16-Seguro

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16-Seguro.

Kaiba se fue después de dar la única respuesta posible dejando a Wheeler en ese lugar luego de mirarlo con unos ojos fríos. En realidad sospechaba de él, se dijo el rubio mientras pensaba que debió haber buscado a Joseph en el exterior sin lograr ubicarlo.

En cuanto a ti, sería preferible que no salieras de esta casa—dijo el pelilargo sorprendiendo al otro.

¿Acaso planea secuestrarme?—preguntó el melado.

¿Cómo cree, señor Wheeler?—rió el millonario mientras se acercaba al reportero vestido de mucama—Es solo que debería pensar en su futuro, señorito—

¿Me está amenazando?—preguntó el melado alerta y tenso.

Por supuesto que no, mi querido Wheeler. Yo no amenazo pero debe saber que no puedo aceptar que una persona que se ha aliado con alguien siga trabajando para mí—contestó el millonario.

Eso se arregla muy fácil si me voy—dijo el rubio caminando muy durito hacia la puerta por la que minutos antes se fuera el castaño.

¿Seguro no extrañará su trabajo?—preguntó el millonario medio risueñamente.

Para nada—contestó muy seguro el otro mientras abría la puerta.

Pues habría asegurado que usted amaba su trabajo en mi diario—dijo el pelilargo y el otro se detuvo al momento mientras el millonario se le acercaba--¿Qué dice? ¿No desea seguir trabajando aquí, señorita Wheeler? Porque puede estar segura que si deja mi diario me aseguraré de que no consiga trabajo en ningún otro y esto, mi querida señorita, si es una amenaza—dijo Pegasus con su cara contra la de "ella" y una sonrisa triunfadora que pegaba con sus ojos sagaces—Sin embargo, si cumpliera este pequeño capricho mío sus andanzas con el señor Kaiba serán olvidadas y en cambio le espera un futuro brillante en mi diario y tal vez un ascenso.

Mientras miraba de nuevo el video de la cámara en su estudio y a la vez le era servido un té, el joven mayordomo se atrevió a preguntar—Si me permite preguntar... ¿Por qué desea que el reportero siga trabajando aquí de mucama, Pegasus sama?—

¡Oh, mi querido Claude!—dijo el otro mientras sus ojos seguían los movimientos ya conocidos en la pantalla--¿Es que eso no te parece divertido?—

Aparte de eso no le encuentro ninguna utilidad a ese chico. Pero conociéndolo se que algo más se oculta y quisiera estar al pendiente por si soy necesario para evitar o ayudar, Pegasus sama—dijo el mayordomo mientras volvía a colocar la tetera en el carrito.

Una sonrisa se dibujaba en el rostro del amo de la casa que miraba el video con el deleite de quien sabe que ha metido su baza y que va a ganar un juego.

Algo me intriga del joven Kaiba—dijo el pelilargo—Nota que lo primero que hace es preguntarle si le pasa algo—

Así es señor. Sería lo común en esa situación—dijo el empleado mirando el video.

Pero no para nuestro querido joven que siempre ha sido un poco... ¿Cómo decirlo?—preguntó el millonario.

¿Egocéntrico?—preguntó el empleado.

Gracias, mi estimado Claude. Me intriga ese extraño interés por la señorita Josephine. Después de todo como hemos descubierto gracias al video, él no tiene idea de que se trata del joven Joseph pero es más que evidente su interés por ella. Sabes bien Claude que lo que me ha permitido ser líder en los negocios ese pequeño olfato mío. Y él me anuncia que este joven puede servirme de baza contra Kaiba en el peor de los casos—dijo el millonario.

Un seguro—dijo Claude entendiendo de lo que hablaba su jefe.

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