Akira despertó con mucha hambre, y Ruki lo pudo notar porque estomago rugía mucho, no se perdonaba no haberle dado de comer a la pelirroja sabiendo que ella estaba embarazada.
- Te traeré algo de comer enseguida, no tardo.- dijo saliendo rápidamente de la habitación.
La pelirroja se quedó recostada con la mano en su frente, aún le dolía el hecho de que Shu no hubiese querido verla al saber que ella estaba embarazada, no le cabía en la cabeza aquello, pero no podía esperar mucho de él, porque a pesar de ser el hombre al que amaba, sabía que no lo conocía por completo como ella creía.
Shu estaba recostado sobre el sofá, cerraba los ojos y veía a Akira. La amaba, al fin lo había notado, él la quería, sólo esperaba que no fuese muy tarde para decírselo, esperaba que ella lo siguiese queriendo como lo había hecho siempre, esperaba no haberla perdido.
El corazón de Akira era muy débil, al menos eso era lo que ella siempre se cuestionaba. No podía dejar de amarlo, aunque él la hiriese, no importaba cuanto daño le hiciera, su corazón jamás dejaría de latir por él.
Ruki volvió a la habitación con una bandeja llena de comida, la dejó sobre su regazo al sentarse y esperó a que Akira comiese un poco, la pelirroja no lo dudó y se llevó toda la comida a la boca, no sabía que le pasaba, pero comía como si nunca lo hubiese hecho, culpó a su embarazo, luego de terminar de comer notó que Ruki no había comido nada.
- ¿No tienes hambre? - le preguntó intentando no sonar demasiado preocupada, él negó con la cabeza.
- No moriré si no como.- dijo riendo, ella sólo asintió.
Ruki dejó la bandeja sobre la mesa de noche y se acercó más a Akira, tenía muchas ganas de abrazarla, de sentir el calor que emanaba su cuerpo.
Shu miró a Laito, este supo enseguida que el momento ya había llegado, no tenía ni idea de porqué, no negaba la ayuda cuando Shu se la pedía, quizá, finalmente, también estaba enamorado, y le dolía cada vez que pensaba que Akira era de Shu, que ella amaba a su hermano y no a él, que jamás la podría tener, pero era feliz con al menos verla, al menos poder tocarla, abrazarla, aunque ella se negase.
Laito y Shu salieron de la mansión y se tele-transportaron a la mansión Mukami, no iban a esperar que alguien les abriera la puerta, porque sabían que esta vez no serían bienvenidos, todos los hermanos sintieron sus presencias, Ruki fue el más preocupado, no tenía idea de que hacer en ese momento.
- ¡Akira! ¡Akira! ¡Akira! - comenzó a gritar Shu, comenzó a caminar por la mansión, la pelirroja oyó la voz de Shu y se reincorporó rápidamente.
- ¿Sh... - No pudo terminar de llamarlo, ya que Ruki le había tapado la boca, estaba asustado por primera vez en sus años como vampiro, tomó la mano e intentó tele-transportarse con ella, pero cuando llegó al lugar dónde había querido escapar con ella, no estaba, supuso que se había soltado de su agarre, por lo que volvió a la habitación.
Akira forcejeaba la puerta que estaba cerrada, finalmente la pudo abrir, salió de la habitación corriendo, pero Ruki fue más rápido y la atrapó.
- No dejaré que te vayas con él.- dijo Ruki mirándola a los ojos, ella se volvió a soltar de su agarre y comenzó a correr, pero nuevamente Ruki la atrapó.
Shu vió la escena, supo enseguida que no lograría llegar caminando ni corriendo, por lo que se tele-transportó y alcanzó a tocar al Mukami justo cuando este ya había aparecido en una cabaña que parecía estar en medio de un bosque, Shu reaccionó rápidamente y golpeó a Ruki dejándolo noqueado para que soltase a Akira, quién se lanzó a los brazos de Shu.
- Akira... Lo siento tanto...- dijo mirándola y tomando el rostro de la pelirroja entre sus manos, iba a decir algo más, pero fue interrumpido por el movimiento de Ruki, este se puso de pie con intenciones de golpear a Shu.
- No dejaré que le hagas daño, nunca volverá contigo.- lanzó un golpe al aire, ya que Shu lo esquivó, fue cuando aprovechó la situación y volvió a golpear a Ruki, el azabache cayó sobre el suelo, Shu se posicionó sobre él y levantó su puño.
- Vine porque me arrepentí de todo lo que hice, no le haré daño, pero tu mereces estos golpes, por hacer algo contra su voluntad.- dijo el rubio con enojo, Akira lo detuvo, no quería que golpease más a Ruki, en parte entendía porqué lo había hecho.
- No, ya no lo hagas, vámonos.- dijo ella tomando la mano del rubio, este se tensó ante su contacto, hace mucho que no sentía su calor, Shu soló asintió algo embobado y abrazó a Akira, la chica cerró los ojos por un instante, cuando los volvió a abrir se encontraban en la habitación que compartía con Shu.
- Perdoname, lo siento, no sabes cuanto, no volveré a hacerte daño, no volveré a dejarte de lado, tu siempre serás mi mayor tesoro, no quiero que nos alejemos más, mi vida no tiene sentido sin ti.- dijo el rubio tomando el rostro de Akira entre sus manos, la chica sonrió feliz, estaba escuchando las palabras que siempre había querido oír, y sabía que lo que decia Shu era verdad, era lo que sentía, se sintió tan dichosa - Akira, quiero que seamos una familia, tu, nuestro hijo y yo, no volveré a dejarte ir.- besó los labios de la chica suavemente, ella correspondió feliz.
- Te amo.- dijo ella cuando se habían separado por la falta de aire, Shu apoyó su frente con la de ella, por lo que tuvo que inclinarse un poco, miró directamente a los ojos a la pelirroja, y sonrió.
- Te amo.- finalmente lo había dicho, y afortunadamente, no era tarde.
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El último capítulo :'3 espero que les haya gustado, falta el epílogo aún.
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¿Es muy tarde para decir te amo? (Shu Sakamaki)
FanfictionAkira y Shu fueron obligados a casarse, siendo la chica la única que estaba enamorada. Con el paso del tiempo Shu se dio cuenta de que la quería, pero no estaba solo, tenía competencia, ¿se habrá dado cuenta muy tarde de que la ama? ¿Será muy tarde...