno se fue a su hogar, la pelirroja subió a un taxi y esperó a que llegara a su destino. Aún estaba sorprendida, no esperaba que Ruki la besara ni que se le declarara.

La pelirroja se encontraba peinando su cabello frente al espejo, ya se había vestido con el uniforme, y solo le faltaba arreglar su cabello. Dejó el cepillo a un lado, se miró por última vez al espejo e inconscientemente tocó sus labios, aquellos que Ruki había besado.

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¿Es muy tarde para decir te amo?  (Shu Sakamaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora