- ¿Hasta cuando harás sus tareas? Deberías dejar de fomentar la flojera de ese vago.- dijo Reiji mirando atentamente como Akira escribía y escribía.
- Esto... Me sirve, sí, me sirve para adelantarme.- dijo Akira excusándose, como Shu iba en un curso mayor al de ella, pudo excusarse de esa manera, aunque no fue suficiente para Reiji.
- Es la excusa más estupida que he oído.- dijo Reiji acomodándose los lentes - ¿Por qué lo haces? - preguntó, Akira levantó la mirada.
- Quiero... Que..... No, es... Es porque no quiero que repruebe.- mintió Akira, Reiji sabía que mentía, en realidad, el sabía la razón pero quería oírla de ella, tenía que admitir de una vez por todas que jamás se daría por vencida.
- Sabes que no es cierto, dime la verdadera razón.- Akira se asustó un poco al oír la voz tan seria de Reiji, después de mantenerla la mirada, se resignó.
- Quiero que él vea que de verdad lo quiero, que comience a prestarme atención, quiero que deje de ser tan frío, quiero que él sienta lo mismo que yo siento por él.- las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Akira, Reiji se sintió un poco apenado.
- No te sigas esforzando en ello, el jamás cambiará.- Y se fue, dejando a Akira con el corazón aún más roto, dejándola sola con su tristeza.
Akira continuó haciendo la tarea de su esposo, las lágrimas salían de sus ojos sin previo aviso, pero no se detuvo, había estados estudiando mucho para poder aprender a realizar las tareas de Shu.
La razón por la que aquel día, el día en que conoció a Ruki, llevaba un montón de libros era porque estaba intentando estudiar lo que se supone que Shu debía estudiar para realizar sus tareas.
•
Shu se encontraba durmiendo en el sofá del living cuando sintió que alguien lo tocaba, abrió un ojo para ver quien era, era su pervertido hermano, Laito.
- ¿Qué quieres? - preguntó el rubio cerrando sus ojos, Laito había ido por el hecho de que Akira estaba oliendo extraño desde hace unos meses, y le parecía raro que Shu no lo notara, o al menos eso pensaba.
- ¿Haz notado que en el ultimo tiempo Akira ha estado oliendo extraño? - preguntó el pelirrojo, quien estaba de pie a un lado del sofá, Shu se reincorporó quedando sentado.
- ¿Extraño? - preguntó el rubio, el pelirrojo asintió, lo cierto es que Shu lo había olido, aunque que tampoco le daba demasiada importancia - No lo sé, quizá es el aroma de una compañera de clase, que se yo.- dijo encogiéndose de hombros, miró a su hermano, quien estaba pensando - La verdad es que no me importa.- el rubio estaba por volver a acostarse, pero la voz de su hermano lo detuvo.
- Deberías estar más atento, no sabemos de quien es ese olor, y aunque no te importa Akira, no creo que quieras que se aleje, "esa persona" se enojaría si es así.- advirtió el pelirrojo, Shu se acostó en el sofá, y se quedó dormido al rato.
Nunca le había prestado mucha atención al olor de Akira, ya que siempre había pensado que debía ser de alguna amiga de ella, pero la verdad es que concordaba con su hermano, estaba oliendo extraño, aquel olor no pertenecía a un humano, de todos modos, no le dio importancia.
(...)
Akira iba caminando a su salón, como de costumbre, Shu no la acompañó, aunque a ella le seguía doliendo la distancia que había entre ellos, obviamente quería tener una mejor relación con el hombre que amaba, pero si él no ponía de su parte esa relación jamás mejoraría.
Akira aún iba caminando por los pasillos, había recordado que tenía que ir a la biblioteca, que casualmente quedaba cerca del salón de Shu, llevaba muchos libros en la mano que debía ir a dejarlos. Iba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que un libro cayó, este la hizo tropezar cerró los ojos esperando al golpe contra el piso, pero lo que sintió fue una mano sobre su abdomen, sosteniéndola, los libros cayeron, pero ella no. Miró a su salvador, era de esperarse que fuese Ruki.
- Deberías tener más cuidado.- dijo el azabache sonriendole, ella estaba sonrojada, Ruki quitó su mano de ella. Habían muchas personas mirando la escena, pero al ver que Ruki los miraba de forma amenazadora se fueron.
- Gracias, me salvaste de una caída.- dijo la chica riendo - Si contáramos las veces que me haz salvado probablemente no podría hacerlo con los dedos.- Ruki rió ante su comentario.
- Es cierto.- respondió el azabache, quien se agachó y comenzó a recoger los libros de la chica, la pelirroja reaccionó y comenzó a recoger los libros, al ponerse de pie, un libro cayó sobre la cabeza de Ruki, quien se quejó riendo.
- ¡Lo siento! - dijo la pelirroja, quien se agachó bastante preocupada y pasó su mano por el lugar donde había caído el libro - ¿Estás bien? - Ruki levantó la mirada, al darse cuenta de la cercanía con la chica se sonrojó.
- Sí, estoy bien.- respondió escondiendo su nerviosismo, la pelirroja sonrió al oír eso.
- Lo siento.- volvió a decir, el azabache negó con la cabeza.
- No es necesario que me pidas perdón tantas veces, además, fue solo un accidente.- dijo Ruki calmándola.
- Bueno... Si... Es solo que me siento mal, siempre me salvas de todo y yo te pago lanzándote un libro en la cabeza.- ambos rieron ante ese comentario, el azabache tenía los libros en su mano, eran varios, pero no le pesaban mucho.
- No te preocupes.- dijo acariciando la cabeza de la pelirroja, quien se sonrojó ante aquel acto, por supuesto, el azabache lo notó y dejó de hacerlo.
- Etto... ¡Ya vamos a devolver estos libros! - dijo la pelirroja un poco nerviosa, comenzó a caminar hacia la biblioteca, seguida por Ruki.
Lo cierto era que Shu había visto toda la escena desde su salón, algo le había provocado ver a la chica junto al Mukami, le molestó verlos juntos.
- Así que él es el dueño de el olor con el que siempre llega Akira.- dijo hablando a si mismo.
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¿Es muy tarde para decir te amo? (Shu Sakamaki)
FanficAkira y Shu fueron obligados a casarse, siendo la chica la única que estaba enamorada. Con el paso del tiempo Shu se dio cuenta de que la quería, pero no estaba solo, tenía competencia, ¿se habrá dado cuenta muy tarde de que la ama? ¿Será muy tarde...