"¡Debí ser consejero matrimonial!".

650 45 1
                                    

Capítulo 108.- "¡Debí ser consejero matrimonial!".

—Pero...

El rostro de _______ era casi morado.

—Deberías darte cuenta que la que está perdiendo eres tú.

—¿Por qué lo dice?

—Bueno... —Bajó la vista a los papeles– Sé de buena fuente que hay alguien que está a punto de renunciar a cierta chica que no lo deja decirle las cosas como...

—¿Qué? –Preguntó alarmada– ¿Qué dice que alguien... Carter?

—Bueno... creo que lo he visto algo decaído por no poder darte explicaciones sobre algunos hechos pasados recientemente –Ella se puso roja, él sonrió– Claro que yo no sé a qué hechos Carter se refería. Lo cierto es que no quiere ser una molestia, y bueno, creo que dejará que todo siga como siempre –La miró.

—¡¡No!! –Se sentó con el sueño fruncido.

—Eres una tonta, ¿por qué esa manía de hacerlo sufrir?

—Usted no sabe...

—Sí, lo sé, estás vengándote por algo que él no tiene la culpa...

—¡Sí la tiene! –Protestó.

—¿Tiene la culpa de no darse cuenta hasta tarde, mejor dicho, bien tarde, que te ama?

—¿Me ama? –Preguntó ella sonriendo.

—Yo no dije eso...

—Acaba de mencionarlo.

—¡Yo y mi bocota! –Rieron– No debes ser tan dura con él.

—Pero él... a veces es tan... ¡complicado!, ¿No entiende que sólo debe decirlo? sólo son dos palabras... ¡así de fácil!, ¡Tres si quiere hacerlo mas personal! –Él rió– Sólo debe decir "_______, te amo".

—A ver, señorita Caniff –Ella se sentó derecha para escucharlo– ¿A caso el señor Reynolds no le pidió un favor hace unos meses?

—Sí... –Respondió ella sin entender.

—¿Qué te pidió?

—Me pidió... –Lo miró ahora entendiendo– Me pidió que lo ayudara a ser mas romántico...

—¿Por qué?

—Pues porque él no sabía como declarársele a una chica... –Se golpeó la frente– ¡Soy una idiota!

—Coincido con lo primero –Sonrió– No con lo último.

—Profesor... –Se puso roja– No estoy para bromas.

—Sabes... Carter no ha tenido la suerte que tú –Ella lo miró sin entender– Carter ha vivido en una casa en donde los que vivían con él, sólo le profesaban rencor, odio, rabia y desprecio... nunca nadie le ha dado en esa casa unas palabras de aliento, cariño, amor... ¿Cómo quieres que alguien a quien nunca nadie le dijo "Te quiero" pueda decirlo tan fácilmente?

—Yo...

—Tú no puedes saberlo, porque has vivido en una casa rodeada de amor, de protección, de unidad familiar... ¿Qué ha tenido Carter? Soledad, desprecio, y abandono. Es difícil para él saber cuando alguien lo quiere de verdad o cuando lo quieren por lo que dicen de él, tu lo sabes perfectamente, entonces no puedes obligarlo a que exponga sus sentimientos tan fácilmente. Espéralo, dale su tiempo... él te quiere, eso lo sabes, no debes ser tan ansiosa o lo perderás... Trata de ser mas comprensiva con él.

—¡Soy comprensiva!, ¡he esperado estos meses para que se declare!

—¿Cómo quieres que se te declare, si tu te la pasas hablando de las maravillas de tu novio ficticio? El siente que ya no tiene chances contigo, que tú lo olvidaste.

—Pero... no es verdad.

—¿Cómo diablos quieres que él lo sepa, si tú no se lo dices?

—¿Y qué quiere que haga? –Preguntó sentándose y limpiándose unas lágrimas– No puedo acercarme... yo... pensará que soy una chica fácil, que no quiere estar sola, recién hace dos días que supuestamente rompí con mi novio, ¡se supone que debo estar destrozada!

—¿Por qué no le dices la verdad?

—¿Y arriesgarme a que deje de hablarme porque jugué con él?

—Ay ________... –Se levantó con un sobre en la mano– Deberías aprender que los actos que cometemos traen consecuencias... –Le entregó un sobre.

—¿Y esto?

—Bueno... esto, es tu última oportunidad para enmendar las cosas –Ella lo miró sin entender– Te lo manda él –Ella sonrió.

—¿Es para mí?

—¿A caso mi segundo nombre es _______? –Ella negó– Ve, léelo y te sugiero que le contestes lo más pronto posible... él esta esperando con ansias tu email –Ella se levantó rápidamente.

—Gracias profesor –Él sonrió. Ella iba a marcharse.

—¡_______!

—¿Sí?

—La primera salida del tren es el sábado 30 de octubre.

—¡Gracias profesor!.

_______ salió y cerró la puerta, sin entender el por qué le daba ese dato.

—Dios... ¡Debí ser consejero matrimonial!

Aprendiendo a ser románticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora