Capítulo 23

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Ruki le siguió el beso, puso sus manos sobre la cintura de la pelirroja. Akira se dejó llevar, de un momento a otro se encontraba sobre Ruki, tenía que aprovechar la oportunidad, en un principio su plan era tener relaciones con él para poder escapar, pero lo decidió mejor, y planeó solo besarle hasta que ella tuviese oportunidad de escapar.

Ruki estaba algo cohibido, siempre había soñado con lo que estaba pasando, pero no esperó que ocurriera de esa manera, aún estaba algo sorprendido. Akira fue alejándose poco a poco, preparándose para correr en dirección a la puerta, cuando ya estaba lista para escapar Ruki la detuvo tomándole el brazo.

- Lo siento, pero no dejaré que escapes.- dijo mirándola a los ojos, Akira intentó soltarse de su agarre, pero al ver que era inútil se resignó y se sentó sobre la cama - ¿No entiendes que todo esto lo hago para protegerte? - preguntó Ruki.

- Quiero ver a Shu... sólo quiero hablar con él.- respondió la chica cabizbaja - Lo amo... Aún lo hago.- el corazón de Ruki se partía cada vez que escuchaba eso y por otra parte le enojaba saber que Akira seguía enamorada de la persona que le hizo daño.

- No lo verás.- respondió con seriedad, se levantó algo enojado y salió de la habitación.

Akira se sentía triste, Ruki había cambiado, ese no era el Ruki que había conocido en el instituto. La pelirroja se recostó sobre la cama y cerró los ojos, esperando poder olvidar todo aunque fuese por lo menos un momento.

°

Shu daba vueltas y vueltas por la mansión, estaba algo nervioso, ya que Laito lo acompañaría a la mansión Mukami. Tenía miedo de que Akira no quisiese verlo, no sabía desde cuando había comenzado a sentirse así por ella, había muchas cosas que habían cambiado. El pelirrojo se acercó a Shu y puso su mano en el hombro del mayor.

- Ya es hora.- habló con una seriedad que Akira se habría sorprendido al ver. Shu asintió y comenzó a caminar, ya estaba por terminar toda esa pesadilla, o al menos eso creía.

Laito tomó el brazo de Shu, ambos hermanos aparecieron frente a la mansión Mukami, Ruki y los demás pudieron sentir sus presencias, el azabache no lo dudó y abrió la puerta, ya sabía que hacer.

- No son bienvenidos aquí.- fue lo primero que salió de su boca, al ver a Shu apretó sus puños, no podía negar que verlo era algo que le afectaba, quería golpearlo, él era el que le había robado el corazón a Akira, él era el culpable de la lejanía que existía entre ellos, entre sus corazones. Y sobre todo, él era quién más daño le había hecho.

- Vine por mi esposa.- aclaró Shu mirando a Ruki de forma seria, los ojos del rubio estaban más oscuros que te costumbre - No me interesa tener una conversación contigo.

- Akira ha dicho que no quiere verte.- dijo el azabache apretando aún más sus puños al escuchar las palabras del Sakamaki mayor.

Shu se quedó en silencio, aquello le había afectado, ¿Realmente Akira no quería verlo?

- ¿Por qué no nos dejas entrar para conversar esto de mejor manera? - intervino Laito mirando al Mukami con una sonrisa - No es tu estilo dejar a las visitas hablando afuera, ¿no?

Ruki sólo asintió, intentando controlar la ira que corría por sus venas, la sangre se le calentaba, apretaba sus puños una y otra vez conteniéndose de hacer algo estúpido, no debía parecer preocupado, no debía parecer sospechoso, lo que menos quería era que los Sakamaki supieran que tenía a Akira encerrada.

(...)

Desde hace unos días Subaru estaba teniendo un mal presentimiento, no entendía que le pasaba, esperaba que no fuese nada relacionado con Akira, lo que más le preocupaba era ella en ese momento.

Desde que sus hermanos se fueron había estado preocupado, esperaba que Ruki pudiese convencer a la pelirroja de mantenerse alejada de sus hermanos, convencerla de no acercarse a Shu.

Caminó hasta el jardín de rosas, le recordaban tanto a Akira, y a su madre por supuesto. Ambas eran tan puras, pero luego llegó alguien y les quitó la pureza que poseían, apretó los puños y comenzó a romper las rosas con sus manos, sin importarle sin se hería las manos.

- Subaru.- escuchó a sus espaldas, se giró y miró a Reiji.

- ¿Qué quieres? - preguntó el albino enojado, Reiji bufó y se acomodó los lentes.

- La comida está lista, ve al salón por favor.- dijo y se retiró.

- Tsk.

Laito, Shu y Ruki se encontraban sentados en el living, nadie decía nada, pero el ambiente estaba bastante tenso, Shu miraba con desprecio a Ruki, y por supuesto que el Mukami también, Laito era el que estaba más tranquilo, lo único que tenía en mente era llegar rápido a la mansión porque ya se estaba aburriendo allí.

- Dime dónde está Akira.- dijo Shu rompiendo el silencio.

- Te he dicho que Akira no quiere verte, me lo ha enviado a decir.- respondió Ruki enojado, le molestaba que Shu insistiese tanto.

- Quiero que me lo diga a la cara, y la dejaré en paz.- respondió Shu, para Ruki eso había sonado tan tentador, pero no había forma de que ella dijese algo como eso.

- ¿Acaso no escuchaste? No quiere verte, ya mucho daño le causaste, déjala en paz.- dijo Ruki elevando un poco el tono  de voz.

- Me pregunto si realmente dijo eso.- dijo Laito, causando mayor enojo en Ruki.

- Ya los he tenido mucho tiempo aquí, quiero que se vayan y no vuelvan jamás.- dijo el azabache poniéndose de pie, Shu lo miró amenazante, no quería irse hasta que estuviese con Akira.

- No me iré de esta casa sin mi mujer.- dijo Shu. Ruki soltó una risa burlesca.

- Ella no quiere verte, ella te odia.- dijo Ruki sabiendo que eso jamás se convertiría en una verdad, después de todo Shu jamás sabría que si Akira lo odiaba o no, no la volvería a ver, no la volvería a dañar.

Shu no dijo nada, sólo se puso de pie, y salió de la habitación, caminó hasta la puerta de la mansión, Laito lo siguió un poco extrañado, no se esperaba eso.

Ruki sonrió triunfante, al fin se había librado de ellos.

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O.o
Bueno, espero que les haya gustado ^_^ ¡ya llegamos a los 2k! ¡muchas gracias! T.T
Publicaré otro capítulo más tarde.
Nos leemos~

¿Es muy tarde para decir te amo?  (Shu Sakamaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora