T r e c e.

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Nota: Sé que probablemente me odian, pero heeey, traje un nuevo capitulo. Espero que lo disfruten, voten y dejen sus hermosos comentarios. Tengo una buena noticia, y es que las vacaciones de verano empezaron en Argentina, y eso significa que voy a tener más tiempo para escribir y actualizar esta novela. Perdonen el retraso, pero ya estoy de vuelta. Las adoro chicas, tengan un hermoso dia/tarde/noche/o cuando sea que lean esto jajaja. Besitos xx.

 Volví a tocar el timbre por décima vez, esta vez dejando el dedo sobre el por unos largos minutos. Maldición, ¿dónde demonios se encontraba? Se suponía que nos veríamos a esta hora, ¿acaso está jugando conmigo? Joder, golpeé la pared a mi lado y caminé en circulos frente a las puertas de vidrio de aquel edificio, mientras tiraba de mi cabello.  

Sentía la respiración agitada y cómo mi frente y manos sudaban debido al momento que había pasado anteriormente. Quise llamar a mi madre y llorar entre sus brazos como lo hacía cuando tenía cinco años, pero ya no tenía esa edad y ella no estaba cerca para poder hacerlo de todas formas. 

Saqué mi celular y volví a releer el mensaje que me había mandado durante la reunión. ¿Qué quería decir con que estaba empeorando? No podía ser cierto, la ultima vez que lo había visto, estaba en perfectas condiciones. Bueno, no del todo perfecto, pero bien. 

Traté de respirar hondo y pensé una respuesta. 

¿Qué podía decirle? ¿"Lo siento madre, trata de manejarlo tú. Tengo trabajo que hacer."? ¡Claro que no haría eso! Lancé un suspiro pesado y enfrenté nuevamente los timbres de los departamentos, tocando el de Grace repetidas veces. Necesitaba verla, ella podría hacerme olvidar por un buen rato. 

-¡Vamos!-exclamé con rabia, golpeando varias veces el timbre con el puño cerrado, apretando sin querer los timbres alrededor. 

-¿Hola?

-¿Si?

-¿Quién es?

Todas las voces salieron una tras otra del intercomunicador, confundidas al escucharse entre ellas. Hice una mueca y retrocedí un paso, como si alejarme un poco lo fuera a arreglar. 

Mi celular sonó en mi bolsillo y lo saqué con miedo,  pensando que tal vez sería mi madre con malas noticias. Era Grace.

-¿Grace?-pregunté, esperanzado. 

-¡Harry!-exclamó y por unos minutos sentí un poco de paz entrar en mi cuerpo, me acerqué a la puerta de cristal y apoyé mi frente en ella, cerrando los ojos-¡Lo siento tanto! Ocurrió un problema familiar y no estoy en mi casa.

Problema familiar. No puedo ir a casa. Mi madre. Está empeorando. Mierda.

Abrí mis ojos rápidamente y sacudí mi cabeza, pensando en lo absurdo que fui al venir aquí, cuando tengo otras cosas por las que preocuparme. 

-Eso lo noto-murmuré mientras giraba y caminaba hacia mi auto.

-Lo siento-susurró débilmente. 

Apreté el celular entre mis manos con fuerza, sintiendo algo pesado en mi estómago al escuchar su tono. Pero no podía caer.

-Está bien, todo está muy bien. Tengo cosas que hacer. Nos vemos luego, Grace-me apresuré en contestar y corté la llamada, tirando el celular detrás de mi espalda, sobre el asiento pasajero.

* * *

-¿Entonces, eso significa que no podrás venir?-escuché a mi madre hablar suavemente del otro lado de la línea, apreté los ojos y suspiré.

-Lo lamento, iré en cuanto pueda, pero mientras tanto, estoy atascado aquí-murmuré entre dientes y la última parte me pegó fuerte.

Atascado. Así es como siempre he estado. 

Perfect | hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora