VEINTIUNO DE MAYO

Capitulo 10

Son las ocho de la noche cuando abro los ojos. Estoy desnuda y sola. Joseph no esta a mi lado. Me llevo una mano a la cabeza recordando cada detalle de lo sucedido esta tarde. Mi vida sexual volvia a florecer y con la persona que mas detestaba. Me converti en todo lo que fui alguna vez hace tres anos atrás. Una zorra que solo se limitaba a disfrutar del placer. Y que me trajo eso? Decepciones amorosas.
Mi karma estaba actuando de manera progresiva...

Con el tiempo me fui dando cuenta que me gustaba. Y mucho. Estábamos a principios de otono. Y el frio en Boston estaba mas presente que nunca. Las hojas se había tornado amarillas, caian de los arboles. Desde que todo esto comenzó Joseph solo se limitaba a ir a mi casa follarme y ya. Nunca se quedaba, no salíamos y menos conversábamos. Nuestra amistad se volvió mas carnal que nunca. Sentía que había vuelto a cometer el mismo error. Esta vez iria a su casa y le diría que esto tenia que acabarse, ya no podía hacer esto. no esta bien y no me meresco esto. lo que sentía por Clark se había convertido en algo parecido al cariño de un amigo, por fin lo podía ver de la forma en la que siempre debi.
Pero Joseph, Dios me había metido en un lugar oscuro en donde sabia que no habría luz al final. Mientras hacia mi ultima documentación del turno no pude evitar confirmar lo enamorada que estaba de Joseph Velez. No solo por el sexo. Durante este tiempo pasado el me a tratado como un caballero a pesar de no tener un contacto conmigo como lo es una relación cuando caia destruida por el progreso de la relación de Clark con su novia extrañamente el estaba ahí cuidadonme, abrazandome y dándome el apoyo que necesite. Luego se iba pero se cercioraba de que estuviera bien. Aunque siempre me pregunte porque no tenia novia. El otro dia llame a su casa y me contesto su hermana y le pregunte. Saben que me contesto.
-Mi hermano cree que no puede amar a ninguna mujer.
Al preguntarle el porque de su contestación solo se limito a cambiar el tema y nunca pude obtener la respuesta que quería.
Luego de dar una ultima ronda en el piso y poner al corriente a la enfermera que entraba me fui a las siete de la mañana de mi turno nocturno. En cuanto llego a su casa me limito a tocar la puerta. Nadie me contesta, vuelvo a tocar y nadie me contesta. Decido irme y en cuanto me doy la vuelta allí esta el con una sudadera y un pantalón de ejercicios. Me esta mirando de forma extraña.
-Srta. Mitchell. ¿Qué hace aquí?
-Joseph, necesitamos hablar...
-Yo también debo hablar contigo...-dice el-
-Pues hablemos.-dice el invitándome a su casa-
En cuanto entro me encontré con una ordenada sala con muebles modernos y colores neutrales.
Estoy un poco nerviosa, es la primera vez que entro a su casa.
-¿Dónde esta Amanda?
-Debio haberse ido ya a la escuela.
-¿Tan temprano?
-Caroline, el trafico aquí no es tan rápido que digamos.
Se quita la camisa mostrando su pecho desnudo. Durante nuestras folladas me había encargado de inpeccionarlo por completo, tenia una cicatriz en la espalda y una en forma de rayo en la parte baja del muslo cerca del glúteo. Sin mensionar la de la pierna la cual era difícil de describir. Estoy un poco nerviosa verlo sin camisa siempre me deja con la boca abierta. El se acerca a mi y me besa.
-¿Qué haces?-digo sonrojada-
-Besandote. Puedo hacerlo.
-Con respecto a eso. Joseph yo...
En ese momento el me toma en brazos provocando que suerte un grito de miedo.
-Bajame!
-Tu no me das ordenes-dice volviéndome a besar-
Me llevo por unas escaleras hasta el segundo piso y entramos a un bano que parecía ser sacado de una revista de enseres costosos.
-¿Quién decoro tu casa?
-¿Por qué preguntas?
-Dudo que tengas tan buen gusto para esto...
El vuelve a reírse de forma coqueta.
-Mi madre y mi hermana se encargaron de decorar la casa completa.
-Tienen muy buen gusto.
-Se podría decir que si.-responde-
Sus ojos oscuros me dejan sin palabras.
-Me gustaría follarte con ese uniforme....
-¿Qué?-vuelvo a sonrojarme-
Este en respuesta me baja los pantalones y con sus dedos acaricia mi área vaginal. De forma que quedo cegada...

Mientras estoy duchándome no pude evitar sentirme mal, había venido a acabar con esto y aquí estoy duchándome después de una follada rápida con el. Tremenda estúpida soy. En cuanto salgo ya vestida y duchada me paseo por su habitación buscando respuesta de quien pudo haberlo vuelto tan frio. Mientras investigo en su gavetas veo una fotografía que me llama la atención. La tomo en mi mano y observo con detenimiento. En la foto se apresia a una mujer de piel blanca, cabello color rubio perlado, ojos verdes esta sonríe de manera casi perfecta en la foto. Era hermosa sin duda muy hermosa. Detrás de la foto hay un mensaje que me deja con la boca abierta.
"Si alguna vez faltara, aquí dejo un recuerdo de la mujer que tanto amas y la cual siempre estará ahí. –Katherine.
¿Quién es Katherine? ¿Quién era ella en su vida?
-¿Qué demonios crees que haces?-grita Joseph-
Salto asustada sin soltar la foto de las manos. Su cara esta llena de rabia e ira. Tiene ambos puños cerrados. Oh mierda! Estoy muerta!
-Joseph...yo...
-No tienes derecho a buscar en mis pertenencias.
-¿Qué? Disculpa pero creo que tengo derecho a saber...
-No! Caroline te equivocas, hicimos un trato.
-Si lo se.
-Por lo tanto tu y yo solo nos limitaremos a follar nada de preguntas acerca de la vida del uno o del otro.
-Creo que esa regla la rompimos ya.
-Aun no sabes quien realmente soy Srta. Mitchell y le voy a pedir de favor que se valla de mi casa.
-¿Me estas echando?
-Que usted cree?-responde de manera fría-
Aguanto las ganas de llorar recojo mis cosas y salgo de manera rápida. Hasta quedar fuera de allí.
Debi haber terminado con todo esto. pero ahora quiero saber quien es aquella mujer tan hermosa y lo mas importante quien fue en la vida de mi teniente...
Son las cinco de la tarde y estoy en casa de mi mejor amiga. Luego de haber ido al gigmasio y llevado a Miranda a un chequeo de rutina.
-Amiga, no se quien es, James no conoce mucho de la vida de Joseph.
-Lynsie te digo, el hombre me grito y me hecho de su casa en cuanto me vio con la foto en la mano.
-¿Traiste la foto?
-No, estúpida la deje en la estateria.
-Te extraño en el hospital.
-La maternidad querida-dice mientras toma en brazos a su pequeño bebe holandez. Era idéntico a Lynsie.
El parto de Lynsie fue un parto duro. En todo el sentido de la palabra, casi muere dando a luz. Sufrio preclamsia y su corazón se detuvo por cinco minutos. Fue devastador, pero allí estaba viva y eso me alegraba. Recuerdo también como Joseph llego allí para darme apoyo. Yo no podía hacer nada y me sentía desesperada el supo como calmarme. Recuerdo la cara de pocos amigos que puso al ver a Clark salir del quirófano. Y también lo bien que me sentí en como Joseph me tomaba de la mano.
Regreso al presente y admiro como mi mejor amiga le saca los gases a su primer hijo.
-¿Entonces no se dejaron?
-No lo se.
-Yo creo que después de la situación de hoy no tuviste que decir nada.
-Tal vez sea mejor asi.
-Si tal vez. Pero yo...
-Tu que?
-Dios mio Lynsie.
-¿Estas enamorada cierto?
Asiento comenzando a llorar.
-Caroline?
-Soy una estúpida me e enamorado de un hombre que no me ama otra vez.
Mi mejor amiga pone al bebe en su cuna y me abraza. Allí continuo llorando, sentía el pecho apretado por todo lo que estaba pasando.
-El no me ama...
-No creo que eso sea cierto...
-No puedo creer que estes diciéndome esto.
-Si no te amara no se ubiera alterado al haber visto la foto de la chica.
-Eso no tiene nada que ver.
-Tal vez el no quería que la descubrieras porque...
-No me estas ayudando Lynsie.
-Esta bien, esta bien vamos por una pistola lo matamos, lo enterramos y resolvemos el problema. Pero no llores...

En cuanto llego a la casa no dudo en tirarme a la cama. Allí caigo rendida, sorprendentemente el sueno me ataca de forma rápida. Soy despierta por los ladridos de Miranda y el claro ruido de la puerta. Miro el reloj "Demonios había dormido una eternidad" son las diez de la noche. La puerta sigue sonando y Miranda continua ladrando. En cuanto me levanto no dudo en preguntar quien es. En respuesta escucho como algo choca con la puerta. En cuanto la abro un hombre claramente ebrio cae encima de mi cuerpo...