Descubriendo tu pasado ||Percabeth|| ganadora en los #NACWARDS

No lleves a tu novio a tu cabaña antes de la primera cita

—Percy Jackson es mi novio, Percy Jackson es mi novio, Percy-Jacskon-es-mi-novio —repetía dando vueltas en mi cama sin creérmelo, tape mi rostro con la almohada para ocultar mis mejillas rojas que aún no quitaban ese color desde que estuve con el— ¿Y ahora qué hago?

—Puedes irte a dormir —Malcom patio la parte inferior de mi cama, que era su techo porque compartíamos una litera, di un pequeño salto en el colchón mientras el ruido del golpe hizo eco en el silencio de la habitación—, llevas una hora hablando sola.

—Acaso ¿Me estabas escuchando? —apenada asome mi cabeza colgando junto con mis rizos rubios hacia abajo para verlo.

—Todos lo hacemos —gritó Carol Allen, nuestra hermana menor o mejor conocida por su leve obsesión con la literatura juvenil—. Soñaba que Harry y Thomas se conocían.

—Eso es estúpido —otro más se nos unía, Tom Stinsong mostraba señales de vida desde la cama más alejada a la mía.

—Cállate muggle y déjame soñar —la voz aguda de Carol paso por toda la cabaña, se sentó furiosa quitando las sabanas de encima, poseía su arrugada piyama con letras enmarcando en su camisa: ¡Soy divergente y no puedo ser controlada!

Tom seguía acostado y ni siquiera se molestaba en abrir sus ojos, el cabello caoba largo hasta los hombros se esparcía por su almohada y la vena de su frente ya se asentía como cada vez que discutía con Carol— Ese tipo de literatura deshonraría a nuestra madre, deberías leer algo de verdad, los clásicos, historias de los dioses o aunque sea misterio. No esos libros que buscan dinero de niñas tontas como tú.

Mi hermanita volteaba la mirada molesta, sus rostro estaba rojo y podía ver la sangre hervir en su cuerpo por la ira— Tu no lo entiendes —murmuro mascullando sus dientes—, es más que eso —termino algo triste.

Carol tenía solo 11 años y siempre irritaba cuando Tom le rompía sus fantasías, sus ojos se ponían llorosos y las pecas se desaparecían, ella tenía el don más especial de los siete hijos de la sabiduría en la cabaña 6. No sufría dislexia, sus lecturas eran perfectas, además de interpretaciones y análisis a nivel universitario, que cabe mencionar que es a donde iba dentro de un año a la universidad. Claro que Tom le tenía envidia como casi todos los campistas hasta cierto punto, no podíamos hacer nada, nuestra madre quiso darle ese talento y no podemos ir en su contra.

—Hermana Annabeth deberías escribir una historia sobre tu y Percy —sus grandes ojos grises volvían a brillar yendo dirigidos a mí, ignoro por completo más quejas de Tom y espero que hablara.

— ¿Qué? —dije sin creérmelo y continuo el color en mis mejillas— Carol que cosas dices.

—La hermana Annabeth se ve linda cuando se sonroja —hizo una sonrisa remarcando sus cachetes de manzanas salpicados con pecas— ¿Percy se lo dice a menudo?

Me cubría de nuevo con la almohada y me envolvía completa, tratando de camuflarme con las sabanas, escuche la risa inocente de Carol— Se parece a Ginny enamorada.

—Puedes parar, podía ignorar que Annabeth hablara cursilerías, que hora vengas tú con lo mismo de siempre —Tom ya sonaba más molesto que de costumbre, increíblemente empecé a escuchar los ronquidos de Malcom, con todo pudo caer dormido.

—Pero —la voz de Carol sonaba débil— Yo solo querí...

—Pero, pero, estoy harto —repuso Tom abriendo los ojos y sentándose, su delgado cuerpo se hallaba tenso, la vena de siempre palpitaba a punto de explotar y la cicatriz que cortaba su ceja izquierda hacia ver su ceño fruncido más furioso como una tetera en ebullición—. Desperdicias el talento que mamá te dio, te ves como una inútil hija de Afrodita, estoy seguro que tardo tanto reclamarte porque se arrepentía de tenerte como...