Capitulo 13

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Puerto Rico

Aterrizamos a eso de las 5 de la madrugada en el aeropuerto. Aun no le había dicho nada a Joseph acerca de mi embarazo, no era el momento luego de saber su historia con Katherine me limite a reservármelo para la cena de acción de gracias. Había algo en este viaje que me parecía extraño, durante el viaje en avión el no dejo de decirme que pasara lo que pasara el iba a estar ahí. Llegue a pensar que se despedia pero luego volvia a poner la misma actitud sombria y normal de siempre. Su mano sostiene la mia con seguridad. Amanda camina a nuestro lado seguido por Max quien parecía un completo humano. Max había demostrado, educación, disiplina y obediencia ante su amo o eso era lo que decía Amanda cuando se refereria a el. Siempre que lo miraba podía ver en sus ojos lo leal que era a Joseph, ambos se movían como uno solo. Antes de dar un paso en falso Max lo prevenia. Según Joseph el Max veía cosas antes que el las observara. Joseph saco su auto el cual estaba guardado en el areopuerto una guagua Jeep color negra, luego de habernos montado este nos llevo por unos caminos llenos de curvas y montanas.
-¿Dónde vives?
-Bueno mis padres tienen un apartamento en un sector de San Juan llamado Condando y nuestro verdadero hogar en Naranjito.
-Te encantara la casa, mama cocina la mejor lasaña.-dice Amanda contenta de regresar-
El pueblo era un lugar montañoso, el verde era abundantemente hermoso, según lo que había leído en internet era un pueblo frio y le decían el pueblo de los cuervos por tantos pajaros de esa especie que habitaban allí. El auto se detuvo frente a unos portones color roble y dentras se alzaba una casa moderna de dos pizos. Construida en cemento y con ventanas de cristal y una gran puerta de metal. De la casa salio una mujer de tez blanca, cabello negro azabache, ojos chocolate y de estatura media. A su lado le seguía un hombre alto de piel toztada, cuerpo ancho, ojos chocolate y el cabello lo tenia cortado a maquina pero se podía ver el color negro de el. Tenia la mirada de Joseph, este hombre claramente era su padre. Amanda se bajo a toda prisa abrazando a sus padres y besando ambas de sus mejillas. Joseph y yo caminamos hasta ellos, estoy claramente nerviosa. Su madre me mira sorprendida y su padre no posee expresión alguna.
-"Bendicion vieja"-le dije en un español casi perfecto, luego la besa-
El saludo a su padre se limito a lo mismo y un apretón de manos. Su relación con sus padres al parecer era una completamente diferente de la que tenían con Amanda.
-Mama, ella es Caroline
-Encantada-digo saludándola-
-El placer es mio Caroline, mi hijo nunca me presento a sus amigas digo después de Katherine no supe nada acerca de su vida amorosa.
-Mama, por favor no creo que eso sea de interés para Caroline.-responde Joseph reganandola-
Yo me pongo colorada de la vergüenza. Asi que era la segunda mujer que Joseph presentaba, interesante.
El padre se acerca y también me tiende la mano.
-Mucho gusto, Sr.-respondo-
-Igualmente.
-Bueno dejémonos de formalidades y entremos, tengo sueno.-se apresuro a decir Amanda-
Al ver la sala me di cuenta que su madre era la decoradora oculta de su casa en Boston. Una sala muy parecida a la de Boston solo que esta tenia plantas en lugares estratégicos, cuadros coloridos y en una pared había una gran foto familiar. En cuanto tomamos asiento la madre de Joseph comenzó el interrogatorio.
-¿Entonces son novios?
-Se podría decir que si mama.-dijo Amanda antes de que ambos contestaramos, Joseph la fulmino con la mirada-
Asiento poniendo una sonrisa tonta.
-¿Y trabajas?
-Si, señora soy enfermera en Heart of Glory.
-Oh, que casualidad allí operaron a Joseph cuando tenia 9 anos de la pierna. Que dolores de cabeza nos daba el niño en ese entonces-responde sobando el brazo de su hijo con cariño.-
-Mama, no deberías contarle esas historias.-dice avergonzando-
Siento cierta diversión en esos momentos, aquí esta el, vulnerable en todo los aspectos de su vida.
-Si, Heart of glory es un buen hospital. Conoci a su hijo allí, me toco atenderlo ya sabe el chico sigue siendo torpe con sus piernas.
Ambas nos reimos ante mi comentario mientras Joseph me miraba con mala cara...
La habitación de Joseph esta pintada con colores claros,  observo con asombro toda la decoración militar.
-¿Siempre fuiste asi de fanatico?
-Si, sabia desde pequeño lo que quería. La marina de los estados unidos es lo mio.-dice soltando mis maletas en el suelo-
Me acerco a el y acaricio su espalda. Esta tenso. Su expresión se endurece para luego relajarse.
-Caroline...
-¿Qué?
El respira profundo y se queda callado, en respuesta me toma de la mano y juntos bajamos al patio de su casa allí se podía observar todo el pueblo con caminamos en silencio, había algo extraño en todo este paseo. Su mirada observaba cada árbol, animal o fruto que veía. El silencio entre ambos era sepulcral.
-¿Creciste aquí?
-La mayor parte de mi infancia si. Luego sufri un accidente en el que casi pierdo la pierna y viajamos a Boston.
Se sube el mahon mostrando la gran cicatriz que poseía en la pierna.
-¿Cómo sufriste ese accidente?
-Digamos que siempre le di dolores de cabeza a mi madre. Pero mi infancia no es demasiado interesante, cuéntame la tuya.
-Bueno, crecer siendo la única chica no fue nada fácil. Mis hermanos eran mis guardias, velaban cada paso que daba.-digo al recordar como Ronald me prohibia citas- después de todo nos mudamos a florida y luego de haberme graduado del instituto gracias a mis calificaciones logre entrar al programa de balchiderato en enfermería en Boston.
-Caroline, quiero que me prometas una cosa.
Asiento, este me pone frente a el de manera que nuestros rostros quedan el uno frente al otro. Sus ojos penetran los mios con firmeza y seguridad.
-Quiero que me prometas, que seras feliz, que seguiras adelante. Pase lo que pase.
Me quedo confundida ante su petision.
-Teniente, esta bien usted?-digo en tono de broma buscando calmar mis nervios-
-Caroline enserio, prométemelo.
-Esta bien Joseph, lo que sea...-digo poniendo mi mano en su rostro-
-Eso no...
-Esta bien Joseph Velez, prometo ser feliz.
Este sonríe y me abraza. Juro por Dios que este hombre parece estar despidiéndose. Sus brazos me sostienen con seguridad, su respiración es agitada.
-¿Joseph que sucede?
-Nada.
-Algo te pasa, parece como si te fueras o morir...
-que ironico no? Nacimos para eso...
-Velez, estoy aquí, no pienso irme a ninguna parte...
Quería decirle que estaba embarazada, pero aun  no era el momento. Y menos en el estado de animo en el que se encuentra. Seguimos caminando hasta que llega que ambos quedamos los suficientemente cansados para tomar una siesta...

(Joseph)
Oficina militar Boston.
dos semana antes de acción de gracias
El sargento mayor me entrega la carta con cierta pena escondida en sus ojos.
La abro,sin pensarlo dos veces...

Me voy el 30 de noviembre a las cinco de la madrugada a servir en Afganista, sin regreso. Se lo que significa me deplegaron y no podía negarme. Aunque quisiera no podía hacerlo y tampoco quería. Esto era el porque no debi haber regresado con la srta. Mitchell ella claramente esperaba mucho mas de mi y yo no podía darle lo que ella merecia. Recordé nuestra ultima conversación. Claramente no quiero perderla pero no estoy para este tipo de lazos emocionales. Cierro la carta y le doy la mano al sargento mayor.
-Gracias.
-Se le hechara de menos teniente.
-El deber me llama.
Este se limita a darme una palmada en la espalda y se va...

Llego a la casa y agradesco el que Max este dormido, me encierro en mi habitación. Siento el pecho oprimido, por primera vez siento las ganas de no querer irme. ¡Maldita sea! Porque demonios me siento asi. Tomo la foto de Katherine.
-Tal vez no estoy hecho para amar de nuevo después de todo.-digo en voz alta-
Me pongo en pie, luego de haberme vestido con mi ropa de ejercicios. Salgo a correr.

Mientras corro no dejo de pensar en todo lo ocurrido en los pasados anos. Pareciera como si todo el dolor cayera de manera rápida encima de mis hombros, por primera vez parecie que no puedo soportarlo. El dolor en el pecho sigue latente, que demonios me pasa. Maldita sea la hora en el que deje que mis sentimientos se involucraran. Paso frente a la bahía y a mi mente llega una de esas veces en las que tuve que despedirme de Katherine. Esa época en la que eramos felices.
-Prometeme que regresaras con vida.-dice acariciado mi mejilla, sus ojos verdes me observan con tristeza, tiene su cabello rubio suelto  y lleva ropa casual.
-Katherine, no me pidas eso.
-Joseph Velez yo..
-Eres fuerte Katherine Mongomery por eso eres el amor de mi vida.
-Lo crees?
-No lo creo. Lo se, yo puedo irme tranquilo al saber que encontraras las maneras de estar bien.
Ella me entrego una foto y la puzo dentro de mi uniforme.
-Esto te cuidara. Mirala cuando quieras pensar en mi.
Sus labios besaron los mios entre lagrimas....

De vuelta al presente siento lagrimas caer por mis mejillas. Maldita sea! Me había enamorado de Caroline Mitchell como un tonto. Me siento expuesto , vulnerable y débil. Ella es tan frágil, dejarla seria devastador para ambos. Maldita sea! Me había convertido en un maldito exclavo de mis sentimientos...

VEINTIUNO DE MAYO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora