Amber, acababa de llegar a su casa, arrojó la llaves en la mesa de su espaciosa sala y se encerró en su cuarto.
Una vez recostada en su cama, comenzó a rememorar lo ocurrido hace tan solo unos minutos.
Ella esperaba llegar con un posible ojo morado, quizá un labio partido, e incluso con algunos mechones rubios en su mano (cortesía de la cabeza de Anna), pero nunca espero llegar con una terrible angustia. Nunca pensó que esa persona, la que había hecho de sus últimos meses más que miserables, comenzara a llorar y luego cayera de rodillas al piso cubriendo su rostro con ambas manos.
Sin embargo, lo que más le sorprendió fue ver como justo en el momento que ella se acercaba a consolar a una devastada Anna, está se pusiera de pie en segundos, cuadrara su espalda, de media vuelta y se marche, como si nunca hubiera estado a punto de un colapso nervioso.
No sabía, si fue un acto, producto de una gran fuerza de voluntad o simple orgullo.
Aún así, no la detuvo para averiguarlo. Ambas necesitaban tiempo, no sólo para procesar lo ocurrido, sino para que su corazón se encuentre lo suficientemente estable, y este le permita a su cerebro poder pensar con claridad, el perdón era algo que debía meditar, si bien sabía que ella no era nadie para juzgar, pues también había cometido muchos errores como para creerse jueza de nadie, pero aún así consideraba que el perdón debía ganarse para obtenerlo por completo.
Si la persona no se arrepiente realmente ¿De qué sirve?
Pero luego entendió, que el perdonar no sólo afectaría a Anna, sino a ella misma, porque ¿No es mejor perdonar y librarse del peso que nos oprime el pecho? Perdonar es liberar, dejar ir, en todos los sentidos.
Por otra parte, ¿Por qué Anna, nunca dio a conocer sus sentimientos hacia Seth?
Sabía muy bien que se había equivocado, pero aquel día solo acepto por la dulce mirada de Seth, pero ella en realidad no había sentido nada por él, lo admiraba, por supuesto, era un gran chico, ¿Lo apreciaba? También, pero no más allá que como un buen amigo.
Había sido egoísta, ella había tomado algo que muchas chicas seguramente habían deseado, pues sabía que gran parte de las chicas de su curso morían por él.
Sus pensamientos la habían distraído a tal punto que no escuchó el timbre hasta que sonó por tercera vez.
Se levanto con desgana y a paso lento salió de su habitación, bajo las escaleras y abrió la puerta sin antes verificar quién era, pego un leve salto debido a la sorpresa, pues parado al otro lado de la misma estaba él.
Toda la situación trajo consigo un dejavu solo que esta vez detrás de él no se encontraba ninguna rubia con sonrisa maliciosa.
—¿I-Isaac?—tartamudeo.
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Hola, Extraño.
Conto"Crush" el "Flechazo" Muchos lo definirían algo así como mi "Crush" pero, no es así. Es decir, normalmente una persona sabe todo sobre su crush o al menos su nombre. Lo cual, es muy diferente en mi caso, un día simplemente estaba en Starbucks y lo v...