49-Quién eres.
Era como si Claude se hubiera esfumado de la tierra. Joseph fue confinado con Seto en una habitación del hospital para que este fungiera como su guardaespaldas. Una vez los agentes volvieron a la búsqueda, la inevitable pregunta surgió.
¿Cómo es que no te conozco en verdad?—preguntó el rubio.
En realidad casi todo lo que sabes de mí es una mentira—respondió el castaño mientras se sentaba en una silla y miraba a la puerta. El melado hizo lo propio en la cama cercana—Hace un par de años la Interpol recibió informes de actividades sospechosas en el mundo financiero. Todas originadas en Japón lo que hubiera sido una cuestión de estado si no fuera porque la culpable era un conglomerado con raíces en Grecia. Todas las investigaciones concluyeron que varias confabulaciones de tipo político estaban mezcladas con los asuntos financieros en varios países del viejo continente y como se hallo que la seguridad de esos países podía estar comprometida se halló beneficioso que un país neutral se encargara del asunto a fin de acabar con la incipiente corrupción. Dicho país era Estados Unidos America. Como la base de todo lo ocurrido eran en Japón y no la propia Europa se decidió investigar en la cabeza de la compañía de la división Asiática—
¡Pegasus!—dijo Joseph y Seto asintió.
Pero su seguridad era alta en esos momentos por lo que no podíamos inmiscuirnos abiertamente. Por lo que se decidió que nos inmiscuiríamos en el sector financiero y nos volveríamos su objetivo—dijo el castaño.
¡Y ahí entraste tú!—dijo el melado.
¡Así es! Yo soy norteamericano pero mis padres son japoneses por lo que domino el lenguaje como un nativo y es obvio que tras unos arreglos confidenciales podía pasar como un emprendedor japonés con una empresa en ascenso que pronto llamaría la atención de Pegasus. Lo otro fue coser y cantar—dijo el ojos azules.
Todo... lo que dijiste hasta ahora...--exclamó el melado.
¡No me digas que vas a ponerte a llorar! ¡Tú fuiste el primero en engañarme!—retrucó Kaiba y aunque era cierto Joey no podía apartar de su mente la mentira.
Eso no fue adrede. Tú creiste que yo era chica y después me chantajeaste para que trabajara para ti. ¿Quién crees que es el que está peor parado aquí?—preguntó Wheeler con los ojos vidriosos. Quería salir del lugar y lo intentó.
¡Momento! Debes quedarte aquí hasta que verifiquen que ese malnacido no está cerca—le dijo Seto luego de atrapar su brazo.
¡Como si eso te importara!—le gritó el melado.
¿Acaso no fui yo el que arriesgó su vida allá arriba para rescatarte? ¡Mide tus palabras!—le gritó el policía con disgusto.
¿Todo fue... todo fue fal...?—trató de preguntar Joey pero no le salían las palabras. Sus ojos de cachorro miraban directamente al que era unos centímetros más alto que él con una mirada interrogante y temeroso.
¿Crees que me acostaría contigo por trabajo?—preguntó el castaño tomando su barbilla y sosteniéndole la mirada.
No te conozco. Tú... lo dijiste—contestó el melado.
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Reportero a domicilio
Hayran KurguJoseph es un incipiente reportero con ganas de triunfar y sin muchos escrúpulos a la hora de obtener información. Un día conocerá al famoso y joven empresario Seto Kaiba en una fiesta en la que se infiltrará como moza. Si, moza. En ella descub...