Aprendiendo a ser romántico

"¿Me tienes miedo?".

Capítulo 93.- "¿Me tienes miedo?".

—Carter, la reunión todavía no terminó.

—Si me esperan cinco minutos estaré tratando que se me pase la rabia y vuelvo.

Cerró la puerta de golpe y desapareció. Todos los miembros de la academia se quedaron pasmados.

—No se le pasará en cinco minutos, pero no es contigo que está molesto, Ricardo.

—No, si no me lo dices, no te lo creo –Rieron– ¿En verdad lo trato así?

—Sí, Carter tiene una especial visión acerca del cariño que le tienen todos los adultos –Respondió Nath.

—En realidad, él piensa que todos lo tratan así porque le tienen lástima. Siempre cree que lo ven como el pobre niño sin padres, con la responsabilidad en sus hombros. Él cree que todos le tienen compasión y por eso, ahora que está a salvo, lo quieren tratar como un niño con una infancia infeliz y eso lo pone... bueno, ¡ya ven cómo se pone!

—Pero es tonto que piense... –Comenzó Alissa y Taylor la interrumpió.

—Pero si tu hubieras vivido con esa familia, vivido tantas cosas... y vieras la forma en que los demás te miran, ¿no lo pensarías así?

—Pero él es Cárter Reynolds –Dijo con cara de ensoñación. Nath chasqueó la lengua– Él puede con todo.

—No vuelvas a decirle así... para nosotros es nuestro amigo, y nada más, ningún miembro de la Academia lo trata así, aún pensándolo... ¡Sería un poco más sabio de tu parte que cerraras la boca!

—_______ lo calmará –Comentó Jack G con una sonrisa pícara– Ella siempre lo logra.

—No creo que ahora eso pase. Ella está enojada con nosotros.

—¿Por qué?

—No es tema que tratemos en esta reunión –Contestó ella secamente.

—¿Esperamos a Carter? –Preguntó Manuel.

—No, será mejor que nos den a nosotros la información y después, se la diremos –Respondió Taylor.

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Los gritos y ruidos de cosas que se partian en uno de los pisos superiores se escuchaban hasta en el salón principal. La habitación de la mama de Ricardo parecía ser el centro de una reunión de pandillas.

_______ se descargaba con casi todo lo que podía, y Annette sólo se limitaba a quedarse bien protegida en un rincón.

¡Maldito infeliz, traidor, desgraciado!, ¡Me las vas a pagar haberme ocultado que estabas con esa maldita rubia apestosa, hija de los mil...!, ¡Y mi hermano, solapándolo,... junto con la traidora de Nath!

Se sentó en el suelo, con lágrimas en los ojos, Annette se acercó temerosa.

Pero pobre de tu miserable vida Cárter Reynolds... te haré lo peor que una persona puede hacerle a otra. ¡Maldita sea! No puedo odiarte... te amo demasiado para hacerlo... pero si hay algo peor que el odio... la indiferencia... ¡Eso es! Pasaré de ti olímpicamente y no volveré a hablarte nunca... para mi estás...

—¿Ya se te pasó? –Preguntó Annette.
Ella tenía la mirada perdida en un cuadro, a Annette no le gustó lo que vio en sus ojos– ______... –Ella no le respondió– Por Dios, ¡respóndeme o iré a buscar ayuda!