Después de haberle preguntado a Kanato, Shu se encaminó hasta el jardín de rosas, donde supuso que estaría su hermano menor. Cuando vio un cabello blanco se acercó a paso lento y calmado, aunque en su interior sintiese todo lo contrario.
- Subaru.- lo llamó, el recién mencionado se giró para mirarlo.
- ¿Qué quieres? - dijo de mala gana, aún no olvidaba lo que Shu le había hecho a Akira. Al rubio le pareció extraño que lo tratara de esa forma, en el pasado no tuvieron buena relación, pero tampoco una mala.
- ¿Sabes dónde está Akira? - preguntó serio, bostezo y pasó su mano por su cabello. El albino lo miró con seriedad, él también había notado la ausencia de su aroma, pero no creyó que ella se pudiese haber ido.
- No, no tengo porqué saberlo.- respondió y le dio la espalda. Estaba seguro de que ella había tomado su consejo. Se arrepintió por una parte, le dolería no poder verla, pero si así ella estaba a salvo entonces era lo mejor.
- ¿Eh? - Shu estaba bastante sorprendido por como le hablaba, jamás lo había tratado de esa forma - Bien, si sabes algo, por favor hazmelo saber.- dijo girándose para emprender camino hacia la mansión.
- Si supiese de su paradero, no te lo diría.- dijo el albino con cierta irritación en su voz. Le molestaba el hecho de que ahora se preocupara por ella, después de haberla herido, de haberla ignorado todo este tiempo.
- ¿Qué es lo que te pasa? - preguntó el rubio irritado, lo que menos tenía en ese momento era paciencia.
- Sé lo que le hiciste.- dijo el albino, la ira comenzaba a hacerse presente. Se controlaba para no golpear a su hermano - Me alegro que se haya ido, estará mejor sin tí.
- No hables de lo que no tienes idea.- dijo el rubio con seriedad, desapareció de la vista del albino, y se recostó en su cama.
Subaru estaba bastante enojado, suspiró pesadamente e intentó calmarse, estar enojado no le serviría de nada. La verdad era que él estaba extrañando el aroma de Akira, por una parte se sentía enojado por el hecho de que ella no estuviese más ahí, pero por otra se sentía bien, pues ahora ella estaba mejor, estaba más protegida. Desde que vió al Mukami con ella, la forma en que la trataba y se preocupaba por ella comenzó a tenerle confianza, aunque ello no quería decir que se volverían amigos ni que hablarían. Solo agradecía que él estuviese ahí para ella.
Shu cerró los ojos y suspiró, no tenía ni una idea de dónde estaría Akira, estaba tan preocupado, se sentía tan sólo que no siquiera pensó en que ella se había ido con el Mukami.
Akira miró al azabache con los ojos muy abiertos y bastante sonrojada, él se acercó lentamente, la pelirroja cerró los ojos por inercia, Ruki besó su mejilla.
- Se buena chica y haz lo que te digo, ¿si? - dijo el azabache, Akira asintió algo embobada y salió de la cocina en dirección a la habitación que ahora era suya.
La pelirroja se sentía confundida, no sabía que tipo de sentimientos tenía por el azabache, pero no quería jugar con él, no quería darle ilusiones hasta que olvidase a Shu y estuviese segura de sus sentimientos por él.
Ruki se quedó mirando hacia la nada, sus mejillas estaban sonrojadas, no pudo evitar sonreír, Akira había cerrado sus ojos, ¿eso quería decir que quería que la besara? No tenía idea de que estaba haciendo, pero prefirió no volver a acercarse de esa forma, con esas intenciones. Ella estaba confundida, además, después de lo que había sucedido con el Sakamaki por supuesto que estaría más sensible, y enojada con él. Si Ruki continuaba su intento de conquistarla la confundiría aún más. Debía esperar a que la chica tuviese su mente más despejada.
(...)
Akira se encontraba durmiendo, había estado bastante cansada. Ya era la hora de cenar, Ruki vió que la chica no aparecía, así que fue hasta la habitación, tocó la puerta y esperó alguna respuesta. Nada. Decidió entrar para asegurarse de que ella estuviese bien, y así era. Prefirió dejarla dormir, cuando estaba por salir de habitación sintió que lo tomaban del brazo.
- Quedate.- dijo la pelirroja mirándolo a los ojos, Ruki dudó.
- Es hora de cenar.- avisó con un tono de voz amable - si quieres, luego vengo a quedarme contigo.- ofreció él, la muchacha sonrió y asintió, dio un paso y se tambaleó, había olvidado que seguía sintiéndose algo mareada - ¿Estás bien? - dijo Ruki afirmándola con la mano en la cintura de Akira, ella asintió.
- Si, solo son unos mareos.- respondió quitándole importancia, el azabache decidió que lo mejor sería que se quedara acostada.
- Te traeré la cena, esperame.- y antes de que la chica pusiese negar él ya había desaparecido.
Akira se sentó sobre la cama y puso su mano en su cabeza, no tenía ni la menor idea de lo que le estaba pasando, sentirse mareada no era algo que le pasase a menudo, era extraño en el, puesto que siempre había tenido muy buena salud.
Ruki apareció frente a ella y dejó la bardajes con comida sobre las piernas de la chica.
- Gracias, no era necesario que hicieras esto.- dijo sintiéndose algo culpable, no quería que Ruki se convirtiese en su sirviente ni nada parecido, ella podía hacer las cosas bien, y sola.
- Mañana no iremos al instituto, así que no te preocupes si duermes durante la noche.- dijo el azabache, ha que sabía que Akira los días domingo evitaba dormir por las noches para poder dormir el lunes por el día, así podría estar con energías para ir al instituto - Mañana iremos a primera hora a ver a un doctor.- avisó, la chica se negó, no le parecía algo tan grave como para acudir por la ayuda de un profesional, sólo tenía mareos.
- No, estoy bien, no es necesario.- dijo comiendo, el azabache negó, él no dejaría que algo le sucediese a Akira, y estaba bastante preocupado por los mareos constantes de las chicas.
- De esa forma podré estar seguro de que estás bien.
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¿Es muy tarde para decir te amo? (Shu Sakamaki)
FanfictionAkira y Shu fueron obligados a casarse, siendo la chica la única que estaba enamorada. Con el paso del tiempo Shu se dio cuenta de que la quería, pero no estaba solo, tenía competencia, ¿se habrá dado cuenta muy tarde de que la ama? ¿Será muy tarde...