Perfect | hs

D o s.

No sé muy bien qué era lo que esperaba, tal vez que se acomode el escote atrevidamente y sonriera con descaro hacia mi, pero realmente no estaba entre mis planes que achinara los ojos y luego intente saludarme con la zanahoria mientras levantaba el mentón en alto y decía con todo el orgullo que podía tener: -Grace Lee.

Apreté mis labios, tratando de retener la risa que quería salir. Dios, estaba en una delgada línea entre ser adorable o imbécil. Sus mejillas se tiñeron de un ridículo color rosa y se llevó la zanahoria rápidamente a la boca antes de volver a repetir su nombre en un murmuro difícil de entender. Estreché nuestras manos y la observé, tratando de entenderla. Era rara. 

-Un gusto, Grace Lee-respondí antes de separar las manos y verla morder la zanahoria. 

-Un placer conocerte.

Asentí y pasé una mano por mi cabello tirándolo hacia atrás mientras le entregaba una sonrisa de lado al notar cómo me examinaba con su mirada. A los minutos miró hacia otra parte y un incómodo silencio se hizo presente. Maldición, esto sería más difícil de lo que creí. 

Miré hacia los chicos por unos segundos, notando a Niall, quién me hacía señas para que le dijera algo más. Levanté mis hombros, pidiendo ayuda y ahí fue cuando una idea se me ocurrió. 

Sonreí ampliamente y tomé una bocanada de aire antes de empezar con mis mentiras. 

-Soy un gran fan tuyo, ¿sabes?-sus ojos azules se posaron en mi y los abrió con sorpresa.

-¿Qué? ¿Eres otro de esos locos que se colan a programas para que le firmen el pecho?-preguntó con temor.

Genial, esto estaba yendo de maravillas, al parecer, ser un gran fan como Niall no lograba nada con ella. Me obligué a reír para alivianar el ambiente y cuando la miré nuevamente su rostro estaba completamente rojo. Bien. 

-Lo siento-murmuré tratando de dejar de reír-No, no soy uno de esos locos, tranquila-sonrió y ladeó la cabeza. 

-¿Entonces?

-Nací prácticamente viendo las películas que tu padre hacía, Jason Lee fue, es y supongo que será toda la vida el amor imposible de mi madre-lanzó una pequeña risa mientras arrugaba la nariz-En serio, mi madre ama a tu padre. Cada navidad durante mis dieciocho años vimos la misma película, "La fuerza de la Navidad" donde tú y tu padre aparecían-bien, esto no era mentira, era totalmente real. 

Rió adorablemente y comentó acerca de la tortura que debí haber pasado. Me encogí de hombros y me arriesgué a decir otra verdad. 

-Se volvió en una tradición ver esa película, pasamos un buen momento, al menos-sonrió y yo hice lo mismo. 

-Es lindo escuchar eso-dijo, antes de que nos volviéramos a quedar en silencio. 

Me había quedado sin tema y esta conversación realmente no iba a ninguna parte. 

-Tienes buenas canciones, por cierto-no era una mentira del todo, no conocía todas sus canciones pero las que escuché realmente eran buenas. 

-Oh, gracias-asintió con educación.

Carraspeé y miré de reojo a los chicos. 

-Yo estoy en una banda, One Direction-abrió la boca con sorpresa y chasqueó sus dedos en mi dirección, fruncí el ceño, dándome cuenta de que recién acaba de enterarse que formaba parte de la banda. 

Realmente era rara. ¿Qué adolescente no conoce a One Direction o no sabe reconocer a uno cuando lo ve? Solo ella. 

-¿Ustedes son los de "oh oh oh you don't know you're beautiful"?-cantó, ¿ni siquiera sabía el nombre de la canción más famosa del momento? Tranquilo, Harry, tranquilízate. Sonreí y asentí.

-Si, somos los de "oh oh oh you don't know you're beautiful"-repetí, riendo en voz baja. 

-¡Claro! ¡Suenan todo el tiempo en la radio!-exclamó. 

Nuevamente, esta conversación no iba a ningún lugar. 

Me ahorré rodar los ojos cuando cantó otro trozo de una de nuestras canciones y en su lugar, terminé la oración con la insinuación de querer besarla. Pero quise volver a rodarlos al darme cuenta que no lo captó o tal vez solo jugó a hacerse la tonta. Algunas chicas van por ese lado, es decir, juegan a no entender para que los hombres las persigan. 

Ella no lucía ser una de esas mujeres, pero tal vez era una experta en ese juego. 

Debía estar alerta. 

-Oye amigo, deja el tema de ligar para más tarde, tenemos un público que atender-Louis se metió en la conversación, golpeando mi espalda amistosamente y no podía haber estado tan alegre de que nos interrumpa. 

-Ya voy-respondí cuando ya se estaba marchando, tratando de que mi voz no saliera tan entusiasta. 

Esto estaba perdido. 

-Debo irme-señalé-Me gustaría verte luego, si quieres.

No importaba cuan ridículo esto sonara, pero necesitaba terminar con mi trabajo, y si eso significaba tener que pasar un mes entero con esta muchacha extraña, entonces lo haría sin quejarme. Bien, en realidad, sin quejarme tanto. 

-Bueno, me encantaría a mí también-sonrió ampliamente que lo más probable es que pudiera ver todos sus dientes. 

Desvaneció un poco la sonrisa al darse cuenta y reí, volviendo a pensar que la línea que había marcado entre adorable e imbécil cada vez era más fina. 

-Nos vemos luego, Gracie-me incliné para dejar un beso en su mejilla.

Mis fosas nasales fueron invadidas por su dulce perfume que me fue imposible no quedarme un minuto más allí. Cuando creí que iba a lucir como un enfermo, tan solo me separé y observé cómo todo su rostro se parecía a un tomate. Sonreí de lado y ladeé mi cabeza hacia la derecha, admirando la vista que tenía frente a mí.

Lo siento, pero realmente es hermosa. 

-Nos vemos, Grace-repetí, preparado para marcharme de allí. 

-Nos vemos, Harry-sonrió tímidamente, encogiéndose de hombros. 

Giré, sin más, y empecé a caminar hacia la puerta que me llevaría a los demás chicos. Como lo había predicho, allí se encontraban ellos. 

Niall mordía sus uñas ansioso y apenas me vio, saltó y se acercó a mí con una expresión de interrogación en su rostro. 

-¿Y? ¿Le contaste sobre mi?-preguntó.

Rodé los ojos y tiré mi cabello hacia atrás. 

-Le contaré de ti cuando el mes termine-me encogí de hombros.