Capitulo 6

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Tremenda metida de pata la de mi mejor amiga. Contarle acerca de Joseph a mi mama. Mientras comíamos me hacia el interrogatorio de la vida.
-Mama, estamos comiendo para ya!
-Es guapo?
-¡Mama!
-Tonta....
Pongo los ojos en blanco.
-Si, mama es guapo. Pero es raro, tiene cambios de personalidad y habla con una cosntante ironia. Sin mencionar las claves...
-¿Qué claves?
-Bueno,el habla en claves.
-Como si no la conocieras...
-Oye mama, te he dicho alguna vez que odio que me hablen en claves?
Un hombre alto, piel tostada por el sol cabello color marron ojos color chocolate y cuerpo tosco nos sonríe a ambas.
Me levanto emocionada y lo abrazo. La viva imagen de mi padre en su plena juventud nos sonríe.
-Ronald...te  extrañado.
-Y yo a ti hermanita, me alegra saber que estaras aquí.
-Felicidades, por ti y por Bethany.
-Gracias...
-Creia que estaban ensayando...
-Si pero ya acabo, tenia que ver por mis propios ojos que mi hermanita estaba aquí.
-Bueno primero puedes mostrarme donde será la boda.
La boda seria en la terraza que tenia el hotel un lugar en donde la naturaleza se conectaba con la playa de forma magestuosa. Un altar contruido en madera color blanca, con una vista al mar impresionante. Mi cunada Bethany se movia de manera celestial dando ordenes parecía una Diosa africana con su risa cabellera cayéndole a ambos lados de sus hombros, su piel color chocolate resaltaba de manera mágica en el sol con unos ojos chocolate claro. Mi hermano se había conseguido a una de las mejores chef que tenia la cuidad de Miami. Su historia fue divertida.
Mi hermano es gerente del Banco de las americas en Florida y en una fiesta de negocios Bethany fue quien hizo la comida. Mi hermano quedo tan deleitado por el sabor que quizo conocer a la creadora y lo demás ya es historia.
Una mujer sencilla, humilde y con un corazón lleno de pasión y amor por lo que hace. Cuando tuve la oportunidad de conocerla no pude evitar sentirla como parte de la familia. Es una mujer realmente agradable.
-Todo esta quedando muy bien.-digo mirando la decoración, una boda con el tema de las flores lilas.
Mi cunada camina hacia nosotros, besa a mi hermano y luego me abraza.
-Me alegra tenerte aquí.
-A mi también me alegra verte, cunada.
-¿Seras una de mis damas de honor?
-Matame si no lo soy...-digo en tono burlon-

El dia paso muy rápido y con el llego la noche. Un cielo lleno de estrellas me deleita. El teléfono suena. ¡mierda es Clark!
-¿Hola?-contesto nerviosa-
-Te he llamado para saber si estas bien...
-Si, estoy mejor, solo fue un resfriado...
-¿Segura?
-No me crees?
-No, pero si tu lo dices...
-Tu no me quieres verdad?
-Ya hablamos de esto Caroline.
-No...mentira...
-Claro que te quiero, eres mi mejor amiga...
-Tu mejor amiga..eh...
-Claro que mas podrías ser...
Por dentro estaba destruida, quería ser su despertar, su te quiero de todas las noches, su cariño de todo el dia. Lo quería a él. La vida a veces no nos da lo queremos y mi situación con Clark era  viva imagen de lo dicho...
-No podríamos ser nada-digo recobrando la compostura y tragando mis lagrimas-
-Ahí esta mi Caroline...-dice el-
-Y...que tal es ella?
-Ella, es maravillosa-dice en tono de chico enamorado.
-Me alegro, y como se llama...
-Alice es gerente de un restaurante...
-Que bien...
Miro el cielo sin poder evitar sacar una lagrima. Respiro profundo, Dios duele demasiado...
-Clark...
-¿Si?
-Debo irme ya, voy a salir...-miento-
-Esta bien, disfruta y mandale mis mas sinceras felicitaciones a tu hermano.
-Lo hare, Adios...
En cuanto cuelgo vuelvo a llorar, simplemente era inevitable. Me sentía mal conmigo misma, camino hasta la pequeña nevera del hotel y saco el vino. Tomo una copa de la estantería. Camino hasta el balcón y pongo la copa en alto.
-Prometo, intentar superar esto. soy una mujer fuerte, independiente y exitosa.
Tomo un sorbo y vuelvo a llorar, lloraba porque no creía en lo que estaba diciendo. No me sentía fuerte, no me sentía independiente y menos exitosa. Quería amor, pero solo recibia migajas y el rechazo del hombre que quería....
Abro  los ojos la mañana del jueves. Bajo como de costumbre al bufet a desayunar allí me encuentro con mama y papa quien me sorprendio ver como aun a sus 55 anos de edad seguía conservando su espíritu sencillo y joven. Luego de comer fuimos al ensayo de la boda. Al ver a mi hermano parado en el altar con Bethany no pude evitar preguntarme ¿llegare yo a ese altar algún dia? Con esta pregunta vino la siguiente ¿Llegare a amar a un hombre tanto como amo a Clark?  Mi hermano menor quien era el mas parecido a mi de manera física y phiscologica se acerca a mi.
-¿Estas bien?
-Ya me conoces Zanders...
-Estaras ahí algún dia Caroline.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque el hombre que este justo ahí contigo será el ser mas afortunado que mundo podría tener...
-Lo dices porque eres mi hermano.
-Me has atrapado-dice abrazandome y riéndose a carcajadas-
-¿Y que tal tu?
-Yo estoy bien como estoy ahora mismo....
-Ya pronto cumplirás 30.-respondo en tono burlon-
-Callate!
-Vamos, Ronald ya tiene sus 33 y no se a muerto...
-Mi hermano no apresia su juventud tanto como yo...
Zanders era un hombre de espíritu libre, amaba su trabajo tanto o mas que a una mujer. Era apuesto tanto o incluso mas que Ronald. Alto, piel blanca , ojos grises y cabello largo hasta la frente color oro tenia el cuerpo de un adonis bien estructurado y entrenado. El y yo habíamos salido a mama mientras Ronald era el único físicamente hablando que se parecía a papa. Mi hermano no era un hombre de una sola chica, sabia que la indicada llegaría a su tiempo y no cuando el quisiera. A diferencia de mi el no la estaba buscando. Según el, ella lo encontraría y el lo sabría...
La estilista que había contratado mi madre para hacerme el cabello había llegado a la hora prevista.5 y media de la madrugada del viernes. Aun no comprendia el porque esta boda tenia que celebrarse tan temprano en la mañana. Estoy hecha un desastre.
-No te preocupes te pondré hermosa...
-Espero que no cortes demasiado mi cabello.
-No, solo te sacare una pollina y te hare recojido en una dona y junto a la pollina dos pequenos flequillos en ondas.
Asiento al saber que mi cabello estará recojido. Tengo el vestido ya listo y planchado en el closet. Es ajustado color blanco con un liston color lila tal cual como Bethany quería. Recordé lo chistoso de ese vestido. Luego del ensayo vino el diseñador hecho una furia porque no entendia como tenia que prepararme el vestido a ultimo minuto. Pero al final el vestido llego a las 11 de la noche para mi ultima prueba la cual quedo perfecta.
Maquillarme y peinarme había sido sencillo según Greta la estilista.
-Tienes un cutis limpio.
-Eso es gracias a mi mejor amiga si fuera por mi, mi cara estuviera hecha una maquina de grasa.
Lynsie era la que cordinaba nuestras citas con la estecista en Boston.
-Bueno Gracias, Greta.
-Un placer...
Ahora que estoy preparada salgo al balcón. Allí me siento y observo como el sol sale de manera celestial.
Desaria llamar a Joseph y invitarlo pero tal vez me diría que no, luego de la bofetada que le promine, de seguro no vendría. Además se la merecia, no soy una cualquiera. Tal vez cuando regrese a casa le devuelva su dinero y le pida una disculpa por mi comportamiento. Aunque sinceramente el debería pedirmelas a mi. Y una mierda que demonios estoy haciendo pensando en el? Me pongo en pie agarro una chaqueta del tamaño de mi vestido para no ensusiarlo...
El bufet ya estaba poniendo toda la comida de la boda y los invitados los cuales eran fáciles de identificar no se hicieron esperar. Dejo en una mesa la chaqueta y camino hasta la mesa, esta llena de comida lo normal. Habían desde huevo revuelto hasta frutas recién puestas. Mientras estoy tomando la comida choco con una gran y alta espalda. Este viste de forma sencilla una polo color azul oscuro, jeans y sandalias. A su lado esta un perro el cual en cuanto me ve comienza a olfatearme y luego me observa con cara embobada. En cuanto mis ojos se encontraron con los suyos no pude evitar preguntarme si estaba sonando. De mi boca sale una sonrisa boba. Frente a mi esta el teniente Joseph Velez y en mi estomago siento un remolino extraño...

VEINTIUNO DE MAYO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora