Capitulo 1

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Mi nombre es Caroline Mitchell, soy enfermera de piso en el hospital "Heart of Glory" en Boston,Massachusetts . Tengo 25 años y llevo casi 6 años en este hospital como enfermera asociada. No lo puedo negar, amo mi trabajo pero hay días en los que no quiero estar aquí, en los que mi parte humana y sensible se apodera de mi. Esto sucede cuando creo algún vinculo emocional con alguno de mis pacientes.
Como cuando atendí al Sr. Parker un paciente el cual padecia de cáncer de próstata en fase terminal. Era un ser humano amable, el cual amaba la literatura romántica, acostumbre a verlo y charlar con el todos los días, tanto que una vez me hablo del amor de su vida Clarisa con e cual tuvo grandes alegrías y grandes decepciones. El Sr. Parker no tuvo hijos y su único amor había muerto 10 anos atrás. Recuerdo su mirada calida y postiva ante todo. Me odie a mi misma por haberle tomado cariño, en cuanto fallecio no pude regresar al trabajo por dos semanas. Y todo por haber mesclado mis emociones con el.

-Mitchell, estos son tus pacientes hoy.-dice la enfermera Margared entregándome la lista-
Tomo un sorvo de café y observo los nombres, algunos me eran familiares. La mayor parte de los pacientes son personas sin familia o personas de mayor edad.

-¿Quién es el?-digo observando el nuevo nombre-

-El soldado Joseph Velez. Llego esta mañana con una fractura en la espinilla, el Dr. Mater lo intervino y fue enviado a reposo.

Pobre hombre, mira que una fractura en la espinilla es uno de los peores dolores que puede sufrir un ser humano. Son las 11:45pm, el piso esta en total silencio. Margared y yo damos la ultima ronda, todos los pacientes duermen incluso el militar el cual aun no tengo la oportunidad de ver. Hoy al parecer será una noche tranquila...

Estoy en el bano lavándome las manos y arreglando mi negra cabellera, la cual resalta entre mi palida piel mis ojos color azul cielo parecen demasiado azules ante la ropa blanca que llevo puesta. Mientras lavo mi cara mi esbelto cuerpo se tensa ante el agua fría. Pensaran que soy hermosa pero mi vida amorosa no es como quisiera. Los hombres del siglo 21 solo se basan en buscar un cuerpo con el cual divertirse. Gracias a eso me converti en una mujer autosuficiente, siento que puedo estar sola. Aunque en realidad claro me encataria casarme y tener hijos algún dia. Parte de mi desea ser amada por completo por un hombre.

Mis pensamientos son interrumpidos por un grito masculino abrumador. La luz roja proveniente del cuarto del militar se enciende. Me pongo en marcha de manera rápida y me encuentro con un joven que parece tener mi edad, su pierna derecha esta vendada desde el comienzo de su rodilla hasta el final de esta. Viste con ropa de hospital. Esta retorciéndose del dolor.

-Joseph, escúcheme esto es solo una reacción de la operación. Voy a inyectarle otro tranquilizante y todo estará bien.

-Quitame esto...debo volver...debo salvarla...volver a combate...
Al parecer esta teniendo un episodio de estrés postraumático.

En cuanto el sedante entra en sus venas atraves de la canalización lo niveles de estrés comenzaron a bajar y poco a poco este va durmiéndose. Acaricio su cabello el cual es negro azabache esta alborotado.

-Todo va estar bien...-sueno segura de mis palabras-

-¿Estoy muerto verdad?-dice sonriéndome de forma tonta-
Estoy sonrojada, veo como sus parpados se cierran de manera sencilla y salgo a mi escritorio...

Sentada en mi escritorio, documento lo sucedido. En la profesión de enfermería lo que no se escribe no se hizo. Ese refrán es importante, no solo para mi sino para toda la comunidad de enfermería y medicina. Es primordial que se escriba absolutamente todo acerca del paciente. Por su seguridad y por la mia. Aunque la tecnología a avanzado de manera segura sigo siendo una fiel creyente del bolígrafo y el papel.

En cuanto dan las dos de la madrugada poncho mi hora de break y bajo a la cafetería. Mi mejor amigo Clark Golder doctor obstreta esta sentado esta tomando una taza de café junto a su ordenador. Si estuvieran en mi lugar suspirarían por mi mejor amigo. Alto, piel canela, cabello corto color marron almendra y ojos grises. Lleva puesta una camisa de botones color azul cielo la cual esta cubierta por su bata blanca de doctor. Sus grandes musculos son el resultado de una buena alimentación y mucho ejercicio.
¿Se preguntaran si estoy enamorada de el?
Si, estoy enamorada de el, para el no soy suficiente o peor aun me ve como su mejor amiga. En canto me ve muestra sus perfectos dientes en una sonrisa. Mi corazón late de prisa. Llevo 4 anos enamorada de esos labios, esa sonrisa, esos ojos y esa piel...

-¿Cómo esta mi enfermera favorita?

-¡Hambrienta!-respondo-

-Entonces llegamos a tiempo, porque yo también estoy hambriento.

Mientras comemos no dejo de mirar sus labios los cuales están bien proporcionados. Mis pensamientos se dirigen a mi universo paralelo donde sonstengo su mano de manera fuerte y segura. Si al parecer soy una enfermera fantasiosa...

Las 4 de la madrugada doy una ronda para tomar los signos vitales. En cuanto entro al cuarto del militar este esta plácidamente dormido. De manera deliberada pongo mi mano en su frente la acaricio tiene una temperatura normal, luego bajo hasta su vena radial y tomo su pulso, tiene latidos fuertes y su presión alterial resulta estar estable. Su piel esta tostada por el sol, tiene el cabello corto a maquina a los lados y arriba continua teniéndolo alborotado. Duerme con el seno fruncido, como si estuviera luchando con alguien o en una pesadilla. Sus pies llegan hasta el final de la camilla, asi que asumo que es alto.

-No te vallas...

-¿Estas despierto?

¡Mierda tuvo que haberme sentido!
-Tengo que terminar mi ronda.

-Deberia darte las gracias por calmarme-responde-

-No, señor ese es mi trabajo.

-Teniente.-me corrige-

-Presumido

Me llevo una mano a la boca,"yo y mi boca". El en cambio abre los ojos como platos y por primera vez lo veo sonreir. Parece un niño pequeño. Sonrojada bajo la mirada.

-¿Y usted es?

-Miss. Mitchell, teniente-me pongo la mano en la frente haciendo el saludo militar a lo que este vuelve a reírse-

-Tu nombre...

-No puedo darle esa información señor.

-¿Entonces tu puedes saber mi nombre y yo no?-frunce el ceno mostrando a un hombre indignado-

Dios mio que volátil es este hombre!

-No esta permitido que el personal del hospital entable una relación mas aya con el paciente.

-Eso es mierda!, yo solo quiero saber quien es la chica que me a estado observando embobada.

Vuelvo a sonrojarme. Me doy la vuelta y mientras camino fuera de la habitación mi corazón comienza a latir de manera acelerada.

-¿No me diras tu nombre?

Me dentengo, suspiro.
-Caroline.

-Muy bien Miss. Mitchell.-responde de manera complacida-

-Creia que...

-Recuerda estas en horas de trabajo, además pronto saldré con alguien llamada asi...

Resoplo y salgo con rapidez de la habitación...

VEINTIUNO DE MAYO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora